Es casi mediodía y en las afueras del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), en Ancón, una brisa fresca acompaña el inclemente sol de la estación seca y un árbol cobija una mesa de picnic donde nos sentamos a conversar sobre los programas que complementan las exhibiciones artísticas que ocupan los espacios del edificio. Los espacios al aire libre se han cotizado muy bien últimamente. La realidad de la pandemia que vivimos desde marzo de 2020 ha cambiado muchos de nuestros sistemas y esto no ha sido una excepción para el MAC.
Con el relajamiento de las medidas de bioseguridad, renace el interés de participar en actividades de esparcimiento y esto se ha notado en las diversas convocatorias que ha realizado esta institución. Han vuelto los conversatorios, las visitas guiadas, los programas infantiles y nuevas propuestas que amplían y completan la oferta del museo.
“Todo este tema de expandir los formatos que ofrecemos es algo que el museo históricamente ha hecho. Desde siempre ha habido espacios para conversatorios, pero hubo como mucho tiempo de inactividad sobre todo por la pandemia, así que ha habido un proceso de pensar cosas, recuperar cosas que tenían años sin hacerse para que la gente vuelva a ver el museo como un ser vivo, para que la gente siga viniendo, siga aportando y le siga interesando ver qué tenemos para mostrar”, afirma Carolina Álvarez, coordinadora del programa educativo.
Álvarez, Gretel Mujica, coordinadora del programa público y Kevim Lim, curador de los programas público y educativo, explican con detalle los proyectos que se han propuesto y los objetivos que persiguen con ellos.
Programa educativo
“Para el programa educativo, el equipo se encarga de producir tanto una agenda curricular basada en lo que requieren las escuelas en Panamá, a través del Meduca, así como producir contenidos pedagógicos que atiendan esa malla curricular, pero que también propongan métodos educativos alternativos y complementarios”, destaca Lim. “Luego, la parte extracurricular, se atiende a través del programa público”, agrega.
Ambos programas proponen actividades en formatos lúdicos y dinámicos, y aunque se lleva a cabo una labor educativa, esta es complementaria.
Tres pilares o líneas de acción sostienen dicho programa. Una de ellas descansa en las exposiciones, que presentan a los niños el contenido del museo a través de herramientas que les permitan comprender temáticas que a primera vista pueden resultar complejas. “Lo hacemos a través de giras temáticas escolares: una gira guiada basada en un guion que atiende asignaturas o mallas temáticas establecidas por Meduca”, explica Lim.
A esta iniciativa se suman otros formatos, como los de la gira interactiva, que no es una gira guiada y tampoco una gira escolar. La gira interactiva está diseñada para que los niños recorran el museo pero en ciertos momentos, en ciertas estaciones se detienen para comprender ciertas obras desde la ejecución, cuenta Lim. “Frente a una obra tienen materiales de trabajo, hacen un taller corto y la ejecución de la construcción de la pieza les ayuda a comprender el concepto que buscamos enseñarles. Hay estaciones interactivas, hay actividades de preguntas y respuestas en todo el recorrido”, detalla.
Otro formato es la gira autoguiada, en la que el niño que asiste al museo debe solicitar en recepción un formulario con una serie de actividades sugeridas que el niño puede hacer junto con sus padres o quien lo haya acompañado.
El último formato, también autoguiado, se lleva a cabo en un espacio específico del museo, en algunas ocasiones, en el exterior. Se sugieren actividades con ciertas instrucciones, con el fin de facilitar la comprensión de algunos conceptos. “Se trata de un momento de reflexión a través de la ejecución”, sugiere Lim.
El segundo pilar es el laboratorio, espacio donde los niños pueden profundizar en conceptos que han visto dentro de su gira, a través de actividades en el taller del museo, con sesiones de reflexión y un laboratorio.
“No a todos los niños les gusta hacer lo mismo. Por eso es importante ofrecer diferentes talleres. Hay gente que no le gusta el teatro, hay gente que no le gusta la pintura, hay gente que no le gusta el dibujo, por eso tenemos que estar pensando qué alternativas hay para las personas que están interesadas en actividades muy específicas”, dice Carolina.
Una de las opciones es, por ejemplo, un taller de grabado, una técnica no tan popular ni fácil de aprender. “El museo ofrece técnicas que son poco comunes que las puedan ver acá. Los niños tuvieron la oportunidad de ver el tórculo del laboratorio gráfico y estaban muy sorprendidos”, comenta Álvarez. Una artista plástica especializada en grabados les enseñó a trabajar una técnica con materiales económicos, de manera que si les interesa, pueden replicarlo en casa. “Es también para ellos la oportunidad de estar dentro del museo, en salones que no son de acceso público usualmente, una experiencia que los niños recordarán muy bien. Una actividad que aparte de ser de aprendizaje es divertida, sobre todo, después de dos años de virtualidad”, hace la salvedad.
“Hemos tomado mucho en consideración lo terapéuticas que pueden llegar a ser las prácticas artísticas, entendiendo el contexto en el que estamos, viviendo una pandemia”
KEVIM LIM
CURADOR DE LOS PROGRAMAS EDUCATIVO Y PÚBLICO DEL MAC
Y el pilar de extensión, como su nombre lo dice, el museo busca articular iniciativas que permitan ‘extender’ los contenidos del museo más allá de las paredes de su edificio. Esto incluye jornadas de capacitación para talleristas para proveer todas las herramientas que ellos puedan necesitar y sean capaces de replicarlas incluso fuera del museo.
“A futuro proyectamos tener ese seminario de formación para docentes, gestores del conocimiento, también buscamos producir contenido de apoyo educativo, es decir, que los docentes puedan descargar de nuestra página web contenidos que puedan desarrollar en clase”, contempla el equipo.
Estos contenidos descargables estarán disponibles en español y en inglés, de manera que se incluya una mayor diversidad de públicos. También proyecta el equipo, desde el programa educativo, complementar iniciativas comunitarias en las cuales el museo podría poner a disposición su oferta educativa.
Programa público
Si bien es cierto el museo ofrece su programa expositivo (las exhibiciones), el equipo del museo está consciente de que hay distintos tipos de público que pueden tener intereses que vayan mucho más allá de una visita a la exhibición.
“Desde el programa público buscamos generar iniciativas para articular formatos que hablen con la mayor cantidad de públicos. Entre el año pasado y el actual, el MAC ha desarrollado alrededor de 15 formatos distintos de actividades que van desde conversatorios, talleres para niños, para adultos, cuentacuentos, intervenciones de performance, teatro y caminatas de apreciación, entendiendo que el museo abarca temas referentes a la cultura, así como temas sociales”, indica Lim.
Y aunque el museo reúne todas estas experiencias, el contenido está realmente afuera y se puede extender más allá de la periferia del edificio. A esto se suman conciertos musicales, muestras pop up, bazares, talleres, laboratorios, programas de formación, y eventos sociales. Uno de los favoritos, el viernes Feroz, una iniciativa en colaboración con cervecería Feroz y emprendimientos locales en los que una vez al mes se pone a disposición en contenido del museo dentro de una atmósfera social.
“El museo es un espacio que aprovechamos para desarrollar lanzamientos de obras como películas, cortos, documentales o libros, una plataforma que está a disposición del ecosistema local. Expertos en distintas ramas pueden utilizar el museo para difundir sus investigaciones, sus contenidos”, asegura el curador.
Una nueva iniciativa denominada Conexión con el arte, invita a artistas al museo en un día específico para que el asistente no solo vea la exposición, sino que tenga un encuentro personal con el artista, pueda conocerlo más allá de su obra, que entienda sus prácticas, su proceso de investigación, y así logre acercarse un poco más al arte.
A través de un programa con el Ministerio de Desarrollo Social se atienden grupos de 25 niños provenientes no solo de la ciudad de Panamá, sino de otras provincias. Estos niños reciben una serie de talleres y laboratorios relacionados con las exhibiciones. El programa, que en 2021 atendió a 3,102 niños, aumentará su alcance este año a través de un programa híbrido virtual a través de la plataforma Zoom.
Próximamente se desarrollarán actividades especiales para personas con discapacidad. Estamos desarrollando nuevas metodologías para garantizarles a ellos también una buena experiencia. Y todo el equipo va a estar capacitado para atenderlos, estamos trabajando con estos nuevos públicos.
“Hemos tomado mucho en consideración lo terapéuticas que pueden llegar a ser las prácticas artísticas, entendiendo el contexto en el que estamos, viviendo una pandemia, que evidentemente nos ha afectado a todos, no solo a los adultos sino también a los niños. Tenemos muy en consideración el hecho de que la parte emocional y la parte de salud mental, en estos momentos, es muy importante atenderla. No solo buscamos que los niños aprendan ciencia o historia a través del arte, sino que también estas prácticas artísticas, estos pequeños talleres permitan a los niños generar prácticas terapéuticas para expresión emocional y también para comprender la compleja naturaleza emocional, la salud mental.
“Este es otro tipo de acercamiento para los niños o para otros públicos, estamos reinventando todo el formato que por un momento se nos privó, por así decirlo, obviamente con todas las medidas de bioseguridad, pero es eso, mantener el museo vivo, así como el interés de las personas. Y vemos que a la gente le gusta mucho este tipo de iniciativas”, sostiene Gretel Mujica.
Lim nos recuerda que “el arte puede ser interdisciplinario, no solo está enlazado con las humanidades, sino que puede generar conversaciones sobre problemáticas sociales, ciencias. Ponemos a disposición esta plataforma en donde no solo abrazamos artistas que colaboren o dialoguen con el museo, sino expertos en distintas ramas. El reto es hacer que el museo no solo lo visites para expresiones artísticas. Puedes generar discusión con otros temas”.