El 4 de marzo es el Día Mundial contra la Obesidad, una fecha para generar conciencia sobre esta enfermedad que, aunque puede prevenirse y tratarse, ha aumentado de manera alarmante en Colombia y el mundo.
De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se ha triplicado en el planeta desde 1975. “Se calcula que 800 millones de personas la padecen y que, para el 2030, la cifra llegará a los mil millones, de los cuales 600 millones serán niños”, alerta el doctor Eduardo Silva, médico especialista en cirugía bariátrica.
El profesional de la salud, quien también se desempeña como presidente de la Asociación Colombiana de Obesidad y Cirugía Bariátrica (ACOCIB), advierte que en Colombia las cosas no son muy diferentes, pues alrededor del 56% de la población presenta problemas de sobrepeso u obesidad.
¿Cómo revertir la situación? Según Silva, una de las claves consiste en educar sobre la enfermedad, sin estigmatizaciones, tanto a pacientes y profesionales de la salud, como a la población en general. Por ello, respondemos aquí algunas de las principales inquietudes en torno al tema.
¿Qué es la obesidad y cómo se diagnostica?
La obesidad es una enfermedad crónica de difícil manejo y sin una cura definitiva. Para diagnosticarla, existe una ruta matemática establecida por la OMS que calcula la relación entre el peso y la estatura de una persona. El resultado es el índice de masa corporal (IMC). Si este llega hasta 25, se considera normal; entre 25 y 30, implica sobrepeso; entre 30 y 35, obesidad grado 1; entre 35 y 40, obesidad grado 2; y más de 40, obesidad severa.
¿Cómo afecta la obesidad a la salud?
“La obesidad se puede considerar como la madre de unas 100 comorbilidades, como la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2, la apnea del sueño, dolores articulares u ovarios poliquísticos en el caso de las mujeres”, explica el doctor Silva.
A lo anterior, se pueden añadir los peligros adicionales en tiempos de covid-19, ya que una persona con obesidad puede tener el doble de posibilidades de terminar hospitalizada. Asimismo, es importante tener en cuenta los riesgos para la salud mental en una sociedad que ejerce cada vez más presión con respecto a los estereotipos de belleza.
Pero la afectación también sucede a nivel público, ya que los sistemas de salud deben gastar billones de dólares en todo el mundo para afrontar el problema.
¿Qué causa la obesidad y cómo prevenirla?
Las causas pueden ser variadas, por lo que es necesario desestigmatizar la obesidad. “Uno no se vuelve obeso porque quiere. Puede haber factores genéticos y, además, hábitos que no conciernen solamente al individuo, pues hay responsabilidades de la industria de alimentos y del marketing, que inducen a consumir ultraprocesados”, anota el especialista en cirugía bariátrica.
En la vía de lo anterior, la prevención no compete solamente a cada individuo, sino a los sistemas de salud e incluso a los gobiernos de diferentes niveles territoriales. “Es necesario llevar a cabo acciones que eduquen en alimentación a todas las edades y que brinden un acceso de calidad al sistema de salud. Incluso se debe trabajar con especialistas de otros campos para que estos puedan identificar cuándo una persona se encuentra en riesgo y la remitan oportunamente”, manifiesta el doctor Silva.
¿Cómo tratar la enfermedad?
Los tratamientos se determinan según el grado de obesidad de un paciente. En los casos menos graves, especialidades como la nutrición y la endocrinología pueden ser claves. No obstante, para casos de obesidad grado 2 en adelante en los que se han agotado las demás opciones, se puede practicar una cirugía bariátrica.
Los procedimientos más comunes de este tipo son el baipás gástrico y la manga gástrica, sobre los cuales se han creado mitos como la pérdida de cabello o la imposibilidad de quedar en embarazo; sin embargo, los profesionales de la salud desmienten estas suposiciones.
“Estos procedimientos brindan excelentes resultados, pues ayudan a perder entre el 70% y el 80% del peso sobrante. Solo se realizan en centros de tercer y cuarto nivel, con alta tecnología, por lo que revisten un riesgo bajo. De hecho, los pacientes vuelven a sus casas al día siguiente. Lo importante es verificar la idoneidad del cirujano y la institución, por ejemplo, consultando la página web de ACOCIB (www.acocib.com)”, señala el doctor Silva.
Pero el tema no concluye ahí, pues la cirugía bariátrica no es una cura definitiva, sino la mejor herramienta para manejar la enfermedad. Por ello, es necesario que el grupo médico haga un seguimiento del paciente. Si todo se desarrolla correctamente, habrá cambios físicos radicales en tres o cuatro meses, y grandes mejoras en las enfermedades asociadas.
¿Cómo acceder a esta cirugía?
Los pacientes pueden tomar dos rutas: la primera consiste en practicarse la cirugía con la EPS, aunque el trámite puede ser lento, porque usualmente ningún tipo de afiliación cubre el procedimiento, ni siquiera la prepagada. La segunda alternativa consiste en acudir a instituciones privadas, caso en el cual el paciente deberá costear la intervención.
Sea cual sea el caso, es preciso que las personas conozcan todas las posibilidades, no solo de tratamiento, sino también de prevención y educación, pues solo de esta manera se podrán tomar las decisiones necesarias para revertir el preocupante panorama en torno a la obesidad a nivel mundial.
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