La 37ma Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe concluyó en Quito, capital de Ecuador. Luego de varias jornadas de análisis y debate sobre el trabajo realizado durante los dos últimos años por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), los delegados de los 33 Estados Miembros establecieron las prioridades del plan de trabajo para el período 2020-2030 y presentaron experiencias innovadoras.
Antes del evento se realizaron 36 consultas a escala nacional, subregional y regional, en las que participaron miles de personas de gobiernos y parlamentos, la sociedad civil, el sector privado, la comunidad científica y académica, así como equipos de las Naciones Unidas. Todo ello con el fin de incitar un debate profundo y masivo sobre un tema central para el presente y el futuro.
En un contexto latinoamericano y caribeño económico, político y social complejo, agravado por la pandemia de COVID-19, el sector agroalimentario se antoja clave para solventar la crisis humanitaria regional. Por eso la cita pretendió concientizar sobre la necesidad de transformar cada sistema de agricultura y mecanismo de producción de acuerdo a las necesidades y capacidades de cada país. Siempre sobre la línea de la sostenibilidad y de la interiorización de las consecuencias del cambio climático.
Durante la conferencia se discutió, además, sobre el aumento de los precios de los alimentos y los fertilizantes, se abogó por el desarrollo de políticas eficientes y novedosas que permitan consolidar a la región como el mayor exportador de alimentos del mundo y se pidió reforzar los programas de alimentación escolar y de protección social ante el vertiginoso aumento del hambre y la obesidad.
El Director General de la FAO, señor Qu Dongyu, reconoció en su declaración la preocupación de la FAO sobre la falta de garantías en cuanto a seguridad alimentaria yadvirtió que el número de personas subalimentadas puede aumentar entre 7.8 millones y 13.1 millones en todo el mundo. El funcionario abogó por la paz y el diálogo entre las naciones del área como única vía para establecer mecanismos sólidos que permitan enfrentar la crisis.Asimismo, solicitó a todos los países mantener abierto el comercio mundial de alimentos y fertilizantes, encontrar proveedores de alimentos nuevos y diversos, prestar apoyo a los grupos vulnerables, evitar las reacciones ad hoc en materia de política y reforzar la transparencia y el entendimiento.
Qu Dongyu reconoció en su informe reconoció que el Marco Estratégico actual de la FAO responde a los desafíos de sus actuales sistemas agroalimentarios por medio de un enfoque concertado y sistémico que está fundamentado en las aspiraciones de lograr una mejor producción, nutrición y vida para todos. Mejoras que, según dijo, reflejan las interconexiones entre las dimensiones económica, social y ambiental de los sistemas agroalimentarios y el desarrollo rural, así como su centralidad respecto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Participación de Cuba en la LARC 37
Durante la conferencia, el Director General de la FAO, Qu Dongyu e integrantes de la delegación cubana sostuvieron un encuentro en el que el país ratificó su compromiso de impulsar la transformación de los sistemas agroalimentarios, a fin de que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
En el encuentro, el directivo de la organización internacional reconoció el trabajo de la FAO en la nación antillana. Además, destacó los avances en el sector agroalimentario cubano, como la puesta en marcha de las 63 medidas aprobadas para potenciar la producción de alimentos y el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional.
Para el desarrollo de este último, la FAO contribuyó con asistencia técnica y apoyo financiero a partir del programa “Impacto, Resiliencia, Sostenibilidad y Transformación de la Seguridad Alimentaria y Nutricional” (FIRST), financiado por la Unión Europea. El Plan SAN fue aprobado en 2020 y cuenta con cuatro líneas prioritarias, entre ellas destaca el estímulo a la producción local de alimentos.
El Ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, aprovechó el encuentro para resaltar el aporte de la FAO en el Plan y también la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, a aprobarse este año.
La FAO en Cuba colabora en armonía con las políticas cubanas y el Marco Estratégico de la organización (2022-2031), como una vía para el logro de una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor; refirió Pérez Brito.
Por otra parte, en el cuarto día de sesiones de la LARC37 la delegación cubana compartió sus experiencias positivas en el enfrentamiento al cambio climático y cuidado del medio ambiente, ambos de impacto en la producción nacional de alimentos. En su intervención el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, resaltó el apoyo de la FAO a estas áreas de interés nacional mediante el proyecto “Incremento de la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales a través de la rehabilitación de paisajes productivos en localidades seleccionadas de la República de Cuba” (IRES), primero financiado por el Fondo Verde para el Clima en el país.
Destacó además el papel de la ciencia cubana en el estudio del impacto del clima en la agricultura, la ganadería, la actividad forestal y la pesca. Como experiencia de país en ese sentido resaltó el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático, conocido como Tarea Vida.Por la parte cubana se destacaron como áreas priorizadas de la FAO el enfrentamiento al cambio climático, el incremento de la resiliencia, y el fortalecimiento de la gestión de reducción de riesgos de desastres en paisajes productivos, objetivos que cuentan con el apoyo de políticas públicas y cooperación internacional de la Unión Europea, el Fondo Verde para el Clima y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
También se Identificaron como áreas priorizadas de la FAO por Cuba el enfrentamiento al cambio climático, el incremento de la resiliencia, y el fortalecimiento de la gestión de reducción de riesgos de desastres en paisajes productivos, objetivos que cuentan con el apoyo de políticas públicas y cooperación internacional de la Unión Europea, el Fondo Verde para el Clima y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.