Como “injustos” calificó la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Concepción Baracaldo, los cuestionamientos que ha recibido incluso desde antes de su posesión en el cargo el pasado mes de septiembre. De ella se ha criticado su idoneidad para ocupar –sin experiencia en temas de niñez– la dirección de una de las entidades más grandes del país, encargada de velar por la protección de los más de 15 millones de niños, niñas y adolescentes de Colombia.
En su primera entrevista, Baracaldo le dijo a EL TIEMPO que ha sido víctima de una “persecución mediática” y que hasta ha recibido amenazas de muerte debido al rechazo que ha generado su nombramiento, así como por parte de “mafias que tenían interés en controlar el instituto”.
También se refirió al llamado de atención que hizo el presidente Gustavo Petro por la muerte de 20 niños wayúu en La Guajira, lo que el mandatario calificó como un “fracaso”.
De cualquier forma, la funcionaria, que sostiene tener el respaldo del presidente, no deja de ser polémica por sus pocas apariciones públicas, así como acciones y anuncios significativos en lo que va de su gestión. Esto la ha llevado a que reciba críticas incluso del mismo partido de Gobierno, por parte de figuras como los congresistas Gustavo Bolívar y María Fernanda Carrascal, así como la representante de la Alianza Verde Katherine Miranda, quien presentó una proposición para citarla a debate de control político.
¿Por qué su nombramiento y permanencia en la dirección del ICBF han sido tan cuestionados?
Porque tengo un perfil más técnico que político. En mi vida nunca participé en asuntos políticos, sino que mi desempeño laboral siempre fue por otro lado. He trabajado con muchos gobiernos, desde Belisario Betancur. He trabajado en instituciones como el Banco de la República, la Empresa de Energía de Bogotá, como asesora en municipios, trabajé en ordenamiento territorial siendo coautora de legislaciones al respecto. Mi llegada al instituto, por petición del presidente, ha sido precisamente para eso en lo que me he especializado: despolitizar y vigilar los recursos. En mis 37 años de carrera jamás tuve un llamado de atención por conductas indebidas, soy pensionada, y el presidente sabiendo esas cualidades decide ponerme en el cargo.
Llama la atención que en esa experiencia no nombró usted algo relacionado con la infancia, tema que también le critican…
Cuando una persona llega a trabajar a una institución, cualquiera, lo que se necesita es que gerencie, que conozca del manejo de recursos y una empresa pública. Un médico puede ser bueno con sus pacientes, pero para manejar una clínica se necesita saber administrarla. Lo mismo pasa en el ICBF, cuya misionalidad son los niños. Esta institución tiene nutricionistas, psicólogos, trabajadores sociales, médicos, que van a trabajar directamente con los niños. Mi función es otra. Es coordinar, controlar y planear el manejo de los recursos humanos y financieros. Eso es lo que yo sé hacer.
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Si usted ya estaba pensionada, ¿por qué asumir al frente de una entidad tan grande, importante y delicada como el ICBF?
Si estoy pensionada es porque tengo más de 30 años de servicio al Estado. Además tengo un doctorado en economía. Sé lo que hago y tuve siempre presente que debía aportar al país con lo que sé.No solo los partidos de oposición la cuestionan, también desde el partido de Gobierno, e incluso ya la llamaron a debate de control político…
Me han hecho un escándalo mediático diciendo que no soy idónea para el cargo. Pero si después de tener más de tres décadas en la función pública no lo es, no sé a qué le llaman idoneidad.
Yo no lo veo así. Más bien veo un acercamiento con los congresistas del partido. Si les molesta algo a ellos o a los de los demás partidos que apoyaron la candidatura del presidente, no sé que es. Pero a lo mejor es que tenían un candidato para el instituto. Me quieren cobrar que no se quedaron con el instituto.
¿Cómo así que se lo quieren cobrar?
Me han hecho un escándalo mediático diciendo que no soy idónea para el cargo. Pero si después de tener preparación académica de alto nivel y más de tres décadas en la función pública no lo es, no sé a qué le llaman idoneidad. Quienes me critican no me conocen.
¿No se siente abrumada por estar en una institución tan grande que para el 2023 tendrá 8,5 billones de pesos de presupuesto?
Efectivamente esta es una entidad inmensa, con más presupuesto que muchos ministerios y más de 15.000 trabajadores. Y encima es la encargada de velar por los derechos, salud, educación, alimentación y protección de los niños que son la riqueza de la nación. Claro que la responsabilidad es muy grande. Entiendo que si llegué al instituto me debo preparar para sacar adelante la misionalidad del ICBF, y estoy dispuesta a hacerlo de la mejor forma posible. Si el presidente me dio esta responsabilidad, tendré que responder por ello.
¿Qué tiene que decir sobre el llamado de atención del presidente Petro por la muerte de niños en la Guajira por desnutrición?
Que estoy de acuerdo con que las instituciones debemos ir a esos lugares apartados, y eso siempre lo ha hecho el ICBF. Desde luego que hay falencias y desatenciones en algunas regiones, no solo en la Guajira, sino en Chocó, Cauca, etc. Puede que haya habido descuido de las anteriores administraciones. El presidente hizo referencia a los niños que han muerto en todo el año, no solo desde que se posesionó. Niños en la Guajira no solo han muerto este año, también en años pasados.
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El ICBF no tiene principal responsabilidad por la muerte de los niños de La Guajira, y ya el Contralor General lo anunció así.
Los niños de la Guajira han muerto por múltiples causas, no solo desnutrición, sino infecciones, en la región hay problemas en su sistema digestivo por la falta de acceso al agua potable, que es donde está el principal problema. ¿Quién mira que haya acueductos? No es el ICBF. Al no haber agua potable y comestible se enferman, tienen diarreas que pueden desencadenar la muerte o propiciar la desnutrición.
¿Me está diciendo que el ICBF no tiene la principal responsabilidad sobre las muertes?
No la tiene, y ya el mismo Contralor General lo anunció así. Las causas son varias. El instituto tiene un programa de nutrición, y tenemos unas Unidades de Atención Inmediata para hacer esos seguimientos y tamizajes. Dependiendo del grado de desnutrición, si es necesario y el caso es grave, tiene que intervenir el Ministerio de Salud. Si el grado de nutrición es medio, el ICBF hace el control y entrega el programa de alimentación.
¿Y qué va a hacer para garantizar que los niños de la Guajira no sigan muriendo por desnutrición?
El presidente nos dice que el instituto también puede pensar en invertir en acueductos. Y aunque no tengamos esa misionalidad, el ICBF lo puede hacer si se plantea un proyecto robusto de desarrollo social. Es claro que la misión nuestra es el cuidado de los niños, y esto puede dar lugar a cuestionamientos de que se invertirán recursos importantes en temas que son ajenos a las funciones nuestras. Pero si estoy cuidando niños, puedo echar mano del presupuesto para contribuir con otras instituciones, para mitigar afectaciones que vulneran los derechos de los niños como lo es la falta de acceso al recurso hídrico. Por eso se tendrá mucho cuidado al formular el proyecto para que se entienda por qué una entidad como el ICBF hace este tipo de inversiones.
Eso puede tardar. ¿Y mientras tanto?
Esta semana visitamos la región para conocer de primera mano la situación. Instalamos el primer Puesto de Mando Unificado para enfrentar la desnutrición en La Guajira y coordinar acciones para implementar el Plan de Emergencia Contra el Hambre, donde hemos estado escuchando las necesidades de la comunidad. A esto sumamos todo lo que ya hace la entidad en cuanto a seguimiento y entrega de raciones alimenticias para atender la desnutrición, acciones que se fortalecerán.
¿Qué ha pasado con los casos de corrupción e irregularidades en contratación y ejecución de los operadores del ICBF?
Muchos contratistas no cumplen con sus funciones y por eso debemos vigilar que los operadores cumplan. Cuando se hacen las auditorías hemos encontrado que la comida que se entrega a los niños no es la que la entidad está pagando, que la infraestructura no está en condiciones óptimas, situaciones de vulneración de los derechos de los niños por parte de estos operadores, en el sistema de adopciones, incumplimientos por parte de los defensores de familia, incluso casos de violencia sexual etc. Ha habido sanciones, suspensiones de los contratistas y hay procesos abiertos.
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¿De cuántos casos hablamos?
En lo corrido del año van 33 operadores sancionados. Tenemos activos muchos otros procesos, algunos de los cuales estaban estancados y los hemos revivido.
De eso se ha hablado por muchos años. ¿Por qué sigue pasando?
Los directores regionales tienen una estructura administrativa que tiene que encargarse de esos controles. Esas oficinas están fallando y eso es lo que causa estos problemas. Cuando en la oficina central nos enteramos de las irregularidades, empezamos de una vez con los procesos, pero gran parte de las falencias en el control viene de esos problemas en las regionales que debemos solucionar.
El presidente habla de ‘mafias’ en el ICBF. ¿Qué tan cierto es?
Es muy cierto. Desde el primer momento he sido consciente de que había muchos intereses a la expectativa de que les dieran el instituto. Eso y la insistencia del presidente Petro de perseguir la politización y la corrupción de la entidad ha traído continuas amenazas de muerte serias en mi contra que ya están a manos de la Fiscalía. Ese ha sido un tema que me ha traído mucha presión. Pero igual debo seguir haciendo controles fuertes, un excelente sistema de vigilancia. Hay mafias que buscan hacer negocio con los recursos del ICBF y por eso hemos pisado callos.
¿Cuál será la gran apuesta suya?
La simplificación de los programas del instituto. Hoy hay múltiples programas que son más de entretenimiento pero que no cumplen con la misión que es darles a los niños la posibilidad de sacar al máximo su talento. Estoy adelantando una revisión de estas estrategias para poner énfasis en el desarrollo de la personalidad de los menores de manera realmente integral.
MATEO CHACÓN ORDUZ