El vegetarianismo, régimen alimentario que deja de consumir cualquier tipo de carne, y dentro de él el veganismo, abstención del uso de productos de origen animal en la alimentación, siguen creciendo.
Según mvorganizing.org, en 2020 el 8% de la población era vegetariana. En 2021, tal y como explican en Clima Terra existe, además, un 5% de población estrictamente vegana (unos 375 millones de personas).
Ya sea porque las generaciones jóvenes y los nativos digitales son más conscientes del impacto medioambiental o tienden a empatizar con los animales, o porque hay quienes asocian la alimentación vegana con una vida saludable, la cuestión es que cada vez son más quienes optan por ello.
Y así, no es de extrañar que haya una serie de bulos en torno al veganismo, que los expertos han aclarado más de una vez, pero que repasamos junto a Loira, una joven que lleva varios años siguiendo una alimentación primero ovolactovegetariana y después vegana. Estos son los cinco mitos más extendidos sobre esta dieta y estilo de vida.
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Muchos piensan que ser vegano sale más caro. Esta es una de las creencias erróneas más extendidas, que seguir una dieta vegana requiere una mayor capacidad adquisitiva porque es más costosa, o que hay que invertir demasiado tiempo en preparar las recetas.
Sin embargo, aquellos que practican este estilo de vida y siguen una alimentación vegetariana afirman lo contrario: “Mis amigos se sorprenden cuando les enseño mi ticket de compra: como por menos dinero que ellos”, dice Loira.
“Es más”, señala, “ahorro más dinero que cuando no era vegana”. Y explica que “es cuestión de comprender qué alimentos necesitas y organizarte un poco”. Además, sobre que requiera más tiempo, asegura no invertir demasiado: “solo si quiero preparar un plato especial le echo más rato. Si no, no tardo demasiado en tener mis comidas del día a día”.
No todos los mitos sobre el veganismo tienen connotaciones negativas. También están quienes asocian automáticamente “vegano” con “sano”. Y esto no es necesariamente así.
Según Loira, “todo depende de lo que comas, exactamente igual que no todas las personas no veganas comen igual de sano o insano” dice, y ejemplifica que “si sustituyes los nuggets de pollo por unos nuggets vegetales, es probable que ambas sean poco saludables”.
De hecho, se suele pensar que, además de saludable, la alimentación vegana implica siempre bajar de peso, “pero no tiene por qué”, dice Loira, y repite que “si se es vegano a base de procesados y alimentos muy calóricos, con un índice glucémico alto o grasas saturadas… No tienes por qué lograr adelgazar, y podrías hasta subir de peso”.
Según explica la nutricionista y dietista Beatriz Fernández, “la bajada de peso no se debe al veganismo, sino a un cambio a mejor en la alimentación ya que aumentan el consumo de frutas, verduras y legumbres; y a dejar de consumir tantos procesados, lo que puede lograrse también en una alimentación omnívora”.
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En la misma línea, Gemma del Caño, farmacéutica especialista en salud alimentaria y autora del blog Farmagemma, dice que “la gente asocia vegano a cuidarse, y esto no tiene por qué ser así: de lo que se trata es de consumir alimentos saludables y no tanto ultraprocesados, seas vegano o no”.
En el otro lado del espectro, existe el bulo contrario: que aquellos que llevan una alimentación vegetariana enferman más y que la dieta vegana es poco saludable o incompleta.
Para Beatriz Fernández “hay estudios que muestran que una dieta vegetariana o vegana bien planificada da lugar a una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes tipo 2, etc”, tal y como explica en el medio asturiano.
Esto es así gracias a que “los productos de origen vegetal son ricos en fibra, vitaminas, minerales y bajos en grasas saturadas y colesterol”, dice Fernández.
Eso sí, Loira recuerda “la importancia de que sean productos poco procesados y equilibrados”. Y recalca que “es importante suplementarse con vitamina B12 si no comes carne, incluso si no eres vegano o vegetariano estricto, sino que consumes huevos o leche, según consejo de mi médico”.
Y es que, según la Asociación Americana de Dietética, “las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas, y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades”.
Esta creencia sobre los supuestos riesgos de una alimentación vegana se extiende a pensar que no es una dieta válida para mujeres embarazadas, pero Fernández defiende que es viable.
“Pero es necesario llevar un control más estricto de la alimentación para evitar carencias de vitaminas y minerales, y suplementar durante esta etapa y la lactancia con B12, ácido fólico y hierro vegetales, para así no poner en riesgo la salud de la madre ni el feto”, dice.
Y lo mismo sucede con los niños que, con esa misma suplementación, podrían, según Fernández, llevar una alimentación vegetariana.
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Tampoco es cierto que sea una dieta menos apta para deportistas pero es importante acudir a un dietista-nutricionista especializado para ajustar un patrón alimentario a los requerimientos energéticos y nutricionales de cada persona.
Especialistas en dietética y salud indican que el vegetarianismo y el veganismo van más allá de una moda y se han convertido desde hace unos años en una auténtica forma de vida, que está íntimamente unida al mayor cuidado del medio ambiente y que lleva aparejada una mayor consciencia a la hora de consumir.
Una convicción que Loira comparte, y que cree que “son algo que viene para quedarse: una vez tomas consciencia de ello, ya es para siempre… Al menos en mi caso”, afirma.
Además, según publican desde innuvegan.es, “se tienen evidencias de personas que decidieron no consumir ningún tipo de producto animal hace más de 2000 años”, y apuntan algunos ejemplos como Pitágoras, “quien abogaba por la compasión hacia el resto de especies y seguía una cierta dieta vegetariana”.
También señalan que otros grandes genios de la Humanidad, como Leonardo da Vinci, Nikola Tesla o Albert Einstein también practicaron el vegetarianismo.
Pero lo que es cierto también es que a las dietas a base de ingredientes vegetales se han unido otras actitudes en nuestra sociedad, como dejar de usar ropa o accesorios de belleza en cuya fabricación entran componentes de origen animal.
Loira tampoco cree que sea algo nuevo: “llevan existiendo personas vegetarianas desde hace mucho. Pero es como todo: ahora es más fácil divulgar e informarse gracias a las redes sociales e internet, mientras que antes no era algo tan visible”.
Otra de las creencias más recurrentes: que una dieta vegana es poco variada o, como dice Loira: “que solo podemos comer ensaladas”.
“Mis amigos siempre quieren que cocine yo cuando hacemos reuniones” .Y lo ejemplifica: “desde un cachopo vegano a una ‘cheesecake’ sin queso, puedo preparar lo que me proponga solo con productos de origen vegetal”.