Luis Fernando Zequera y Paula Gutiérrez son una pareja de colombianos casados hace un poco más de 20 años. Ellos iniciaron como cualquier matrimonio común y corriente.
(Microempresas colombianas mejoran, pero su recuperación va muy lenta).
Paula, odontóloga, era empleada y Luis Fernando era autoempleado, aquella persona que ha decidido convertirse también en su propio jefe, es decir, cobra por lo que trabaja.
Y, así fueron llegando sus tres hijos, el amor creció, pero los ingresos no. No podían cubrir los gastos de la casa. Además, ellos habían tomado una decisión de amor, pues Paula trabajaba medio tiempo para que pudiera estar con los hijos y Luis Fernando, tiempo completo.
En palabras del propio Luis Fernando: “el tiempo pasó y por más que yo trabajaba el ingreso no aumentaba, me refiero a que las entradas económicas que recibía no alcanzaban. Además, llegó el estrés y los sacrificios que implicaba ser autoempleado: no poder compartir con mi familia en reuniones, fiestas, cumpleaños, no poder ver a mis amigos, no poder ir a eventos en los colegios de mis hijos. Yo salía muy temprano en la mañana y llegaba muy tarde en la noche, prácticamente no los veía. Perdí gran parte del crecimiento de mis hijos”.
(Pato, Pato, Gansocks repensó la idea de regalar medias).
Luis Fernando recuerda que alguien le dijo: “si sigues haciendo lo mismo que has venido haciendo ¿crees que tu historia va a cambiar?”. Anota que fue una época muy dura. Por otra parte, Paula no era valorada en su trabajo y a él tampoco le pagaban a tiempo y bien por el trabajo de calidad que hacía. Ellos no podían dormir, se levantaban en medio de la noche estresados pensando en todas las deudas que tenían. Estaban realmente agotados física y mentalmente.
Como ellos lo narran, tenían la autoestima en el piso. Luis Fernando se volvió insoportable, la relación con Paula comenzó a deteriorarse y aún peor con sus hijos, no eran pacientes y explotaban con facilidad.
Cuenta Luis Fernando que una noche sin dormir buscó por internet y encontró una información que le llamó la atención: “cómo hacer dinero mientras duermes”. Lo cual le pareció al principio una tontería, una estafa, algo imposible, pero vio algo que lo conectó. Y, era cómo hacer dinero con Amazon, la empresa de comercio electrónico más grande del mundo, de uno de los hombres más ricos del mundo.
A la mañana siguiente Luis Fernando habló con Paula sobre esto. Ella le dijo que era algo muy loco y que no veía que fuera a funcionar realmente, que más bien consiguiera un empleo, algo estable. Pero él tenía una corazonada que le decía que esa era la solución para sus problemas.
Así, Luis Fernando se dedicó a buscar e investigar más sobre el tema. Pero había demasiada información que se estaba volviendo loco, procrastinó un montón en redes sociales, estaba perdido y no sabía por donde empezar, estaba paralizado por tanta información y por tanto análisis.
Finalmente, decidió tomar acción e intentar iniciar con los libros digitales. Como era consultor hizo un libro sobre consultoría, lo creó y lo publicó. Luis Fernando anota: “y adivinen qué pasó, no vendí absolutamente nada. Creé otro libro y nada”.
Siguió pasando el tiempo y la situación era cada vez peor para ellos. Un día Paula le dijo a Luis Fernando: “nuestra situación económica está muy crítica, no podemos matricular a nuestra hija en el colegio. Debemos muchos meses de pensión y tenemos muchas deudas acumuladas en este momento”.
(Prosperapp, la plataforma que le ayuda a administrar sus finanzas).
Más adelante, por pura casualidad, Luis Fernando encontró un mentor que le mostró desde su celular los resultados que tenía día a día y mes a mes en Amazon. Como Luis Fernando lo referencia: “estos resultados eran increíbles, miles de dólares de ingresos en Amazon. Por lo que le pedí que por favor me enseñara cómo había logrado esos resultados, a lo que muy amablemente accedió. Muy emocionado le conté a Paula. Luego de analizar las posibilidades y con mucho temor nos relanzamos a la aventura emprender en Amazon. Yo continué en consultoría por unos meses y Paula, renunció a su trabajo. Y, nos enfocamos totalmente en sacar nuestro emprendimiento adelante”.
Ellos tuvieron que enfrentar las críticas de sus familiares y amigos que les decían: “búscate un trabajo real, eso no funciona”. De esta manera, a pesar de los comentarios que oían, le dedicaron tiempo, esfuerzo y algo de dinero, haciendo gimnasia financiera, como ellos lo expresan. En el proceso seguían con dudas, aunque ya habían visto por si mismos que era posible.
Tenían ahora que creer en ellos en el proceso. Continuaron, pero llegó una noticia inesperada y dura que frenó las cosas. La mamá de Paula, que había enviudado no hacía mucho tiempo, fue diagnosticada con cáncer. Algo que fue devastador para ella y toda la familia. Es así que, el tiempo de Paula se repartía ahora entre acompañar a su mamá a las quimioterapias, consultas médicas y por supuesto en apoyo emocional para su madre.
Luis Fernando seguía sosteniendo la economía de la casa con consultorías, estaba muy aburrido del mundo del autoempleo, pero no había de otra.
Cuando ellos estaban cerca de abandonar el emprendimiento, su mentor, ahora poco accesible, los animó y les volvió a mostrar los nuevos resultados que se habían incrementado en el tiempo.
Ellos no podían abandonar, tenían que, como Luis Fernando lo menciona: “insistir, insistir y nunca desistir”. Ya habían invertido mucho tiempo y dinero, y a pesar de todo tenían que sacar su emprendimiento adelante fuera como fuera.
Entonces, ellos se organizaron y optimizaron el tiempo que no tenían. Dejaron de ver series, redes sociales y todo lo que les quitara tiempo. Al final lograron sacar un nuevo libro que publicaron en Amazon, pasó un día y nada, pasó otro día y nada, al tercer día (un 4 de julio, día de la independencia de EEUU). Hicieron una promoción gratuita y el libro fue bajado 4.600 veces ese día y tuvieron ingresos por 365 dólares al finalizar julio. En los siguientes meses se fueron incrementando sus ingresos (regalías). Ya para el mes de diciembre obtuvieron 2.567 dólares.
Ellos continuaron y publicaron más libros, creando más productos, replicando su estrategia. Para luego llegar a cifras de USD3.583, seguidas por USD6.527 y finalmente, lograr alcanzar su meta de más de 10.000 dólares al mes. De esta forma, lo han seguido haciendo hasta hoy. Creando productos digitales y físicos para escalar y escalar.
Ellos dan las gracias a quien les enseñó, a Amazon y a que tomaron acción con: esfuerzo, disciplina, enfoque, constancia y resistencia. Su vida cambió radicalmente y pudieron pagar la totalidad de sus deudas.
Ahora, este matrimonio emprendedor tiene la tranquilidad y libertad de tiempo, espacio y dinero, para dedicarse a lo que aman: sus hijos y su familia. Tienen tiempo para acompañar a sus padres en sus enfermedades y su vejez, cuando más los necesitan. Hay tiempo para compartir con sus hijos y amigos, para viajar y, por supuesto, tiempo para ayudar a otros que es lo que realmente les gusta y hace felices.
La pareja recalca: “Y, es esta felicidad la que queremos compartir con muchas, muchas más personas, con miles y ojalá millones de personas, para que se beneficien de este maravilloso modelo de emprendimiento en Amazon, que hemos venido perfeccionando día a día para que alcancen la verdadera libertad como nosotros”.