La ministra del Interior, Carolina Tohá participó esta jornada de un seminario de Espacio Público donde se abordó el tema de la seguridad.
En ese sentido la titular de Interior abordó diversos aspectos relativos a los delitos cometidos por menores, la situación de la migración irregular y la desconfianza en las instituciones.
Es así como Tohá comenzó su intervención contando que “en la mañana llego a La Moneda y camino desde la puerta de La Moneda a mi oficina, acompañada de mi edecán, ella me da el reporte grave de las últimas horas, y entre que entro a La Moneda y me siento en mi oficina, han muerto 3 o 4 personas y varias de esas muertes me dan ganas de sentarme en el camino, porque son un tipo de asesinato como de las películas, que antes uno no lo escuchaba en Chile. Cuando había uno estábamos 8 meses hablando de él, ahora no alcanzamos a hablar un día porque al día siguiente hay otro”.
En esa línea la secretaria de Estado contó que en lo que va del 2022 se han cometido 885 homicidios, de los cuales 506 han sido con armas. Y también abordó el rol de los menores de edad en hechos delictuales.
“Los menores de edad no han aumentado su participación en los delitos, pero sí en los delitos violentos, sí en los robos con violencia y en los homicidios. Y muchos de los delitos que vemos a estas altura de menores son entre menores. O sea menores que se asesinan unos con otros”, explicó.
A juicio de la jefa de gabinete “la sensación de impunidad está muy asociada a delitos de menos gravedad, pero la sensación de que no hay capacidad de sanción. Y el recurso de la cárcel, que está tan instalado en el debate público como la solución a todos los problemas es porque al final es lo único que la gente logra percibir como una sanción que a fin de cuenta funciona, porque todas las otras parecieran quedar en nada o no conducir a ninguna parte”.
En ese sentido Tohá abordó dos problemas que estaban hoy en la realidad chilena. El primero la migración irregular y el segundo relativo a la crisis de desconfianza en las instituciones.
“Lo que es un hecho es que cuando un extranjero está implicado en delitos es como el delincuente desconocido, cuando uno dice el miedo a lo desconocido bueno, el miedo al delincuente desconocido es aún mayor”, comenzó diciendo sobre el primer punto.
“En el tema migratorio hay una parte que está asociada a estas percepciones o a estos, incluso prejuicios, pero hay una parte que está asociada a datos que empezamos a observar, que es la llegada junto con la migración que trajo entremedio personas que venían con agendas criminales, de estrategias criminales que eran poco habituales en Chile”, agregó.
Y continuó: “Y eso es algo que creo que a esta altura podemos dar como por un hecho que se han traído a Chile estrategias criminales que no conocíamos y que son particularmente escabrosas y que causan mucho temor. Y como las personas sí conviven mucho con la migración, la migración normal, con las personas que trabajan, que viven en su barrio, pero este sujeto desconocido sobre el cual se puede tener estas dudas, prejuicios, etc., ese se ha transformado en un factor muy fuerte de inseguridad y de sensación de descontrol”.
De ahí ahondó en lo relativo a la crisis de las instituciones. “Todo lo que ha pasado en los últimos años con la crisis política, el cuestionamiento a las instituciones, con la sensación de abuso y corrupción en las instituciones. Y definitivamente ya con la llegada a una situación extrema de estos fenómenos que venían antes, que la verdad no empezaron ahí, empezaron incluso antes de 2010, pero para el estallido alcanzaron unas dimensiones totalmente descontroladas. Y eso está muy fuerte asociado no solo a la sensación de inseguridad porque no hay una autoridad válida, legítima en la que se pueda confiar, sino que también este debilitamiento de la autoridad hace difícil a la autoridad ejercer su rol”, explicó la titular de Interior.
La secretaria de Estado afirmó, además, que “los delitos no están aumentando, la cantidad de niños, niñas y adolescentes involucrados en carreras delictuales no está creciendo, es un problema complejo, pero no es un problema que tenga dimensiones que está desatada”.
“Si antes para controlar un problema en el espacio público bastaba un punto fijo de Carabineros, ya no basta. Es más, un punto fijo de Carabineros es un problema porque si hay una actividad ilegal y un Carabinero está parado ahí y no hace nada, peor, mejor que no esté, porque si está, está avalando lo que ahí sucede, está siendo parte del problema, está siendo parte del circuito”, agregó.
Y aseguró que “no está nada de disociado esta percepción de seguridad, de impunidad, de abuso con la sensación de que falta institucionalidad legítima, autoridad validada, autoridad que no sea sospechosa de ser abusiva, de ser corrupta, porque si no no tenemos las herramientas para enfrentar esto, las más básicas”.
Tohá ejemplificó este último punto señalando que “una de las cosas que nos pasa en esta situación es que está todo mezclado. Manifestante es lo mismo que grupos violentos que destruyen las cosas; causa mapuche es lo mismo que robo de madera; abuso es lo mismo que crimen organizado, hoy cualquier cosa es crimen organizado, cualquier pinganilla es del Tren de Aragua, no puede ser”.
“Entonces, hay una necesidad de poner orden en esta discusión, de manejar categorías más claras que todos entendamos y diferenciemos estos fenómenos, los diferenciemos y los tratemos, no negando su vinculación porque la tienen, pero conceptualmente aclarándolos. porque la confusión mental hace muy difícil hacer políticas eficaces y hace muy difícil reconstruir confianzas de que se puede atacar el problema”, complementó.
Tohá ahondó en su punto asegurando que era necesario “ordenar este debate, aclarar los conceptos, ponernos de acuerdo, en diferenciar una cosa de otra y ponernos de acuerdo en volverle a dotar a los límites de un valor social, que es un problema que hemos tenido muy fuerte en los últimos años, producto también de toda la crisis política que hemos pasado y de la cual todos hemos contribuido a confundir estas categorías”.
En esa línea hizo un mea culpa: “O sea, hablando del sector del que soy parte, muchas veces se ha pensado que defender el derecho a manifestarse significa defender o ser blando con ciertas actitudes violentas del espacio público. O que defender la causa mapuche, significaba no ser fuertes y drásticos en perseguir las acciones violentas. Esos límites hay que volver a aclararlos y socialmente validarlos”.
Finalmente, la titular de Interior aseguró que “este gobierno va a dejar muchos progresos desde el punto de vista de fortalecer las instituciones. Todo esto con una cierta dosis de optimismo. Pero ustedes comprenderán que en un gobierno de Chile uno o tiene optimismo o se va para otro lado. Un cierto optimismo en el sentido de que en este gobierno vamos a terminar con un Ministerio de Seguridad”.
Y cerró con que “la próxima semana el Presidente va a anunciar a política contra el crimen organizado”.