Cálculos de la Nasa indican que este 4 de marzo se estrelló contra la cara oculta de la Luna restos de un cohete de fabricación humana.
Cálculos de la Nasa indican que este 4 de marzo se estrelló contra la cara oculta de la Luna restos de un cohete de fabricación humana. El impacto se habría dado a las 12:26 del medio día, en el cráter Hertzsprung, cerca del ecuador. No hay una confirmación visual del choque dada la ubicación del impacto. Ahora, ¿de qué restos estamos hablando y cómo sabemos que se estrellaron? ¿Quién es el propietario de esa basura espacial?
Alrededor de la Tierra están orbitando miles de objetos humanos. Investigadores del programa de ciencia espacial de la Universidad de Arizona estiman que unas 20.000 piezas de escombros orbitan alrededor de la Tierra, lo que le permite a la ciencia seguir sus orbitas y predecirlas. No es la primera vez que un objeto humano se estrella contra la Luna, la Nasa y la Agencia Espacial Europea (ESA) ya lo habían hecho adrede en 2009 y 2006 respectivamente pero, en este caso, el impacto se habría dado sin intención, es decir, un accidente.
Usando el telescopio RAPTORS, los investigadores de la Universidad de Arizona venían haciendo seguimiento a la órbita de este objeto, prediciendo que caería en la Luna. Aunque primero pensaron que se trataba de restos de un cohete de SpaceX, la compañía del millonario Elon Musk, posteriormente, y después de estudiar la composición del objeto, llegaron a la conclusión de que lo más probable es que sean restos de un propulsor chino.
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“Tomamos un espectro (que puede revelar la composición material de un objeto) y lo comparamos con cohetes chinos y SpaceX de tipos similares, y coincide con el cohete chino” dijo el profesor Vishnu Reddy, citado por la Universidad de Arizona, y quien codirige el programa de ciencia espacial de esa Universidad. La Nasa también señala que los restos son chinos. En su página web la agencia estadounidense dice que son de Change’e 5-T1, una misión no tripulada que China lanzó en 2014.
“El propulsor utilizado para lanzar Chang’e 5-T1 entró en una órbita terrestre altamente elíptica después del lanzamiento. Algunos cálculos muestran que está en una trayectoria para impactar en el lado oculto de la Luna”, decía la Nasa. Esto, sin embargo, ha sido negado por el programa espacial chino. En una rueda de prensa dada por el portavoz oficial de ese país, Wang Wenbin, con motivo del fin de los Juegos Olímpicos de Invierno, la agencia Associated Press le preguntó por el tema.
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“Según el monitoreo de China, la etapa superior del cohete de la misión Chang’e-5 cayó a través de la atmósfera terrestre de manera segura y se quemó por completo. Los esfuerzos aeroespaciales de China siempre están en consonancia con el derecho internacional. Estamos comprometidos a salvaguardar seriamente la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio ultraterrestre y estamos listos para tener amplios intercambios y cooperación con todas las partes”, dijo Wang Wenbin. Y es que pese a que en esta ocasión no parece tan importante dado las pequeñas implicaciones del impacto, que se haya producido sin control humano revea riesgos futuros.
La comunidad científica viene alertando de la alta concentración de basura espacial alrededor de la Tierra. Además de las 20.000 piezas de escombros que la Universidad de Arizona estima, hay más de 3.000 satélites en funcionamiento, a los que se vienen sumando en los últimos años los satélites de empresas privadas o iniciativas de multimillonarios. Solo la empresa de Elon Musk pretende invertir hasta 30.000 millones de dólares en el lanzamiento y puesta en marcha de una red de satélites con el propósito de prestar servicio de internet.
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“Si bien este no es el impacto más perjudicial, la idea de tantos objetos en el espacio con órbitas e identidades desconocidas es preocupante. Necesitamos una mejor gestión del tráfico espacial”, dijo Grace Halferty , estudiante de pregrado con doble especialización en ingeniería mecánica y biología y parte del programa espacial de la Universidad de Arizona. Su profesor, Vishnu Reddy, concuerda con ella y espera “que este evento arroje luz sobre el creciente problema de la basura espacial. Esta comunidad científica está preocupada por la creciente contaminación”.