La especialista en nutrigenética Alejandra Ponce Garza, lanzó su libro Aliméntate según tus genes en el que explica cómo es que los alimentos pueden influir en los genes de las personas para ayudar a prevenir enfermedades de origen genético, así como retardar el proceso de envejecimiento.
En entrevista, la licenciada en Nutrición por el Tecnológico de Monterrey señaló que a través de exámenes específicos es posible conocer cómo estamos programados genéticamente, identificar ciertas enfermedades que potencialmente se podrían desencadenar y, mediante un plan de alimentación, se podrían prevenir; al mismo tiempo en que se retrasa el proceso de envejecimiento.
De esto y mucho más, da cuenta en su más reciente libro la maestra en Nutrigenómica por la Universidad de las Islas Baleares en Mallorca, España; quien también está certificada en envejecimiento saludable y en medicina de estilo de vida.
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¿Qué es la Nutrigenética?
Alejandra Ponce explicó que la nutrigenética, tal como su nombre lo indica, conjunta la genética con la nutrición y es una ciencia de relativamente reciente aplicación, por lo que ella es pionera en México.
“La nutrigenética es el estudio de cómo algunos nutrientes tales como vitaminas, minerales y otros compuestos de los alimentos como antioxidantes y fitoquímicos, pueden llegar hasta tus genes y ayudar a activar o silenciar algunos que puedan desencadenar riesgo de enfermedad”, ahondó.
Esta teoría, de acuerdo con la especialista, está basada en que todas las personas tienen ‘escritas’ dentro de los genes las enfermedades no infecciosas que pudieran llegar a padecer a lo largo de su vida y que por medio de la nutrición y del estilo de vida es posible “silenciar esas enfermedades para que no sean una condena”.
“Yo creo que todos tenemos derecho a una vejez que se pueda disfrutar, no estamos condenados a ninguna enfermedad aunque ya hayamos visto que nuestros familiares las hayan padecido”, agregó Ponce.
Aliméntate según tus genes es la continuación de un primer libro llamado Tiempo extra en el cual la autora inicia contando que la inquietud por este tema surge a partir de que su padre sufre un infarto a temprana edad, aun cuando llevaba una vida relativamente sana.
Mitos sobre la alimentación
En este libro, la también docente, desmitifica algunas creencias que existen con respecto a la alimentación y a algunos ingredientes. ‘No hay alimentos buenos ni malos’ todo depende de cada persona; así lo expone
“Hay personas a las que la sal no les va muy bien y les puede poner en riesgo de ciertas enfermedades como las cardiovasculares, etcétera; sin embargo, hay otras personas que, por otras variables genéticas, la sal les puede hacer muy bien y les ayuda a prevenir otros padecimientos como la migraña que es una causa muy común de incapacidades médicas”.
Otro de esos mitos es la creencia popular de que las dietas veganas o vegetarianas son la opción más saludable para todas las personas, pues, a decir de la experta, “no hay una verdad absoluta dentro de la nutrición y no hay una sola dieta que le vaya bien a todos”.
Por otra parte, comentó que una alimentación adecuada a los genes, puede ayudar también a mantener las funciones del cuerpo en óptimas condiciones por más tiempo
“Una cosa es ser longevo, es decir, mantenerse joven mucho tiempo; y otra cosa es ser viejo. Podemos ser jóvenes en edad cronológica y tener muchos procesos de envejecimiento en nuestro cuerpo que bajan nuestra calidad de vida. Conocer tus genes te lleva a conocer las estrategias específicas para tu vida, que te ayuden a mantener óptimas las funciones en ellos”.
Así como planeamos nuestra vejez en términos económicos como con el Afore, la pensión, etcétera, también es importante comenzar a pensar en cómo será nuestro estilo de vida dentro de 40 años. Es por ello que la autora invitó a las personas a preguntarse ¿Cómo quiere vivir esa etapa de su vida que, al parecer, va a ser la más larga de todas?
Reiteró que la calidad de vida que se lleve en la vejez, dependerá de lo que se haga o deje de hacer durante la juventud.
Proteger a los hijos desde antes de la concepción
En Aliméntate según tus genes, Ponce Garza dedicó un capítulo a exponer cómo es que los padres pueden “blindar” de alguna manera a sus hijos de las enfermedades de origen genético desde antes de la concepción.
Como es sabido, al momento de engendrar los genes de ambos progenitores se transmiten al bebé. “Si los padres han inactivado genes antes de la concepción, estos ‘candados’ se le transmiten también al bebé y lo protegerán durante los primeros años de su vida”, informó la doctora.
En ese sentido, destacó que con pocos cambios en el estilo de vida de los padres, apenas unos meses antes de la concepción, se puede lograr una enorme diferencia en la salud de sus futuros hijos.
“No es que los metamos en una burbuja y ya no les va a pasar nada, pero al menos en sus primeros años de vida, durante la infancia y la adolescencia, ya les estamos dando protección ante enfermedades. Luego debemos ayudarlos a que con su estilo de vida sigan teniendo esos candados cerrados.
Todos los papás queremos proteger a nuestros hijos, y hoy tenemos información basada en ciencia que nos dice que con tan solo tres meses previos a la concepción que yo cuide mi alimentación, ejercicio, sueño, salud emocional y no ingerir sustancias adictivas puedo asegurar más protección para su salud “.
Consideró que si toda una generación se enfocara en hacer estos cambios, la siguiente generación podría salvarse de muchas enfermedades que aquejan a las generaciones actuales e indirectamente significaría un crecimiento para el país al reducirse los costos de atender tantas enfermedades
“Holanda vivió algo así. Vivió una hambruna y luego, la siguiente generación se enfocó en tener muy buena calidad de vida y volvió a ser uno de los países con más salud en todo el mundo”, relató
La escritora adelantó que habrá un tercer libro donde explique más a detalle estas investigaciones sobre la protección preconcepción.
Los pequeños cambios traen grandes beneficios
No obstante, en la realidad mexicana hay una barrera: la pobreza y la cultura de alimentación no balanceada. Es por ello que Ponce refirió que cada cambio, por mínimo que pueda ser, puede significar una gran diferencia a la larga.
“Nunca es tarde para cambiar. Es buscar en qué sí tengo la capacidad de influir. Si alguien dice ‘yo no tengo dinero para comprar alimentos saludables’, pero sí puede comenzar a dormir mejor, a hacer ejercicio. Estos cambios no son pequeños, sino que son de gran ayuda para vivir mejor”, subrayó.
Si bien cada plan de alimentación es personalizado, hay ciertos elementos en la alimentación que tienen efecto en muchos genes, por lo que benefician a la mayoría de las personas.
En uno de sus capítulos menciona algunos de los alimentos fáciles de conseguir en México, tales como la jamaica, ajo, cebolla, betabel, canela, entre otros que, por sus propiedades, pueden ayudar a la generalidad de alguna u otra forma.
Aunque Aliméntate según tus genes es un libro con bases médicas y científicas, es muy fácil de leer ya que su autora estuvo asesorada en todo momento por la editorial Grijalbo y Penguin Random House para que el lenguaje fuera asequible para todos. Además, es posible encontrarlo en formato impreso, digital y audiolibro para todos los gustos.