Fernando Antezana Argote plasmó su carrera empresarial en el libro “Las Reglas de Oro”, un sinónimo de ética y fuerza de voluntad para las nuevas generaciones de emprendedores. En el texto hace una descripción de las cualidades que deben tener las personas y también denuncia los problemas que enfrentan ante el Gobierno.
“Los empresarios debemos fomentar la ética y la integridad, por eso se llama el Libro de las Reglas de Oro. Por eso digo que quien tiene el oro, hace las reglas; y el oro es sinónimo de fuerza de voluntad, decisión, carácter y de elección. Esas virtudes considero que a un ser humano, aparte de convertirlo en una persona de excelencia en el ámbito empresarial, le irá bien con su integridad”, afirmó el autor del libro que saldrá a la venta en los próximos días.
El autor considera que el libro será un gran aporte considerando que en nuestro país, “todo lo que son valores están bastantes deteriorados”. “Entonces, es lo que más ataco”, precisó.
También es “muy claro” en la relación que existe entre el sector privado y el Gobierno. “En términos de resultados, nunca el sector privado pudo trabajar en coordinación con el sector público. En nuestro país, con excepciones de algunas instituciones, las instancias públicas se colocaron como un obstaculizador del privado. Es bien difícil apoyar al país generando empleo, porque debe someterse a unos trámites donde todo es extorsión y Bolivia es uno de los países donde se debe (cumplir una serie de requisitos), incluso para invertir”, puntualizó.
Antezana definió su vida “en círculos” desde estudiante escolar, universitario, futbolista profesional y líder empresarial. “Estando en colegio y la universidad fui a La Paz por Universitario cuando Mauro Cuéllar era presidente del club y luego fue del Bolívar”, agregó.
A su regreso practicó fútbol profesional hasta terminar sus estudios universitarios.
Luego de salir de la universidad comenzó su trabajo en el ahora extinto Lloyd Aéreo Boliviano, creó una granja avícola y se insertó en el sector de la manufactura con la curtiembre Tauro.
Las compañías en las que estuvo fueron creciendo y el reconocimiento que tuvo le permitió ocupar diversas posiciones en organizaciones gremiales empresariales como la Cámara Departamental de Industria de Cochabamba, hoy ICAM, ser vicepresidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba y presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia.
“El libro está destinado a motivar a mis nietos, hijos y las nuevas generaciones a seguir el liderazgo empresarial que es lo que le falta a nuestro país para generar empleo. Es decir, tener emprendimientos, emprendedores. Entonces, tomo conceptos de filósofos humanistas”, afirmó.
Por ejemplo rescata citas como: “Un deseo no cambia nada, pero una decisión lo cambia todo” de Alejandro Jodorowsky o “En la vida uno no siempre recibe lo que merece sino lo que toma” de Claudio Fontana.
El libro está dividido en dos partes, escribió Mónica Briançon. La primera es un compendio de citas de grandes personajes como Bernard Shaw, Albert Einstein, Winston Churchill, o Lao Tzu, entre otros. La segunda narra su historia. Desde su infancia en Punata hasta la bucólica vida que lleva junto con su esposa en Colcapirhua, en un jardín creado con dedicación y primor.
“Fernando fue mi fuente de consulta empresarial durante mi vida periodística, porque era la palabra autorizada sobre temas diversos y casi siempre él citaba a otros autores para elucidar sobre uno u otro tópico”, describió Briançon.
Gustavo Villarroel Terrazas, periodista, director de Revista Activos Bolivia, destacó la faceta de Antezana como empresario y líder. “En mi carrera como periodista, durante más de 29 años, calculo que he entrevistado a más de 1.000 empresarios de diversos sectores de Cochabamba y Bolivia. A Fernando lo conocí como gerente de curtiembre Tauro y como presidente de la Cámara de Exportadores de Cochabamba. Años después, asumió la presidencia de la Cámara de Industria”. “Como presidente de los industriales, hizo todas las gestiones necesarias para reactivar el abandonado proyecto del parque industrial de Santiváñez. (…) Debo destacar que en toda su trayectoria de líder empresarial, Fernando siempre mostró dedicación y atención no sólo a los intereses del sector empresarial, sino también al desarrollo de nuestro departamento”.
Terrazas destacó la segunda faceta, “el ser humano”. “Como ocurre en ciertas ocasiones en la relación de las personas, entre Fernando y yo siempre hubo una química. Podíamos pasar largas horas hablando, principalmente filosofando sobre la importancia de hacer empresa”.