Tener una alimentación equilibrada, incluir alimentos altos en hierro y realizarse controles periodicamente es la mejor manera de prevenir cualquier complicación de salud. Si tenés tendencia a la anamia, te contamos qué opciones debes incluir si o si durante la semana.
Según explican los especialistas, la ingesta mínima de hierro diaria es de 9mg en los hombres y 18mg para las mujeres. Nosotras debemos prestar especial atención, primero porque necesitamos más y, segundo, porque estamos expuestas a otros factores como la menstruación o dietas adelgazantes que nos pueden generar este problema.
Para prevenir la anemia ferropénica debemos consumir verduras a diario, de ser posible dos veces al día y una de ellas debe ser cruda. Entre estas verduras debemos incluir legumbres, al menos, dos veces por semana y combinarlas con vitamina C. Por ejemplo: si almorzamos bife con ensalada de espinaca y tomate, podemos acompañarlo con un jugo natural de naranja.
Normalmente se indica raciones de carne y sus derivados como fuente de hierro, pero en caso de personas vegetarianas o veganas pueden absorber este nutriente de los vegetales, los frutos secos y las legumbres.
Los alimentos con más porcentaje cada 100 gramos son: sésamo (70mg), algas (40-60mg), levadura de cerveza (17,5 mg), semillas de calabaza (11,2mg), soja (8,6 mg), perejil (8,5mg), semillas de girasol (7mg), lentejas (6,9mg), garbanzo (5,2mg), avena (5mg), almedras (4,7mg), espinaca (4,1mg), entre otros.
Así como la vitamina C facilita la absorción de este nutriente, hay ciertas normas a seguir que debemos evitar si queremos aprovechar nuestros alimentos, por ejemplo, debemos evitar combinarlo con calcio, fitatos (presentes en los cereales integrales y la fibra), salvado, té y café, ya que estos hacen que nuestro cuerpo no pueda aprovechar el hierro al 100%.
Es de vital importancia que ante ciertos síntomas como por ejemplo: cansancio, debilidad, caída de cabello, palidez, manos y pies fríos o dificultad para respirar, consultemos con un especialista que nos haga todos los estudios necesarios y nos indique qué tratamiento seguir. También, aunque no tengamos síntomas, debemos realizarnos al menos un control anual para prevenir enfermedades.