La pandemia arrasó con los pequeños negocios del país, pero también abrió oportunidades para nuevos emprendimientos.
Los sueños de convertirse en emprendedores buscando dejar de ser empleados y crear su propio negocio, fueron frustrados para muchos quienes tomaron el riesgo de crear su negocio, mientras que para quienes apenas estaban por hacerlo, la muerte masiva de empresas pudo dejarle un miedo profundo a emprender.
Los dos años de cierres masivos y restricciones sanitarias mostraron que hace falta más que buenas intenciones para levantar un negocio. Solo en 2020 desaparecieron 391 mil 414 de Micro, Pequeñas y Medianas empresas (MiPyMes), que no pudieron hacer nada o muy poco frente a la virtual desaparición del consumo presencial.
El golpe a los sueños de emprender que dejó la pandemia es claro. Un informe del programa de simulación empresarial Young Business Talents (YBT) reveló en 2019 que 65.8% de los entrevistados preferiría emprender a ser empleado. Para 2022, el estudio de la consultora especializada en investigación de mercados Ipsos bajo la misma pregunta reveló que solo el 55% prefería emprender.
El miedo a aprender de casi la mitad de la población está fundamentado en las experiencias propias y ajenas que en México son aplastantemente negativas: alrededor del 33% de los nuevos emprendimientos fracasan en el primer año y solo un 35% siguen funcionando después de 5 años. La razón principal detrás del fracaso de los emprendimientos en el país tiene que ver con un mal manejo de las finanzas de la empresa, señaló en entrevista Titto Galvéz, especialista en emprendimiento y negocios.
“La gente no se prepara en temas empresariales. Ningún negocio muere solo, el dueño lo mata. Porque le roba dinero, porque lo explota de más, porque le hace falta educación financiera, confunde finanzas personales y las de la empresa” comentó en entrevista.
Según un estudio del Instituto del Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera del ITESM, alrededor de 40% de las nuevas empresas fracasan por sus finanzas débiles, siendo la falta de ingresos la razón más común con el 65%. La debilidad financiera se ve combinada con débiles finanzas personales que incentivan a los dueños a usar el dinero de sus negocios para solventar gastos personales, necesidad que durante la pandemia se incrementó ante emergencias médicas o la caída de los ingresos.
De ser moda a tomarse el emprendimiento en serio
Pese a su crudeza, la “terapia de choque” de la pandemia acabó demostrando a los emprendedores mexicanos que preparar su negocio para cualquier eventualidad es indispensable para el éxito. En el caso de una pandemia como en 2020, “sin lugar a dudas los emprendedores que estaban mejor en el marketing son los que pudieron reinventarse y tener mucho más éxito, especialmente aquellos en el mundo digital” señaló Gálvez.
La transición a los negocios digitales es una de las lecciones más representativas que quedan después de la pandemia, ya que no solo incrementó las posibilidades de supervivencia de los emprendimientos, sino que incrementó los ingresos de empresas que hasta hoy siguen gozando de esquemas en los que incluso pueden ahorrarse los gastos que deberían tener si trabajaran de manera presencial.
Un ejemplo de ello son las llamada “dark kitchens” negocios de comida en los que no hay mesas, sillas o un espacio donde los comensales puedan acudir, sino que se dedican a hacer exclusivamente comida a domicilio. Según datos de la ANTAD, solo en México el número de restaurantes bajo este modelo ha crecido aproximadamente un 50% desde que comenzó la pandemia.
“Tenemos el caso de un emprendedor que cuando inició la pandemia tenía una dark kitchen, pero gracias a que trabajó con nosotros en fortalecer su negocio, ahora vende catorce marcas distintas desde una sola dark kitchen” relató el experto quien dirige su propia escuela de emprendimiento.
Incluso cuando en 2022 la pandemia está prácticamente controlada, de manera global, las cifras del Inegi revelan que los ingresos de las empresas comerciales que venden exclusivamente por internet han crecido 11.4% y su cantidad de empleados ha crecido en 44.2%; los mayores incrementos entre los comercios minoristas.
Los datos anteriores demuestran que los efectos de la pandemia sobre los negocios y sobre lo que necesitan los emprendedores no fueron solo coyunturales, sino que marcan un antes y después para el que se debe estar preparado. La muerte masiva de empresas abrió espacios en el mercado, pero también el incremento del consumo entre los mexicanos creó un terreno fértil, aunque difícil de trabajar para los nuevos negocios.
“No solamente es una gran oportunidad para crear una empresa. Después de la pandemia pudimos observar que cada vez más personas se dieron cuenta de la necesidad de educarse. El emprendimiento se puso de moda, pero ahora hay más gente que quiere tener un negocio de primer nivel”.
Se pierde el beneficio real de emprender
La economía mexicana depende fuertemente de las MiPyMes, incluso en mayor medida que de las grandes empresas, pues estas tres generan cerca del 52% de los puestos de trabajo. Sin embargo, no todas la MiPyMes logran convertirse en verdaderos negocios, pues en la mayoría de los casos los emprendedores terminan convirtiéndose en el trabajador indispensable de su negocio, por no decir en su único trabajador en algunos casos.
Dicho estancamiento convierte lo que se concibió como una empresa en un auto empleo en el que “al final, el emprendedor no tiene el beneficio real de emprender que es tener libertad financiera o de tiempo” advierte Gálvez.
Para evitar caer en dicho supuesto, Gálvez, quien dirige Academia de Emprendimiento 3.0, señala que deben desarrollarse seis pilares fundamentales: buenas finanzas, correcto manejo de personal, estrategia de marketing, automatización de procesos, como expandir el negocio y saber reinvertir las ganancias.