Por otro lado, en el mundo existen alrededor de 20 billones de gallinas, 1.5 billones de vacas y más de 1 billón de cerdos y de ovejas. Esto significa que enormes kilómetros de tierra están ocupados en la alimentación y vida de los animales que se aprovechan para el consumo humano. Si más personas fueran vegetarianas, estos terrenos podrían liberarse y trabajarse para volver a crecer ahí árboles, lo cual reduciría significativamente los impactos del calentamiento global, que amenaza con dejarnos hasta sin café. Además, las vacas producen sustancias que causan el 15% de los gases de efecto invernadero cuando van al baño en estos campos. Dejar de mantenerlas en estas condiciones también ayudaría mucho a evitar eso.
Es por todo lo anterior que muchos expertos coinciden en que reducir el consumo de carne podría ser una parte clave para evitar el cambio climático. También ayudaría a reducir el consumo de agua, ya que alrededor del 70% del agua se utiliza en la producción de alimentos no vegetarianos. Algunas cifras para demostrar esto son que la carne requiere cinco veces la cantidad de agua que la fruta para ser procesada, siete veces más que las verduras y veinte veces más que el cereal.
¿Y el lado negativo?
Por otro lado, si absolutamente todas las personas se volvieran vegetarianas en el mundo, se podría dejar sin trabajo a más de un billón de personas que se dedican de una u otra manera a esta industria. Además, está el riesgo de que se necesiten sembrar grandes cantidades de cereales y granos que podrían ocupar mucha tierra también.
Sin embargo, estas familias podrían adaptarse a la siembra y producción de otros productos no carnívoros como cereales. Aunque sería un cambio importante a sus trabajos tradicionales, puede tener solución.
Lo más curioso es que en otros países del mundo la tendencia a comer carne ha aumentado, así que no parece ser que estemos cerca de un mundo por completo vegetariano. Y aunque hay lugares en el mundo con una gran oferta vegetariana, no son mayoría. En todo caso, lo importante es equilibrar y, efectivamente, reducir el consumo de carne que realizamos de manera cotidiana.