“Sueño con un Panamá libre de corrupción, en donde la gente pueda emprender y desarrollar grandes empresas; sueño que todos nuestros jóvenes puedan tener derecho a las mismas oportunidades. Debemos trabajar para que las actuales y futuras generaciones hagan negocios”, expresa Larú Linares, gerente de emprendimiento femenino y social en la Fundación Ciudad del Saber, quien posee un máster en género, igualdad y equidad en el desarrollo, cooperación de la Universitat Central de Catalunya. También cuenta con una maestría en dirección de comercio internacional de la Universidad de Málaga. Además es coach internacional y especialista en programación neurolingüística. Linares lleva 18 años apoyando el emprendimiento femenino y lidera el programa ‘Canal de empresarias’ de Ciudad del Saber, dirigido a mujeres que desean emprender, que tienen ideas de negocios o que ya tienen empresas funcionando. También lidera el movimiento ‘Mind School’ por el emprendimiento, como herramienta para crecer, en las nuevas generaciones y grupos en riesgo. En una entrevista para ‘MIA Voces ‘Activas’, Linares habla acerca de los avances en materia de equidad de género en Panamá y sobre la importancia de establecer el emprendimiento como una materia educativa para el desarrollo de las nuevas generaciones.
¿Qué opina de los avances en materia de igualdad de género en el país?
Sí ha habido avances en Panamá, pero todavía falta mucho camino por recorrer; por ejemplo, tenemos la iniciativa de paridad de género, que es una propuesta que nació en el gobierno pasado y que acompaña el desarrollo de otras acciones en el mismo programa, donde promueven la igualdad de género dentro de las instituciones públicas, con el fin de cerrar la brecha de género que existe hoy. Lo que se busca es que haya igualdad entre la labor que desarrollan las mujeres y los hombres; también que se tenga el mismo salario para mujeres y hombres que desarrollan la misma actividad, que haya más mujeres ocupando posiciones de liderazgo en juntas directivas, que participen del desarrollo de emprendimientos y que se enfoquen en prepararse en carreras Steam.
Hablemos del programa de Ciudad del Saber, ‘Canal de empresarias’.
Ya tiene ocho años. Hasta ahora hemos capacitado aproximadamente a 3.500 mujeres. Actualmente tenemos una comunidad extensa de participantes que han formado parte de actividades que desarrolla el programa. Es importante resaltar que en nuestra última encuesta se registraron 537 nuevos empleos desarrollados por las mujeres que han armado y creado sus empresas a partir de la capacitación a través de ‘Canal de empresarias’, también de las que han hecho crecer sus emprendimientos. Este programa está diseñado para mujeres que tienen una idea de negocio o para mujeres que ya tienen una empresa funcionando; entonces, ambas reciben las capacitaciones y con el apoyo hemos creado una red de mentores voluntarios, donde actualmente hay más de 200 personas inscritas. Estos mentores acompañan a las emprendedoras en su proceso de crecimiento y desarrollo por medio del taller ‘Máster mentor’.
¿Qué impacto tiene el proceso de mentoría dentro del programa?
Estas capacitaciones empoderan mucho a las participantes. El mentor básicamente se enfoca en compartir conocimiento, experiencia y datos. Por otro lado, tenemos una iniciativa llamada ‘Núcleos sectoriales’, que son pequeños grupos en donde se agrupa a mujeres que forman a otras, o aquellas que ya han estado en nuestro programa. Esto les ayuda a tener una conexión más rápida con su sector, por ejemplo, si la persona pertenece al sector de alimentos y pasa por el ‘Canal de empresarias’, una vez termina el programa se puede agrupar con mujeres que trabajan en esa área; no solo lo vemos en este sector sino también en el de turismo, artesanías, entre otras. Asimismo, se encuentra el programa de Acnur formado por hombres y mujeres, dirigido a refugiados. Además, tenemos mujeres indígenas y mujeres reclusas dentro de los programas y con Capatec, una iniciativa enfocada en mujeres y la tecnología.
¿Qué desafíos enfrentan hoy las emprendedoras?
El desafío principal de las emprendedoras es conseguir financiamiento. A veces es un poco complicado encontrar instrumentos de financiamiento que sean buenos para ellas, porque muchas no cuentan con un aval, capital o suficiente respaldo para pedir un préstamo, por ejemplo, una casa o un terreno a su nombre; en la mayoría de los casos, el lugar donde viven está a nombre de su pareja o sus padres. La realidad es que muchas de las emprendedoras están requiriendo hoy día apoyo financiero, algunas ni siquiera tienen un historial crediticio para poder acercarse a un banco a pedir un préstamo. Por otra parte, se encuentran con la barrera del uso de la tecnología. Un estudio que se hizo en Ciudad del Saber junto con la Ampyme y otras instituciones aliadas mostró que las mujeres no utilizan tanto la tecnología como en aquellos los emprendimientos liderados por hombres y que el 77% de las emprendedoras encuestadas afirmó que no utiliza la tecnología; entonces vemos que el emprendimiento femenino necesita todavía más apoyo en ese sentido.
Ante la falta de práctica en el área de tecnología por parte de las emprendedoras, ¿qué representó sacar adelante las inducciones en medio del confinamiento?
“Sueño con un Panamá libre de corrupción, en donde la gente pueda emprender y desarrollar grandes empresas; sueño que todos nuestros jóvenes puedan tener derecho a las mismas oportunidades. Debemos trabajar para que las actuales y futuras generaciones hagan negocios”.
Antes de la pandemia, nuestros talleres eran presenciales y reuníamos a 200 o 300 mujeres en un mismo salón para darles capacitaciones en la ciudad, Chiriquí o en las provincias centrales, no obstante, cuando empezó la pandemia de covid-19, tuvimos que adquirir plataformas digitales como webinarios para capacitarlas a través de ellas. Hoy mantenemos esa aula virtual, pero en un principio nos encontramos con una de las barreras que fue el uso de la tecnología. En 2020 había 140 mujeres aproximadamente que nunca habían entrado a un webinario, tampoco sabían utilizar Zoom o correo electrónico; lastimosamente no tenían capacidad para conectarse, entonces hubo que hacer docencia para explicarles cómo debían proceder y reiterarles la importancia de utilizar herramientas digitales y las redes sociales para potenciarse ellas mismas y a sus negocios. En adición, durante el desarrollo del programa ese año, hallamos una barrera muy fuerte que fue la falta de espacios para que las emprendedoras vendieran sus productos. La mayoría de ellas obtenía sus ingresos a través de ventanas comerciales como los bazares. El confinamiento congeló a las emprendedoras y mermó sus ingresos, entonces fue cuando recibimos el apoyo de empresas privadas y con esto se creó una plataforma para que vendieran sus artículos. Actualmente hay 1.500 productos en esa plataforma.
Ahora que menciona las empresas privadas, ¿qué papel juega la alianza público-privada en pro de elevar el emprendimiento local?
Es súper necesaria una alianza de fundaciones y organismos con la banca, que ayudaría a crear herramientas financieras exclusivas para las mujeres, por ejemplo, que existan requisitos más blandos en donde ellas puedan percibir que realmente se les está apoyando con su proyecto. Pienso que las instituciones debemos sentarnos a ver esos temas y analizar bien de qué manera podemos apoyar a la mujer emprendedora con herramientas hechas específicamente para ellas, como los talleres, y que ellas puedan venir acompañadas de sus hijos.
¿Qué se requiere para que estas alianzas sean exitosas?
Principalmente apertura. Debe haber una corresponsabilidad entre la empresa privada y el gobierno. Hoy se necesita brindar espacios para que las mamás puedan dejar a sus hijos en centros, mientras se van a emprender, porque a veces no tienen con quién dejar a los niños en la casa. Hemos visto casos dolorosos en donde mujeres están dejando a los niños con otros niños, no es posible que un menor de ocho años cuide al resto de sus hermanos más pequeños. El cuidado no debe recaer en menores de edad y tampoco solo en la madre, como viene ocurriendo desde hace muchos años. Por otro lado, hay que entender que el servicio que le brindamos al emprendimiento femenino tiene que ser distinto, porque las mujeres tienen necesidades relacionadas con el tema del doble rol; lo ideal es que puedan dedicar tiempo al emprendimiento y que en sus familias las apoyen.
¿Qué incentivos se pueden implementar en Panamá para fomentar el emprendimiento?
Si queremos que los emprendimientos crezcan rápido, debemos crear fondos que apoyen estos proyectos en su escalera hacia el desarrollo. Por ejemplo, en Israel el gobierno cuenta con fondos para los emprendedores que funcionan de la siguiente manera: si la persona está emprendiendo y la idea es maravillosa, el individuo acude a las entidades para que le apoyen e inmediatamente le dan una suma de dinero para desarrollar ese proyecto durante seis meses, y en ese tiempo solo se dedican a esto. Luego pasan a un siguiente nivel que consiste en armar su cartera de clientes y emplear a otras personas.
En temas de educación, ¿se imagina que existiera en el pénsum académico una materia orientada al emprendimiento?
El impacto sería potente. Si arrancamos hoy desde la primaria, en 10 años tendríamos una generación de jóvenes mejor preparados que entenderían mejor todo lo relacionado al emprendimiento, hablarían de ello, empezarían a llegar con nuevas ideas y solo tendrían que enfocarse en hacer que su proyecto crezca, conseguir aliados y vender su propuesta para que otros quieran invertir en ella. No obstante, viendo el presente, hoy contamos con una Ley de Emprendimiento que es buena, pero se puede mejorar mucho más, es decir, que sea más realista con la necesidad que tienen los emprendedores en el caso del papeleo que tiene que hacer un emprendedor para formalizar su negocio. El proceso debería ser mucho más sencillo y adaptado a sus necesidades. Aquí en Panamá muchas ideas no se están desarrollando porque el emprendedor no pudo conseguir respaldo económico. Esto se debe modificar para ayudar a los jóvenes.
Para finalizar, ¿con qué Panamá sueña Larú Linares?
Sueño con un Panamá libre de corrupción, en donde la gente pueda emprender y desarrollar grandes empresas; sueño que todos nuestros jóvenes puedan tener derecho a las mismas oportunidades. Debemos trabajar para que las actuales y futuras generaciones hagan negocios. Mi mensaje de reflexión también va dirigido a aquellos que no se han atrevido a emprender: les exhorto a que saquen sus ideas de debajo de la almohada y accionen; si son mujeres aprovechen el programa de ‘Canal de empresarias’; si son hombres, también acudan, porque hoy tenemos varones que forman parte de la iniciativa. Tenemos abierta la convocatoria para el programa hasta mediados de mayo y pueden llenar el formulario que está en las redes @ciudaddelsaber.