Emiliano Buendía tiene 25 años y atraviesa el mejor momento de su carrera. El joven nacido en Mar del Plata brilla en el Aston Villa y a fuerza de grandes actuaciones se hizo un nombre en la Argentina. Fue tal el alboroto que hizo y hace en la Premier League que el entrenador Lionel Scaloni lo convocó para jugar en la Selección. Las chances de ir al Mundial de Qatar son firmes. Pero su inicio en este deporte es por lo menos llamativo: llegó al fútbol casi de casualidad.
De chico jugaba rugby y básquet. Cuentan los que lo conocen que siempre demostró facilidad para adaptarse a cualquier deporte. Pero su padre Eduardo, fanático de la ovalada, detectó que a Emiliano le gustaba el fútbol. En el colegio Peralta Ramos supo mostrarse como un petiso encarador y atrevido. Con apenas cinco años, era un mini jugador que le gustaba agarrar la pelota y encarar para el arco.
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En esta historia entra un personaje muy importante: Cristian Eloiza. Tiene 50 años, está casado y tiene dos hijos. Nacido en Ayacucho, de joven tenía claro que quería hacer el profesorado de educación física. Se instaló en Mar del Plata una vez terminado el colegio secundario y al recibirse consiguió un trabajo en el Peralta Ramos. Con el tiempo, debido a su fanatismo por el fútbol, también empezó como profe en Cadetes de San Martín, un club muy importante de la ciudad.
Todos los nenes de Mar del Plata querían jugar en Cadetes: había lista de espera. Eduardo notó que Emiliano se interesaba cada vez más en el fútbol y al enterarse de que Cristian trabajaba en ese club fue y lo encaró. “Mirá, todos los papás me dicen que mi hijo juega muy bien al fútbol. Está anotado, pero nunca lo llaman para ir a Cadetes. Y la verdad es que yo soy del palo del rugby, no sé si juega bien o no al fútbol”, le dijo. El profe se interesó e invitó al nene en una prueba.
Dicho y hecho. En ese “examen” Emiliano Buendía mostró todas sus facetas. Con apenas cinco años maravilló a Cristian, que hoy trabaja como Coordinador de las inferiores de Aldosivi de Mar del Plata. “En la primera pelota que paró me di cuenta de que era distinto a los demás. Cómo se movía por la cancha… no se fue más. Se quedó en Cadetes”, explica en diálogo con TN.
Encarador y con cabeza de futbolista: así era el pequeño Buendía
El furor en Cadetes era muy grande porque quien trabajaba y era la cabeza visible de ese proyecto era el exfutbolista Juan Esnáider. El marplatense tuvo una increíble carrera: jugó en Ferro, Real Madrid, Zaragoza, Atlético Madrid, Espanyol, Juventus, Porto, River, Ajaccio, Real Murcia y Newell’s, club en el que se retiró allá por 2005. Tuvo también un breve paso por la Selección argentina, donde disputó tres partidos entre 1995 y 1997.
Entre los cinco y los 11 años, Emiliano Buendía se encargó de demostrar todos los fines de semana que Cadetes ya le quedaba chico. “Era competitivo ya desde entonces. Todo el tiempo necesitaba desafíos. Y cuando no lograba alcanzar tal objetivo, se los volvía a proponer y a corto plazo los lograba. Tenía una cabeza especial y eso siempre me sorprendió”, agrega Cristian Eloiza.
Como coordinador en Cadetes fue dándose cuenta de que en Buendía había potencial. Incluso creía que era el mejor futbolista marplatense que había visto de esa edad. “Era extrovertido, inquieto. Una personalidad fuerte pero buena. Organizábamos torneos de penales y los quería ganar; hacías torneos de jueguitos y sí o sí los quería ganar. Y si perdía, se fastidiaba. Pero siempre fue un excelente compañero, nunca hizo diferencias con los demás”, agrega Eloiza.
En el fútbol, todos los chicos quieren llegar a ser profesionales. Para muchos puede ser un suplicio por la presión familiar para triunfar, de cambiar el rumbo de sus vidas con una mejora económica. Eloiza cree que Buendía también llegó a ser lo que es porque en su círculo íntimo nunca existió esa obligación. “El papá tenía poco conocimiento, nunca tuvo expectativas muy altas por Emi”, cuenta. Él y su mamá solo querían que se divirtiera, que la pasara bien. El chico sí buscaba algo más.
Jugar en Real Madrid y entrenar con la Selección de España
En 2008, el Xeneize iba a jugar un torneo en España y Buendía tuvo la posibilidad de sumarse a ese equipo. Para viajar, tenía que tener los papeles al día y un permiso especial de Cadetes. O sea, de Esnáider. “No, no, no viaja”, dijo el exjugador. Eloiza trató de hacerlo entrar en razón: él creía que para su joven pupilo esta era una excelente oportunidad. “Si tiene todos los papeles al día yo lo llevo al Real Madrid, hablá con los padres”, retrucó.
Emiliano se enteró de esta chance y tanto Eduardo como Carina lo apoyaron. “Armó los bolsos rapidísimo”, recuerda su profe Eloiza. Con apenas 11 años viajó a Madrid y se instaló junto a Esnáider y su familia. Superó el periodo de prueba y como se quedó, sus papás y hermanos tuvieron que mudarse a la capital española. La aventura duró dos temporadas: quedó libre y se sumó al Getafe a mediados de 2010.
En su periplo por Getafe logró asentarse y seguir creciendo. Formó parte del equipo “B” durante tres temporadas, con 35 partidos disputados y siete tantos. En el plantel profesional de Primera debutó en 2014, aportando tres tantos en 39 encuentros. Aún no había alcanzado su potencial, pero ya llamaba la atención de algunos equipos europeos.
Al joven Buendía lo vieron desde las juveniles de la Selección de España. De hecho llegó a entrenar y jugar algún partido. Eloiza se enteró de esta situación por intermedio del padre y rápidamente dio aviso en AFA. El rumor le llegó a Humbertito Grondona, quien por entonces comandaba la Sub 20 en Argentina. Viajó a España, lo vio en Getafe y rápidamente lo convocó para el Sudamericano y el Mundial de la categoría en 2015.
El verdadero salto lo dio en un breve paso por Cultural Leonesa. Como no iba a ser tenido en cuenta en Getafe, se fue cedido en la 2017-2018 y la rompió toda: 42 partidos, siete goles y 12 asistencias. Era la primera vez en su carrera profesional que tenía una temporada tan explosiva y constante. Desarrolló una nueva faceta, la de asistidor, que luego seguiría su curso en Inglaterra.
La confirmación de Emiliano Buendía: ídolo en Inglaterra y el llamado a la Selección
De chico no era de convertir. Se caracterizaba más por gambetear, por apilar rivales. De pronto, Buendía encontró en Inglaterra el lugar ideal para explotar su habilidad y “descubrir” otras. “En su llegada al Norwich lo vi aplicado y a su juego le empezó a sumar muchas asistencias”, reflexiona Eloiza. Entre 2018 y 2021, el joven marplatense acumuló 42 pases gol en 121 encuentros. Una cifra altísima que llamó la atención de varios clubes de la Premier League.
En el Championship logró reconocimiento. Los hinchas iban a la cancha con banderas argentinas. Coreaban su nombre y le dedicaban canciones. Fue ídolo en apenas tres años y consiguió dos títulos siendo figura. No por nada el Aston Villa, donde también juega el arquero Emiliano Martínez, se fijó en él y abonó poco más de 35 millones de euros por su pase.
“En el Aston Villa veo al Emiliano más natural. Porque en Norwich fue aplicado y mejoró el tema de las asistencias. Ahora lo veo más encarador y sumando muchísimo en lo que es la generación de juego. Y hoy no hay tantos futbolistas así. Si algo más tengo que decir de él es que tiene orden táctico: si tiene que correr todo el partido lo hace. Es chico y creo que pronto dará un salto más a un equipo más grande”, agrega Eloiza desde Mar del Plata.
BUENDÍA. El jugador argentino fichó por el Aston Villa a mediados de 2021 (Foto: REUTERS/Craig Brough)
Su nombre sonó con fuerza en Argentina porque su rendimiento en Inglaterra hace ruido cada vez más. Y el actual cuerpo técnico de la Selección argentina, comandado por Lionel Scaloni, demuestra que está muy al día en cuanto al análisis del presente de los futbolistas en el Viejo Continente. Sin ir más lejos, el DT “encontró” a Nicolás González, que tenía poca “exposición” en Alemania y terminó siendo parte del equipo que salió campeón de América en Brasil.
El llamado a Buendía llegó en 2021. Del otro lado del teléfono estaba Pablo Aimar, fiel colaborador de Scaloni. Pese a las recientes convocatorias, apenas pudo debutar con la Celeste y Blanca el 1 de febrero de 2022, ante Colombia, en Córdoba. Eloiza, que lo conoce hace 20 años, le cuenta a TN que se puso a llorar. No pudo contener las lágrimas porque él sabía todo lo que había trabajado. Que la carrera del futbolista es difícil y no siempre justa.
“Lo vi ahí entrar y me corrió un frío por la espalda… me puse a llorar”.