El debate global que hoy rodea a las vacunas es complejo y está más vivo que nunca. Como un rayo fulminante emergen las distintas lecciones aprendidas que dejó la pandemia sobre las inmunizaciones, que fueron la punta de lanza de la salvación contra el COVID-19, y la más nítida diferencia entre la vida y la muerte para millones de personas en el mundo.
Los resultados de las pandemias se comprenden mejor en retrospectiva, concluyó un reciente documento publicado en la revista científica JAMA, el medio especializado de la Asociación Médica Estadounidense. Con este potente concepto detrás, cobra más valor la visita de Infobae durante dos días al interior de uno de los laboratorio de GSK, en la ciudad de Wavre, Bélgica. Considerado por el consenso de los expertos de la industria pharma como la usina productora de vacunas más grande del mundo.
Para no perder el contexto de la fiebre mundialista, la superficie total del laboratorio GSK en Wavre puede albergar unos 70 estadios de fútbol en su interior. Además, la producción de la planta nunca se detiene: unas 6.000 personas trabajan allí las 24 horas.
El corazón de la discusión no se termina en contarle a los antivacunas cuán equivocados están con su militancia anti salud. En estos tiempos de peripandemia – con el virus SARS-COV-2 que sigue merodeando incansablemente, hay que fortalecer la idea de que la inmunización es una acción social colectiva, que cobra más eficacia y fuerza cuando todos la ejercen convencidos y en masa. Las vacunas funcionan atravesadas por principios muy nobles como la inclusión, el pleno acceso y la equidad. ¡No basta con unos cuantos vacunados desparramados por ahí! Se necesitan millones y millones de personas inmunizadas sin importar de dónde vienen, dónde viven o cuál es su posición social.
Su compleja y exacta línea de producción -desde la investigación de las moléculas, el rellenado hasta los packaging- confirma por qué la producción de inoculantes es la actividad más regulada del mundo, mucho más si se trata de vacunas biológicas que requieren un control de calidad extremo.
En la actualidad, si bien la demanda de vacunas a nivel global creció, este impulso está asociado al incremento de la expectativa de vida y a sociedades que serán cada vez más longevas. Serán unas mil millones de personas mayores de 60 años las que habitarán el mundo para el año 2050. En este escenario la ciencia y, sobre todo, la vacunación ocupan un rol central, y no hay que olvidar que las vacunas previenen cada año la muerte de entre 3,5 y 5 millones de personas.
El laboratorio biotecnológico de GSK, en Wavre, produce un portfolio de más de 20 vacunas para proteger a las personas de la propagación de enfermedades infecciosas a lo largo de su vida. Incluye una lista completa de inmunizantes incluidos en los calendarios de vacunación más avanzados del globo (entre ellos el de Argentina). Y que protege a la población —bebés niños y adultos— de cuadros graves e incluso del riesgo de muerte.
Algunos ejemplos de las vacunas conocidas que ya se producen en Wavre, contra enfermedades como Hepatitis B; la vacuna triple viral MMR (por sus siglas en inglés), que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola; la vacuna contra el rotavirus; la vacuna contra la meningitis; la vacuna contra el virus de papiloma humano (HPV), que provoca cáncer de cuello de útero.
Además GSK tiene un pipeline muy activo de lo que vendrá , el calendario prevé en vías de aprobación otras 21 formulaciones candidatas contra patologías infecciosas muy importantes. Avanza en Fase III la dos vacunas de GSK contra el COVID-19, una en alianza con el laboratorio francés Sanofi y la otra con el canadiense Medicago. La vacuna con Sanofi fue recientemente aprobada por la Agencia de Medicamentos Europea (EMA, por su sigla en inglés) para ser utilizada como dosis de refuerzo contra el coronavirus. Con respecto a la vacuna contra el COVID-19 desarrollada en alianza con Medicago fue aprobada por el Ministerio de Sanidad de Canadá en febrero de 2022.
Entre los otros desarrollos en los que avanza GSK, pisa fuerte una vacuna contra el Herpes Zóster para adultos. El laboratorio GSK se encuentra trabajando para que esté disponible en Argentina en los primeros meses de 2023. Y otro hito vacunal, con miras a 2024, serán las dosis contra el virus sincicial respiratorio (VSR).
La vacunación ayuda a proteger a las personas en todas las etapas de la vida: desde el nacimiento (a través de la inmunización materna), la primera infancia, la niñez y adolescencia, hasta la adultez y la vejez. Esto es especialmente crucial que funcione en sociedades que serán cada vez más añosas y deberán inmunizarse hasta el fin de la vida.
En diálogo con Infobae desde Wavre, Yannick Vanloubbeeck, jefe y líder de Inmunología de la biotecnológica GSK detalló el efecto de la irrupción del SARS-CoV-2 en el universo pharma. “La pandemia legitimó las nuevas plataformas de origen genético, el ARN mensajero, que estaban en la gatera y les faltaba ver la luz. Estas plataformas revolucionaron definitivamente la velocidad de producción y fueron las primeras disponibles contra el COVID-19″, explicó Vanloubbeeck, quien es doctor en Medicina Veterinaria en la Universidad de Liege, Bélgica, con especialización en medicina tropical.
Ya no quedan dudas de que la pandemia se convirtió en un catalizador de cambio y punto de inflexión en la industria farmacéutica al imponer una vacunación masiva y universal. Confirmó la emergencia y vigencia de nuevas plataformas tecnológicas de producción de vacunas como la ARN mensajero, y casi por primera vez en la historia los gobiernos de todo el mundo y la opinión pública se focalizaron en la relevancia de los inmunizantes para la sociedad.
“Para los laboratorios fue muy provocador y estimulante lo que dejó la pandemia: generó más competencia y la expansión de nuevas áreas de investigación, desarrollo e innovación, las poblaciones modernas deberán inmunizarse hasta el fin de la vida”, explicó el experto Yannick Vanloubbeeck.
Las vacunas biológicas que se elaboran en Wavre requieren un estricto proceso de control de calidad y seguridad. Eso no solo requiere tiempo sino también un proceso de manufactura muy preciso y dedicado, que se respira a cada paso en la planta belga. Consultado por Infobae sobre este proceso, Vanloubbeeck señaló que “la oferta y la demanda de vacunas es un equilibrio delicado que debe ser monitoreado cuidadosamente”.
Más de 17.000 personas trabajan en investigación, producción y distribución de vacunas en GSK en 160 países del globo. Las vacunas son una herramienta crucial de salud pública, y los números lo respaldan: cada año se previenen entre dos y tres millones de muertes con la vacunación. Por cada dólar invertido en vacunas —en países pobres y emergentes—, la tasa de retorno de inversión es de 52 dólares.
A pesar de esto, la gigante biotecnológica GSK tendrá que sanar de la paradoja que aún la acecha: luego de más de dos años de pandemia, donde los inmunizantes fueron los grandes hallazgos de la ciencia global para detener tantas muertes y entendiendo que, junto a MSD o Merck , Pfizer y Sanofi, son considerados los cuatro gigantes del mundo de las vacunas, GSK llegó recientemente a la Fase III su vacuna contra el COVID en alianza con los laboratorios Sanofi y Medicago.
En la línea argumental de vivir más y mejor, la industria pharma ocupa un lugar importante no solo en las economías del mundo, sino también para fijar conceptos que serán determinantes para la salud pública de sociedades que claramente serán cada vez más añosas, sumado al concepto de prevención a través de las vacunas como herramienta protectora.
Consultado por Infobae desde Wavre, Bélgica, Yan Sergerie, líder médico global para GSK del portfolio de vacunación para adultos, explicó: “Quienes trabajamos en generar ciencia, una de las tantas cosas que aprendimos es que las enfermedades contagiosas están todavía ahí afuera. La gente y las sociedades en general todavía están en riesgo. Tenemos que trabajar más en los programas de inmunización de adultos”.
Sergerie, quien es médico infectólogo y experto de GSK formado en la Universidad de Canadá, resaltó que “no es solo una cuestión de vacunación; es algo más profundo; tiene que haber un entendimiento colectivo alrededor de cuál es el impacto de un virus como el COVID-19. ¿Por qué necesitamos usar un barbijo? ¿Por qué necesitamos respetar el distanciamiento social? ¿Por qué necesitamos lavarnos las manos?”.
— Doctor Sergerie, respecto al debate sobre el rol social que cumplen las vacunas, ¿cuál es el paso siguiente después de la pandemia de COVID-19?
— Yan Sergerie: Lo primero es asegurarse de que la gente entienda todo esto, la gente necesita entender el valor no solo de la vacunación, sino el de todas las medidas implementadas por la salud pública alrededor del mundo. Y sobre todo necesitamos que esto sea sostenido en el tiempo, necesitamos estar preparados. Esta no fue la primera vez que experimentamos una pandemia. Tuvimos una en el 2009, en el 2011, ahora en 2020 y 2021. Si la historia tiene razón, tendremos otra pandemia. Así que necesitamos estar preparados, necesitamos aprender de lo que hicimos mal.
Los efectos de la irrupción del SARS-CoV-2 también llegaron al sistema científico y sus vínculos con la opinión pública: “Estamos discutiendo el papel de las fake news en las redes sociales, que es otro asunto que vimos emerger en esta pandemia: fake news en salud. La información falsa provocó desconfianza y desinformación sobre las vacunas contra el COVID-19 y eso logró esmerilar a las demás, porque no todo es coronavirus”, resaltó Sergerie.
En otro sentido, la pandemia también reenfocó el perfil del laboratorio inglés y la estrategia de negocios de GSK: se deshizo de los productos masivos como dentífricos y antiácidos entre otros y apostó por las vacunas. “Las vacunas serán un motor de crecimiento clave para GSK”, afirmó con contundencia Rudi Rosolen, vicepresidente y jefe de operaciones de GSK, a Infobae. Los números parecen darle la razón:
– 4 de cada 10 niños a nivel global reciben vacunas de GSK cada año
– Solo en 2021 se distribuyeron 767 millones de dosis de vacunas alrededor del mundo y el portafolio de vacunas de GSK tiene una eficacia y seguridad del 90%
– En su portafolio inmunizante cuenta con las vacunas más conocidas y clásicas de los calendarios de niños y adolescentes: contra hepatitis A y B, rotavirus, contra el HPV y, además, la vacuna antimeningocócica. Pero hasta ahora en ninguno de los casos están producidas con plataformas de ARN mensajero, sus plataformas en general pertenecen a las formulaciones con adyuvantes.
“En GSK nos enfocamos en la ciencia del sistema inmunológico, la genética humana y las tecnologías avanzadas. Nuestra prioridad es invertir en cuatro áreas terapéuticas centrales y oportunidades futuras para impactar la salud a escala: enfermedades infecciosas, VIH, oncología e inmunología”, completó Sergerie a Infobae.
GSK apostó por las vacunas basadas en adyuvantes. una tecnología que el laboratorio inglés desarrolló durante la pandemia de Gripe H1N1. El adyuvante es una sustancia auxiliar que se utiliza para potenciar y modular la respuesta inmune al antígeno vacunal. El potencial que tiene esta tecnología es proporcionar una protección más amplia y a largo plazo respecto a las vacunas tradicionales. GSK es líder en el desarrollo de tecnologías y vacunas adyuvantes, tanto es así que tres inoculantes contra el COVID-19 utilizaron el adyuvante de GSK. En este camino de diversas tecnologías al servicio de la inmunización humana, la compañía de origen inglés tampoco descarta elaborar en un futuro una vacuna con la plataforma de ARN mensajero.
— Doctor Sergerie, claramente en el mundo no todo es COVID-19 y existen grandes problemas de salud a nivel global. ¿Cree usted que la industria farmacéutica debe abrirse más y salir de las sombras, para comunicar sus buenas noticias?
— Yan Sergerie: Hay que abrir las puertas de los laboratorios. Que los científicos sean más cercanos con la prensa, para que la sociedad comprenda con más fuerza los mensajes clave y que nos permita vivir más tiempo, tendremos cada vez sociedades más añosas. Para lograrlo, es muy importante la confianza entre la industria farmacéutica y la sociedad.
Uno de nuestros principales roles en la industria farmacéutica es comunicar la información correcta, y ser transparentes sobre nuestros productos médicos, incluyendo las vacunas. Necesitamos que las personas que toman decisiones y las autoridades hagan recomendaciones sobre las vacunas. Necesitamos compartir esto, como dijiste, no de manera reactiva sino productiva.
Todavía hay muchas otras enfermedades contagiosas ahí afuera, que no han sido prevenidas más allá del COVID-19, o que ni siquiera tienen opciones de tratamiento. Así que necesitamos ser más proactivos sobre esto, necesitamos iniciar más colaboraciones entre los diferentes eslabones del sector científico.
Se considera a la plataforma ARN mensajero como la gran estrella. Pero las vacunas adyuvantes son muy importantes, solo que necesitan más tiempo. Entonces, la gente piensa que lo rápido es lo mejor, y que lo otro no es muy bueno porque necesita tiempo. Explicar bien esto es un tema de comunicación del que debemos ocuparnos.
El líder médico global para GSK del portfolio de vacunación para adultos sostuvo que es necesario cambiar ciertas percepciones: la sociedad necesita “empezar a ver la industria farmacéutica como un aliado”, para la creación de innovación, para el desarrollo de investigación. Aún existen enfermedades complejas sin opciones terapéuticas que requieren investigación, innovación y nuevas vacunas, por eso “necesitamos continuar invirtiendo y desarrollando, pero no podemos hacerlo solos: tenemos que tener colaboración, tenemos que tener alianzas estratégicas”, completó Sergerie.
El experto resaltó que la cobertura de vacunación contra las enfermedades prevenibles en adultos es muy baja, y esto ocurre con vacunas que ya existen: “No necesitamos inventarlas, ya están ahí y la gente no las usa. Por todo esto, veo un rol en la industria farmacéutica de comunicar los beneficios de la inmunización en adultos y generar información sobre qué es el valor total. Tenemos que generar los datos en sociedad con todos los jugadores: podría ser la industria, con los gobiernos, con referentes académicos. Realmente creo que es un esfuerzo de equipo, no solo un esfuerzo de GSK”.
— Doctor Vanloubbeeck, sobre el concepto de las vacunas como “un traje a medida”, según las distintas necesidades, según las latitudes, tipos de poblaciones y edades, ¿Cree que en el futuro se combinarán distintas plataformas?
— Yannick Vanloubbeeck: No puedo predecirlo, combinar plataformas sería algo muy futurista. Lo que sería interesante, desde el punto de vista de la salud pública -y de nuevo, esto vuelve a tu primera pregunta-: cómo llegar a que la gente entienda el valor de la vacunación. Podríamos pensar en crear combos de vacunas – ya lo hacemos con varias pediátricas para asegurarnos la adherencia, que los chicos la reciban: combinando, por ejemplo, gripe y COVID-19, o múltiples COVID-19 o múltiples gripes. Estamos hablando de una vacuna universal.
Siendo GSK, líder de vacunas combinadas en el mundo pediátrico, ¿por qué es tan importante esto? Porque, en lugar de darnos cinco o seis inyecciones, nos damos una. Así se aumenta la durabilidad y le hacemos más sencilla la vida al consumidor, que viene solo por una inyección y se va protegido de seis enfermedades. Entonces, haciendo esto estarás aumentando tu protección con las vacunas y, en última instancia, fomentando también este ecosistema de vacunas y entendimiento.
Para todo esto no necesitamos innovar: ya tenemos esas vacunas, para virus emergentes y enfermedades como COVID-19 o Influenza. Entonces sí, creo que la combinación de vacunas (combos de una inyección con varias dosis y combinar plataformas plataformas) es una manera de llegar a este objetivo que describís: explorando desde las plataformas más tradicionales, las nuevas biológicas que necesitan más tiempo y también desde la plataforma ARNm. Este es el gran desafío
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