En Argentina hay muchos femicidios de chicas de entre 18 y 23 años que están construyendo su autonomía, aseguró la abogada Luz Patricia Mejía, secretaria técnica del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará, quien calificó esa situación como “muy alarmante” y remarcó el rol de la pandemia como disparadora de “las tasas de violencia contra las mujeres”.
En el marco de la 9º Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales que se realizó este viernes y sábado en México, Mejía sostuvo en diálogo telefónico con Télam que si bien la violencia es un fenómeno universal e histórico, “hay contextos que propician las condiciones para un aumento de sus manifestaciones”.
De esta forma, el aislamiento y el encierro tienen “un impacto más severo en las mujeres”, que se traduce en “un aumento exponencial de la violencia machista”, dijo Mejía en la conferencia organizada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) que tuvo como eje a las desigualdades.
“Ahora estamos saliendo de la Covid-19, pero no de la violencia o la discriminación. Por el contrario, ni mis hijas, ni las hijas de nuestras hijas van a ver un cambio, a menos que haya un impulso decidido de los Estados para que haya una transformación real”
Durante su presentación, la abogada de origen venezolano y máster en Derecho Público e Internacional destacó, por un lado, “todas las cargas que se evidenciaron que tuvieron las mujeres durante la pandemia por coronavirus”, con respecto a las tareas de cuidado.
Por otro, resaltó el aumento de la violencia contra las mujeres “en un momento en el cual la mayoría de los Estados estaba atendiendo la pandemia”.
En este sentido, se evidenciaron situaciones donde “se mandó a agresores a convivir con mujeres, hubo llamadas de auxilio sin capacidad de acceso a sistemas de protección y casos de embarazo infantil en niñas”.
“En Argentina, además de la violencia histórica, lo que vemos con preocupación es que muchos de los casos de violencia fatal y femicida que se registran son contra chicas jóvenes de entre 18 y 23 años que están haciendo su autonomía, y eso es muy alarmante“, expresó la jurista.
A su vez, Mejía destacó que, si bien se habla de “una pandemia sin precedentes” en referencia a la Covid-19, “sí teníamos un precedente, porque lo que ocurre en el marco de las violencias en la región, ya había ocurrido en África con el virus del Ébola”.
Actualmente, Mejía cumple funciones como secretaria técnica en el Mecanismo de Seguimiento de la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer -también conocida como Convención de Belém do Pará-, un órgano conformado en 1994 que aborda la violencia contra las mujeres y evalúa la situación de los Estados que forman parte.
“Como secretaria técnica de la Convención de Belém Do Pará hacemos un trabajo con todos los Estados, y creo que ahora muchas de las cosas que se le recomendaron a Argentina se están trabajando e implementando“, sostuvo.
A su vez, “las medidas tomadas en Argentina junto con el movimiento Ni Una Menos tienen un impacto ‘dominó’ en la región”, agregó.
Sin embargo, resaltó que la evaluación no es lineal, sino que “en el tema del feminismo y los derechos, son avances y retrocesos en la región”.
“Ahora estamos saliendo de la Covid-19, pero no de la violencia o la discriminación. Por el contrario, ni mis hijas, ni las hijas de nuestras hijas van a ver un cambio, a menos que haya un impulso decidido de los Estados para que haya una transformación real”, manifestó Mejía.
Por otra parte, la abogada destacó el impacto de eventos regionales como Clacso, que permiten “compartir experiencias y seguir profundizando en los temas teóricos que permitan la construcción de la política pública”.
En la convención “podés ver lo que está haciendo Colombia, Argentina y México y los modelos que se evalúan, los desafíos y cómo los resolvemos. Es un gran aporte desde el conocimiento a una perspectiva de género y de políticas públicas”, definió en diálogo con Télam.
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Mejía también se refirió a los discursos contra el feminismo y sostuvo que “estamos en un momento de disputa de poder muy clara y el feminismo se posiciona como vanguardia de la disputa”.
Y agregó que esto genera “resistencias de movimientos del neoconservadurismo, como el movimiento ‘Con mis hijos no te metas’, que tienen una presencia importante y logran captar la atención”.
“Es el feminismo disputando poder y esa disputa generó estas reacciones”, aseveró la jurista, quien destacó que el movimiento feminista en la región está en un momento de “transición, que no está siendo fácil”, pero que “está en la calle, dando la batalla”.
Por otro lado, señaló que si bien la violencia sexual y doméstica son las más conocidas, “ahora el abanico de violencias se amplía y podemos ver que ocurren en muchos ámbitos más, como en la educación y la política, porque las mujeres disputan el poder y hay violencias en el ámbito público que antes no eran entendidas de esta forma”.
“Tenemos una violencia digital, que se evidenció con la sobreexposición de las niñas a la violencia virtual, la reproducción de estereotipos de género y la violencia online, cuando su imagen es reproducida”, apuntó.
Frente a esto, sostuvo que hoy en día “tenemos más conciencia de las violencias y de cómo operan”, y a su vez “ya no estamos desconectadas, ya no hay manera de no ver lo que está pasando”.
“La perspectiva de género y el feminismo están impactando en los cambios culturales y en la legislación, y esto tiene un proceso de transformación cultural en la gente más joven”, concluyó.