Melina Galdos
Desde la evidencia
Investigadora en el Science Policy Research Unit de la Universidad de Sussex. Maestría en Políticas Públicas por la Universidad de Glasgow y es licenciada en Ciencia Política por la PUCP. Su trabajo de investigación gira en torno al rol de la tecnología y la innovación en procesos de transformación sustentables e inclusivos.
“Lo que el país necesita es una mirada sistémica de la generación, uso y difusión de nuevos conocimientos”.
Por Melina Galdos (*)
La intervención del premier ante el Congreso nos presenta nuevamente una mirada prospectiva y poco reflexiva de la propuesta del gobierno en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTi). La destinación de recursos para fortalecer la gobernanza, la capacidad institucional, la generación de vínculos con la industria y la creación de fondos para financiar actividades de investigación básica y aplicada son los componentes de una narrativa sosa que ya no genera emoción en la comunidad científica. ¿Por qué?
La relevancia de la CTi y la construcción de capacidades en estos ámbitos es un tema zanjado desde el gobierno de Humala. Lo que el país necesita es una mirada sistémica de la generación, uso y difusión de nuevos conocimientos. No basta invertir en becas para generar capital humano altamente calificado si no se crean mecanismos de reinserción en las estructuras de producción científica con las que contamos. No basta crear fondos para financiar actividades de investigación aplicada si no existen instrumentos que permitan que sus resultados sean utilizados por los usuarios finales de estas invenciones. No basta decir que la ciencia, la investigación y la innovación son importantes para un gobierno si se siguen transitando rutas improductivas que se han construido sobre indicadores que dan razón sobre el volumen de la inversión, pero no sobre su impacto.
El Perú tiene un portentoso repertorio de proyectos de innovación financiados con dinero público que atienden problemas de producción, sustentabilidad y provisión de servicios básicos que no cuentan con apoyo para llegar a la etapa de comercialización, y un número más importante aún de investigadores con estudios en el extranjero en situaciones laborales precarias. Necesitamos un gobierno que piense estratégicamente en cómo los recursos públicos pueden movilizar la capacidad científico-tecnológica del país, no más discursos vacíos que repiten lo mismo de siempre.
(*) Investigadora. Unidad de Investigación de Políticas de Ciencia, Universidad de Sussex.