Adrián viene de una familia de notables intelectuales, entre los que están los escritores Jorge Sclar (tío) y Mary Sclar (abuela materna); el sociólogo y escritor Saúl Blejman, y es hermano de los comunicadores sociales Mariano y Gabriel Blejman.
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El libro de Adrián puede conseguirse en formato e-book (buscarlo en https://hotmart.com/es/marketplace/productos/manual-practico-para-aprender-a-inventar-juegos-laboratorio-de-juegos/H65076939L), o papel. También Blejman da cursos y talleres para quienes quieren incursionar en la creación de juegos y procesos educativos que permitan crearlos. Se lo puede contactar en sus redes sociales, en especial en Instagram, en el cuenta @adriman_blej.
De la biblioteca a formar una startup
Más allá de lo lúdico y los educativo, Blejman busca hacer lucrativa a su iniciativa, para poder continuar creciendo y creando. “Hace poco que he llegado de vuelta a Mendoza (desde Uruguay), con el enfoque de sumarse a los emprendedores mendocinos, y en punto de inflexión, y yendo hacia eso. Este proyecto se fue transformando de un taller a un curso, y de ahí a un libro. Quiero convertir al Laboratorio de Juegos en una startup con Agilmentor, que es una incubadora de empresas mendocina”, señaló el “científico de juegos”, como también se autodenomina.
Respecto a esta búsqueda empresarial, el creativo destacó: “Estoy iniciando una campaña de Cross Branding en base a lo que se pueda generar para convertir el Laboratorio de Juegos en esa usina de lúdica, creatividad, e impacto e innovación social, con tecnología, ya sea con una plataforma, o en forma física. La idea es también hacer campaña con personas e instituciones a las que les interese impactar con esta propuesta de valor que es crear juegos, y que sirve a todo creador, educador, coach, psicólogo o toda persona que trabaje en programas sociales”.
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El nacimiento de un inusual tratado sobre juegos
En su adolescencia, mientras era estudiante del C.U.C. (Universitario Central) y el Colegio San Martín, tuvo una relación muy intensa con el juego-ciencia por excelencia, el ajedrez, jugando en el Club Mendoza de Regatas, de la mano de Alejandro Needleman. Además jugó fútbol y practicó remo.
Respecto a su maestro Needleman, dijo: “El no sólo me formó en el jugo del ajedrez, sino también mucho en valores. Me enseñó sobre todo en cómo aprender a perder, la importancia en la vida a cómo sobrellevar una derrota y transformarla en una victoria”, reconoció el mendocino, que fue en sus días de estudiante Director del Kinder Club de Córdoba (de la Asociación Cultural Israelita de Córdoba) y eso me dio un salto de calidad en cuanto a lo organizativo y de edición de lúdica.
Las experiencias de vida, y su recopilación, cuajaron en la mente de Adrian, y así surgió su obra. “Hace unos tres años tenía un archivo escrito en Word, que lo transformé en un proyecto llamado Laboratorio de Juegos, con enseñanzas sobre cómo aprender a crear juegos, y tiempo después lo volqué en un libro que es el manual práctico para inventar juegos. Allí se condensa toda la experiencia de estos 20 años, que le da forma teórica a la obra creativa de una mente”.
Respecto al manual, aportó: “Ahí se aplicó prueba y error, aprender de estos últimos y con una visión y análisis de lo que veía en el ajedrez y la física, de manera analítica, y descubriendo ciertos patrones que se repiten en los juegos. Encontré ciertas mecánicas, y la forma de entender un juego, como se piensa un juego, y como se crea un juego. Ahí uní mi información de jugador y profesor de ajedrez, y la información aprendida como profesor de física. También sirvió la experiencia en muchas actividades sociales acá en Mendoza, Córdoba, y los viajes que he hecho por América Latina.
Su formación como Juególogo
Ahondando en lo que Adrián llama experiencia de vida, relató: “De niño crecí en espacios educativos y recreativos muy creativos, que me dieron una visión y una forma de entender al mundo, primero que nada, en forma lúdica, como el Centro Cultural Israelita, donde se hacía un interclub, de mucho renombre e historia. En la secundaria participé de las “tribus” del CUC, y la actividad recreativa, y eso fue enriqueciendo mis conocimientos de lo lúdico”
Luego agregó: “Fui a estudiar la Licenciatura en Física a Córdoba, y al avanzar hasta cuarto o quinto año, esto me dio una visión científica de la vida, de la creatividad, y de la lúdica, y lo llevé a toda mi realidad. De un tiempo para acá, vi que en los espacios de creación de juegos venían siempre lo mismo, y me aburría yo. Por eso decidí crear mis propios juegos, con prueba y error, y aportando todas mis experiencias en el Kinder Club, campamentos, y estudios de física y ciencia”.
Un sueño: La Noche de los colectivos lúdicos
Además de poder dedicarse profesionalmente a esta actividad creativa, Adrián Blejman tiene un sueño en particular y tiene que ver con los juegos y los medios de transporte urbanos. Sueña con convertir a la ciudad de Mendoza en una gran tablero de juego. “Hace unos meses me reuní con gente del Ministerio de Cultura, y tuve la oportunidad de charlar sobre una idea que tengo, y que es organizar una Noche de los Colectivos Lúdicos, algo así como la Noche de los Museos, Noche de los teatros”, explicó.
Para concluir detalló sobre su anhelo: “La idea es ambientar una noche determinada a todos los micros -colectivos- de la ciudad, incluso los Metrotranvías, y hacer jugar a toda la ciudad. Que la gente se pueda subir a un colectivo y hacer un juego, ya que lo está esperando una persona con una propuesta lúdica. Luego se pueden bajar y subir a otro transporte y hacer otro juego, viendo el entretenimiento y viajando por la ciudad esa noche”.