El veganismo es una de las tendencias de más rápido crecimiento de estos últimos años. Sus motivaciones se mueven entre la salud y la moral, es decir, éstas últimas por causas generalmente animalistas. En cualquier caso, sea por razones morales, religiosas, de salud o puramente dietéticas, según los expertos en estadísticas, el vegetarianismo es una tendencia a nivel mundial. Cada año, más y más compañías se suman a producir alimentos específicamente orientados hacia el vegetarianismo para satisfacer la creciente demanda. Pero, también son muchos los que debaten sus riesgos para la salud.
La dieta vegana es baja -y en algunos casos completamente nula- en varios nutrientes que son importantes para el cerebro. ¿Podría esta deficiencia estar afectando la capacidad de pensar de los veganos?
En primer lugar, la dieta vegana abarca lógicamente una menor variedad de alimentos. Por ello, es necesaria una planificación más cuidada de todas las comidas para poder abarcar todos los nutrientes necesarios para el organismo. Algunos de los nutrientes que son escasos en el cuerpo de las personas que hacen dietas veganas o llevan una vida vegana, son: la colina, la creatina, la carnosina y la taurina. Todas ellas se encuentran en la carne animal.
Al no haber aporte de origen animal, no hay una fuente de vitamina B12, esencial para el cuerpo. Y, además, algunos otros nutrientes importantes para el buen funcionamiento cerebral y neuronal como el calcio, la vitamina D, ácidos grasos o el hierro, pueden verse en niveles insuficientes. Algunos pueden ser ingeridos a través de complementos vitamínicos. Pero el gran problema es que no todos los veganos o vegetarianos lo hacen, ya sea por desconocimiento o por falta de información.
”Una dieta vegana podría reducir tu inteligencia. Los nutrientes de interés incluyen: creatina, carnosina, taurina, omega 3, hierro hemo, B12, D3, B6, selenio, ácido fólico y colina. Deficiencias especialmente preocupantes para el desarrollo del cerebro”, ha escrito en un ‘tuit’ el doctor Paul Mason, experto en nutrición y medicina deportiva.
FUNCIONES NEURONALES AFECTADAS
En consecuencia,una razón de esta teoría es que la inteligencia hay que ”alimentarla”: el cerebro devora alrededor del 20% de nuestras calorías diarias, aunque solo representa el 2% de nuestro peso corporal. Y qué mejor manera de encontrar la enorme variedad de grasas, aminoácidos, vitaminas y minerales que estos órganos requieren que comiendo animales, que ya incluyen estos nutrientes.
Uno de los desafíos más conocidos para los veganos es obtener suficiente vitamina B12, que solo se encuentra en productos de origen animal como los huevos y la carne.
Se ha visto, por ejemplo, que cuando las personas tienen una anemia ferropénica o niveles de yodo o de vitamina B12 muy bajos, acaban estando afectadas sus funciones neuronales, de concentración o de asimilación.
Otro nutriente que escasea en la dieta vegana típica es el hierro. Aunque a menudo lo asociamos con la sangre, el hierro también desempeña un papel destacado en el desarrollo del cerebro y es esencial para mantener el órgano sano durante toda nuestra vida.
Por ejemplo, un estudio de 2007 encontró que administrar suplementos de hierro a mujeres jóvenes condujo a importantes ganancias intelectuales. En aquellas cuyos niveles de hierro en sangre aumentaron en el transcurso del estudio, su desempeño en una prueba cognitiva mejoró entre cinco y siete veces, mientras que las participantes cuyos niveles de hemoglobina aumentaron, experimentaron mayor velocidad de procesamiento.
Otro nutriente en déficit en esta cuestión es la creatina, una sustancia blanca y en polvo que a menudo se encuentra en los batidos de fitness. Su función natural en el cuerpo es suministrar energía a nuestras células.
Pero también es importante para el cerebro, y los estudios han demostrado que aumentar su ingesta puede proporcionar una variedad de beneficios, como una mejor memoria de reconocimiento y una menor fatiga mental. Recientemente comenzó a ganar fuerza como una droga inteligente.
Y la taurina. Este enigmático aminoácido es uno de los más abundantes en el cerebro humano, donde se cree que apuntala varios procesos importantes, como la regulación del número de neuronas.
Estos nutrientes pueden sintetizarse en el laboratorio o ser extraídos de fuentes no animales como algas, bacterias o líquenes, y agregado a suplementos. Otros, se encuentran en alimentos veganos, pero en pequeñas cantidades. Por ejemplo, para obtener la cantidad mínima de vitamina B6 requerida cada día (1,3 mg) de una de las fuentes vegetales más ricas, la papa, debe comer aproximadamente cinco tazas (equivalente a aproximadamente 750 gr).
ÚNICO ESTUDIO SOBRE EL IMPACTO DE LA DIETA VEGANA EN EL CEREBRO
Idealmente, para probar el impacto de la dieta vegana en el cerebro tomarías a un grupo de personas seleccionadas al azar, le pedirías a la mitad que deje de comer productos de origen animal y luego verías qué sucede. Pero no hay un solo estudio que sea así.
El único caso de estudio conocido fue al revés. Fue en Kenia: a 555 sujetos en edad escolar, se les dio de comer 3 tipos de sopa: con carne, con aceite o con leche, durante siete periodos escolares. Otros no recibieron sopa. Cabe destacar que todos los sujetos eran veganos de facto por la situación económica del país.
Mejor razonamiento y habilidad aritmética
Según esta investigación, los niños que recibieron la sopa que contenía carne cada día parecían tener una ventaja significativa. Al final del estudio, superaron a todos los demás niños en una prueba de razonamiento no verbal. Junto con los niños que recibieron sopa con aceite, también fueron los mejores en una prueba de habilidad aritmética.
Este estudio, pese a no ser concluyente plantea algunas incógnitas sobre si el el veganismo podría estar frenando el desarrollo mental de algunas personas. En lo que si parecen coincidir los expertos es en que hay nutrientes cerebrales importantes que simplemente no existen en plantas u hongos.
Y aunque el cuerpo puede producir algunos de estos compuestos cerebrales vitales a partir de otros ingredientes en nuestras dietas, esta capacidad generalmente no es suficiente para compensar estas grietas en la dieta.
De hecho, los agujeros en nuestra comprensión actual de lo que el cerebro necesita para estar sano podría ser un problema importante para los veganos, ya que es difícil agregar artificialmente un nutriente a su dieta, si los científicos aún no han descubierto su valor.