“Aprobar las inspecciones técnicas y de seguridad es de lo más complicado, porque sin pasar estas revisiones no puedes continuar tu participación en la pista, además que nos encontrábamos en un país donde no habíamos competido”, comentó.
La estudiante destacó la conformación multidisciplinaria del conjunto. “Tenemos asesoría de profesores universitarios, en nuestro caso fue del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología, contamos con alumnos de diferentes carreras: ingenieros eléctricos, ingenieros mecánicos, diseñadores industriales, así como contadores y un comunicólogo, lo que nos conforma como una mini empresa, de aproximadamente 20 integrantes”.
Este proyecto, dijo Pamela, es extracurricular, y cada año –luego de realizar una evaluación– se desarrolla un nuevo auto mejorado. “En esta edición nos dimos cuenta que aun con las dificultades que tuvimos, el trabajo planeado y organizado funciona, porque fue un vehículo que por una u otra razón se desarrolló en 2020, y por temas de pandemia no se pudo llevar en una secuencia constante, pero en 2022 regresamos al circuito”.
En su oportunidad, Víctor Manuel Ochoa, líder de Comunicaciones Corporativas de Shell México, expresó que esta empresa -convocante del certamen- “ayuda a preparar a jóvenes para trabajos que quizá ni siquiera existen”.
La primera edición de esta competencia se desarrolló en 1985. “Nos interesa también construir grupos multidisciplinarios, aprovechar el talento de todos los ámbitos”. Este año participaron, además de la escudería puma, equipos del Tecnológico de Monterrey, añadió.
Excelentes resultados
Fundado en 2012, es el equipo mexicano con mayor trayectoria dentro del Eco-Marathon. Se definen como un conjunto multidisciplinario de diseñadores industriales e ingenieros de la UNAM.
A lo largo de su participación en la competencia, sus integrantes han logrado ensamblar cinco prototipos de batería eléctrica, los cuales aprobaron las inspecciones técnicas de los certámenes.