Desde Barcelona, donde asistió a la “Asamblea y Exposición Global de Hidrógeno Verde”, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, admitió que el gobierno discutirá en el Congreso, junto con las provincias, cómo aplicar derechos de exportación (esto es, retenciones) al “hidrógeno verde”, como se identifica al hidrógeno aislado por electrólisis mediante el uso de energías renovables.
Acompañado por el embajador en España, Ricardo Alfonsín, Kulfas expuso en el evento internacional y mantuvo conversaciones con empresas interesadas cuyos primeros planteos, admitió al suplemento Energía On, del diario Río Negro, plantearon en primer lugar “la estabilidad en las reglas de juego”. Del evento en Barcelona también participó el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, presidente de la UCR y uno de los miembros de Juntos por el Cambio que se postula para competir en las PASO para las elecciones presidenciales del año próximo.
“Estamos conversando sobre estos marcos generales que nos plantean, como la razonabilidad de establecer regímenes de estabilidad fiscal. Tenemos otras experiencias que han resultado bien como el caso del sector minero y, después, definiciones claras y con claridad sobre qué es el hidrógeno verde, el azul, los diferentes tipos de formatos y sus especificaciones. No estamos hablando de pedidos de condiciones raras o especiales sino de un marco normativo que dé esta previsibilidad. Esto, sin duda, va a hacer despegar las inversiones los próximos años”, le dijo Kulfas al enviado especial del diario rionegrino, la provincia más avanzada en el tema, donde apunta el más grande proyecto conocido hasta ahora, el de Fortescue Industries. De hecho, a la tenida en Barcelona también asistieron la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, y Andrew Forrest, el titular de Fortescue, que volvieron a comprometerse en el avance del proyecto.
Gran anuncio
En noviembre del año pasado, la firma australiana, anunció una inversión de cerca de USD 8.000 millones para producir hidrógeno verde en la Argentina en Río Negro, como señaló en entonces el ex rugbier Agustín Pichot, representante de Fortescue en América Latina.
. REUTERS/Ben Makori//File Photo
Kulfas admitió que las inversiones en el sector “tienen un tamaño que requiere inversión y financiamiento internacional” y que es “necesario garantizar el acceso al mercado de cambio para el repago de deudas, utilidades y dividendos”, lo que –adelantó- “no no va a ser un inconveniente, lo vemos como parte de la solución: semejante ingreso de divisas va a ayudarnos a equilibrar el mercado de cambios y a poder ir flexibilizando y eliminando estas restricciones tan duras que tenemos. Como gobierno, no estamos cómodos con este nivel de restricciones. Esperamos que en los próximos años se puedan ir eliminando gradualmente”.
Y aunque admitió que la industria del hidrógeno requiere “previsibilidad y estabilidad fiscal”, también admitió que “se está analizando”, la eventual imposición de retenciones a la exportación. “Se está conversando con las provincias y los diferentes sectores. Queremos llegar a un mecanismo de consenso que preserve a los inversores y que, también, deje satisfecho a los estados, los provinciales y el nacional. Vamos a generar un esquema que sea razonable y que satisfaga las demandas de los inversores. Esto se va a discutir en el Congreso de la Nación”, señaló.
Guarda con las regulaciones
En Argentina, mientras tanto, y como saliendo al cruce, el pionero del “Hidrógeno Verde” en el país, el físico Juan Carlos Bolcich, presidente de la Asociación Argentina del Hidrógeno, advirtió, en una nota consignada por el diario La Mañana, de Neuquén, que para el desarrollo de este nuevo combustible “La Argentina necesita que las regulaciones no se conviertan en un exceso”.
La desconfianza de los interesados en el tema sobre la seriedad del enfoque del Estado se funda, en parte, en la experiencia. En 2006 se aprobó una ley de promoción del Hidrógeno: que impulsaba una serie de incentivos durante 15 años, pero nunca se reglamentó y venció el año pasado. Es decir, tuvo una vida vegetativa durante su supuesta vigencia.
Tal vez por ese antecedente, Bolcich le dijo al suplemento e+, del diario neuquino, que el sector “cuenta con reglas claras en lo que respecta a la seguridad y la tecnología, pero que no sucede lo mismo en lo gubernamental”.
“A veces aparecen regulaciones y decretos. Lo cual a veces hace pesado cualquier tipo de proyecto y ejerce un freno. Es imprescindible tener algunas regulaciones, pero tampoco que sea un exceso que después se termine transformando en una burocracia. Eso es lo que más puede limitar a los emprendimientos que involucren al hidrógeno o a otras actividades”, subrayó Bolcich, un verdadero pionero en la materia.
La guerra como acelerador
Según Bolcich, la guerra en Ucrania y el encarecimiento de la energía acelerará los tiempos de desarrollo de las energías renovables y del hidrógeno, a condición de que se logren costos competitivos. “Tenemos que tener en cuenta el costo del hidrógeno, que influye muchísimo. Por un lado, está la amortización de capital y, por el otro, está el costo de las inversiones más los costos operativos”, analizó. Lo ideal, precisó, sería llegar a un megavatio/hora a un valor 20 dólares.
Además, el físico y ex funcionario del Centro Atómico Bariloche señaló que la Patagonia podría ser el primer lugar donde se pase del combustible tradicional al hidrógeno, ponderó el proyecto privado Hychico. de la petrolera Capsa, y hasta sugirió donde podría funcionar la primera estación de carga de hidrógeno como combustible para automotores: sobre la ruta 3. “Sería fantástico para la industria del hidrógeno”, afirmó.
Bolcich se graduó en física en el Instituto Balseiro y trabajó hasta su jubilación en el Centro Atómico Bariloche y en 1997, hace ya 25 años, logró un primado, hacer funcionar un auto, un Renault 9, completamente a hidrógeno, a partir de un motor Ford V8 cedido por un colega de la Comisión Nacional de Energía Atómica y con la ayuda de un estudiante uruguayo con el que diseñaron un dispositivo para alimentar el motor con hidrógeno directo a la boca del carburador y regulando la cantidad a través de una electroválvula como las del GNC, contó en una nota con Infobae.
Hidrógeno truncado
En 2003 el entonces ministro de Planificación Federal del kirchnerismo, Julio De Vido, se apoyó en el prestigio y antecedentes de Bolcich para que sea “padrino” de la “Primera Planta Experimental de Hidrógeno” en Pico Truncado, Santa Cruz, que fue declarada “Capital Nacional del Hidrógeno” y transfirió fondos a la “Fundación Hidrógeno”, cuyo intendente era entonces el kirchnerista Juan Carlos Maimó, denunciado en 2016, igual que la Fundación, por el entonces intendente socialista, Omar Fernández, por la supuesta malversación de $ 46 millones transferidos por la Nación y la Provincia. Pero en 2019 Maimó fue reelegido intendente.
El año pasado, en una entrevista, Bolcich tomó distancia de aquella experiencia. “Todo dependió de un plan que terminó por no desarrollarse”, señaló, y refirió el proyecto Hychico, de la petrolera y petroquímica Capsa, que en Chubut, a 20 kilómetros de Comodoro Rivadavia, desarrolló la primera planta piloto de Hidrógeno Verde del país, por electrólisis de agua, y el primer reservorio natural de Hidrógeno, a 800 metros de profundidad, que carga a través de un hidrógenoducto de polímero.
Ese proyecto, enteramente privado, es en pequeña escala y está lejos de los grandes números que maneja la australiana Fortescue, que todavía sigue realizando los estudios de factibilidad, pero a la que Kulfas le anunció, desde España, que podrían imponerle retenciones.
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