La semifinal ante el Celtic en Glasgow, semifinales de la Copa de Europa 1973-74. La Copa del Rey de 1985. El Doblete. Sobre esos tres grandes momentos de la historia del Atlético, en la celebración de su 119 aniversario versó una de las charlas del festival Cultura en Rojo y Blanco celebrado en el Metropolitano esta tarde. Una charla que, además, servía para homenajear una segunda efeméride, la de los 75 años del nombre Atlético de Madrid. Moderaba Petón. Hablaban cinco futbolistas que vivieron esos momentos desde la hierba, y la llevaron al museo, y la grabaron para siempre en los corazones rojiblancos: Adelardo, Cacho Heredia, Juan Carlos Pedraza, Clemente Villaverde y Roberto Fresnedoso. Emotiva, interesante, con anécdotas a la luz que nunca antes se habían revelado y un cierre que sólo podía hacer un divertidísimo Roberto Fresnedoso, inmenso, que dejó al auditorio del estadio rojiblanco con una sonrisa y entre una profunda ovación.
La batalla de Glasgow
Adelardo: “La Copa de Europa que hicimos ese equipo (en 1974), lo jugamos muy bien. Nosotros llegábamos a los partidos como si lo hubiéramos ganado por la moral que teníamos entre todos los compañeros. Quizá el míster con su “Arriba España”, que llevaba una radio gigante a las concentraciones, al hombro. El día antes, entrenando, hubo un pequeño lance entre los compañeros. Dos de ellos se tocaron…”.
Cacho Heredia: “Eran dos argentinos (“Petón y Panadero”, apuntó Petón). Y ya eso nos motivó mucho, porque estábamos preocupados. Nosotros queríamos ganar lo más importante, ese partido, para después llegar a la final de competición. Los dos eran como dos perros dogo enganchados y no se despegaban. Una vez acabó eso y llegamos a las siete de la tarde y ya el estadio lleno. Uy, estos nos van a matar a nosotros. Vivimos un partido que se logró por épica”.
Adelardo: “Yo lo he dicho, claro, que dimos patadas, sino nos matan. Nada más entrar a la hierba, a Garate. Y dijimos: ¿Cómo? Salió la nave argentina, Panadero. Que si no damos esas patadas nos matan, allí no sale uno vivo”.
Cacho Heredia: “Cuando acabó el partido fue lo peor que yo he vivido. Que yo no lo pensaba que iban a jugar así. Acaba y nosotros contentos porque habíamos sacado un punto que significaba mucho para nosotros. Se arma la guerra entre los jugadores y, cuando yo voy a para ir al vestuario, había un Policía que le estaba pegando a un jugador y yo le di y cayó el Policía al suelo y me fui corriendo al vestuario y me vino a buscar allí la Policía, y yo duchándome. Pero lo que más me dolió que cuando le pegaron al presidente. El presidente iba delante, yo atrás y le dieron una patada en el culo, a Vicente Calderón, le pisaban el pasaporte, no se puede dejar que a usted lo basureen, le dije.
Intercontinental
Adelardo: “Es un sueño que tienes desde pequeño, levantar un título, y mira por donde fue la copa del mundo. Gracias a mis compañeros fue un equipo, a la Copa de Europa tan buenísima que hicimos. Perdimos la final porque siempre nos toca lo peor. Empatamos y la UEFA, en vez de seguir, manda en 48 horas otro partido. Nosotros estábamos destrozados. Hay una anécdota que le dije al médico, cuando acabó el segundo partido: “Enrique vete a ver al alemán que se pone la bata blanca porque esto es imposible”. Cómo corrían dos días después… Parecía que no habían jugado. Fue horroroso.
Copa de 1985
Pedraza: “En primer lugar pedir disculpas porque iba a venir Miguel Ángel Ruiz, quien levantó aquella Copa pero por un problema persona no ha podido. Era una de las personas idóneas. En aquella época teníamos un equipo con ocho de la cantera en e equipo titular. Hoy sería impensable. Con eso Luis se fue armando”.
Clemente: “Éramos una panda de chavales que habíamos subido todos, desde juveniles y subimos al Madrileño de Segunda B a Segunda. La verdad que era una responsabilidad grande. El club había pasado un época bastante mala, a nivel de títulos, nivel de gobernanza, bastantes problemas. Nosotros sentíamos el club desde la raíz, desde abajo, y estábamos haciendo por recuperar esa situación que Adelardo y Heredia habían mantenido un nivel anterior. Diez años sin títulos. Y el Athletic el favorito (en aquella final). Había mucha más gente del Athletic en la final, en la grada del estadio, que gente del Atlético”.
Peiró
Pedraza: “En los éxitos tuvo mucho que ver Peiró, cuando llegó al madrileño después de Máximo Hernández, el gentleman, venía de Italia y era un espectáculo. Fue un punto importante en la historia de esta etapa. Ocho de la cantera en un equipo titular, insisto, complicado hoy en día”.
Adelardo: “A Peiró como futbolista no hay que descubrirle. Fue para mí el máximo pero como amigo… Cuando yo llegue del Badajoz no conocía nada de Madrid. A mí me acogió como si fuera su hijo o su hermano pequeño. Fue una convivencia que teníamos, tan grande, que para mí fue mi hermano mayor. Mi hermano, mi amigo, mi padre, mi todo”.
Charla de Luis antes de jugar la final ante el Athletic
Clemente: “¿Qué cómo fue la charla antes de aquel partido? Como todas las que hacía Luis siempre, siempre le ponía hincapié. Nos conocía desde pequeños, todos los apuntes que tenía, era un adelantado a su tiempo en cuanto el tema de entrenador. Supo llevar muchas formas de llegar al partido. El día de la final me acuerdo que siempre jugábamos con cuatro defensas y ahí un momento del partido que ve que el Athletic mete a dos delanteros y Luis introdujo un central más, tres. Eso ya te da una idea de lo que él pensaba. Una vez por semana, los jueves, nos hacía ir al campo nada más que para hacer movimientos con lo que eran las posibles variantes que se podían dar durante el partido. Tenía un carácter que transmitía mucho al jugador. ¡Conocemos la casa de campo por los nombres de los árboles!”.
Hugo Sánchez
Clemente: “Yo solo te puedo hablar bien de él. Compartimos habitación. Él estaba terminando odontología y yo derecho. Lo que sí te puedo decir como anécdota que el ultimo año que estuvo con nosotros, los últimos meses fueron insufribles. Constantemente recibíamos llamadas del Barcelona primero y después del Madrid, la figura del agente no existía entonces. Como jugador el mejor rematador que he visto nunca. Es impresionante. En los entrenamientos nos poníamos a hacer centros y de diez chilenas te metía nueve”.
Pedraza: “Fue el primer jugador que yo vi con dos espinilleras, una delante y otra detrás porque jugaba mucho de espaldas y le daban unos hachazos…”.
Doblete
Fresnedoso: “Mi llegada (del Espanyol) era un poco como Paco Martínez Soria con el pollo. Recuerdo a Clemente en el vestuario, que me explicaba, y yo miraba con los ojos como platos. Para mí era un sueño. Mi padre es el del Atleti, es de aquí de Carabanchel. Y yo era del Atleti de pequeño, hay fotos que lo demuestran (ríe), para mí era un auténtico sueño. En la pretemporada lo que comentas, era ese equipo de los dos años antes como base, al que sólo le faltaba credibilidad”.
Antic
Fresnedoso: “Para mí Radomir fue el entrenador ideal en aquel momento. La mayor virtud era que sabía sacar el mayor rendimiento a cada jugador, sabía ubicarte en la posición. Yo era un jugador de Primera y a mí me tenía tirando toques contra una madera, una tapia. De interior, de exterior… Y yo se lo agradezco muchísimo. Me hizo mejor jugador. Yo nunca me lo he tomado mal es. El mensaje estaba claro, que tenía que mejorar. Y mejoré”.
Copa, gol de Pantic
Fresnedoso: “Esa jugada es una jugada que habíamos trabajado en un entrenamiento. Geli, apoyo interior… Lo que no estaba trabajado era que Pantic rematara de cabeza. Pero ahí apareció Milinko y metió el único gol que ha metido en su historia de cabeza”.
Clemente: “El fichaje de Milinko fue de traca. Aparece un día Radomir allí con videos. Un tío que no hacía más que tirar faltas y todas para adentro. Yo fui a negociar con el Panionios y era un club que no tenía ni oficinas. ¡Levé mi ordenador! Y en el Intercontinental de Atenas cerramos el negocio. De aquellas eran 40 millones de pesetas. Era un jugador regalado. Y fíjate luego el rendimiento que dio”.
Gol de Fresnedoso, la jugada de Caminero
Fresnedoso: “(Riendo) Ya lo ha dicho ese socio: “Marcó el gol de Caminero”. Es que tú si ves el gol me tengo que tirar en plancha. Toda la gente se quedó mirando la jugada de Caminero, el portero, Nadal… Y yo estuve más atento: “Esto hay que acabarlo”. Encantado de que Caminero hiciera esa jugada. La suerte de estar en ese partido y haber participado en ese punto histórico de este grandísimo club”.