Rosalind Franklin falleció el 16 de abril de 1958, víctima de cáncer de ovarios, a los 37 años de edad. Su aporte para el descubrimiento de la estructura del ADN no le fue reconocido en vida, y solo varias décadas después de su muerte se le reivindicó ante la ciencia por ello.
En 1951, comenzó a trabajar en la estructura del Ácido Desoxirribonucleico (ADN), el nombre químico de la molécula que contiene la información genética de todos los seres vivos.
Nacida en Londres en 1920, hija de una familia de banqueros judíos, Franklin optó por la ciencia en un tiempo en el que la mujer tenía poco apoyo para hacerlo. De hecho, su padre, Ellis Arthur Franklin, intentó que desistiera de ir a la universidad.
Evidentemente, Rosalind le contradijo. Ingresó en Cambridge, estudiando Química, y se unió tras su licenciatura al laboratorio de físicoquímica del centro educativo.
El trabajo de Rosalind Franklin con la estructura del ADN
Para 1950 Franklin recibió la beca Turner and Newall para trabajar en King’s College, y un año más tarde se integró a las investigaciones sobre el ADN.
Con sus conocimientos de cristalografía, mejoró el equipo que tenía, obteniendo varias de las imágenes más nítidas de la estructura completa del ADN hechas hasta el momento.
Una imagen en especial, llamada la Foto 51, demostró que el ADN era una doble hélice. Esta imagen fue observada (sin permiso de Franklin) por sus colegas y rivales James Watson y Francis Crick, de la Universidad de Cambridge, que también trabajaban en el tema.
Maurice Wilkins, que siendo cercano a Franklin tuvo varios encontronazos con ella, presentó la imagen a Watson y Crick. A partir de entonces, ellos pudieron construir el primer modelo correcto de la molécula de ADN, con una doble hélice.
Los tres ganarían el premio Nobel de Química en 1962. Solo Wilkins nombró, aunque brevemente, la labor de Franklin como clave para el descubrimiento. Los otros dos la ignoraron.
Franklin abandonó el King’s College, uniéndose luego al Brickbeck College. Allí enfocó sus esfuerzos, como recuerda Guiomar Huguet Pané para National Geographic, al campo de la virología.
En este “realizó contribuciones decisivas trabajando sobre la estructura molecular de virus como el del mosaico del tabaco o el de la polio”, señala Huguet Pané. “Sus descubrimientos todavía se tienen en cuenta por los investigadores actuales”.
De hecho, Aaron Klug ganó el Nobel de Química de 1982 basándose en los estudios de Franklin sobre la estructura molecular de los virus.
El duro carácter de la científica y su lucha contra las adversidades
Rosalind Franklin, que durante varios años se expuso a la radiación, fue diagnosticada con cáncer de ovarios en 1956. Dos años más tarde fallecería en Londres.
Retraída, de un carácter duro, quizás impulsado por la lucha contra las adversidades que sufría en su entorno, Franklin nunca se rindió.
“Creo que ella se habría sorprendido totalmente en realidad (sobre la atención que ha recibido su historia en la actualidad”, dijo su hermana, Jenifer Glynn en una entrevista con Eva Higginbotham. “Le habría sorprendido mucho la idea de que se convirtiera en una especie de icono feminista”.
“No era, creo, nada en su mente en absoluto. Ella era solo una científica que quería hacerlo todo lo que pudiera de esa manera, aunque nada le complacería más que el hecho de que tal vez alienta a las niñas a la ciencia”.