Anoche quedó lista la conciliación con la que el Congreso aprobó el proyecto que crea el Ministerio de la Igualdad y Equidad que encabezará la vicepresidenta Francia Márquez. Es una de las promesas de campaña que más esperanza generó en quienes votaron por ella y que está en el corazón de su proyecto político, porque le apunta a atender las desigualdades de quienes llamó “los nadies”.
El proyecto que presentó el ministro del Interior, Alfonso Prada, crea una entidad ambiciosa, que va más allá del tema de igualdad de género. Según sus funciones, atenderá a poblaciones muy distintas, desde los niños y adultos mayores hasta las mujeres, las poblaciones étnicas o los habitantes de calle, entre otros.
En eso el proyecto del Gobierno Petro se parece a lo que había proyectado la vicepresidenta Márquez. La Silla Vacía tuvo acceso al borrador que ella había compartido con Petro. El ministerio que soñaba Márquez, era, en efecto, una institución pensada para luchar contra múltiples desigualdades, no solo la de género.
Sin embargo, lo presentado por el ministro Prada y aprobado por el Congreso, no tuvo en cuenta las ambiciones concretas del proyecto inicial de la vicepresidenta. En su versión del Ministerio éste tenía adscritas entidades poderosas como el DPS y el ICBF, puestos que Petro les dio a sus aliados políticos.
Ahora no es claro si estas entidades estarán dentro del ámbito de poder de Márquez, y le da al presidente Petro las facultades para definirlo, Es decir, la real magnitud del poder de la vicepresidenta sigue en manos de Petro, con quien la vicepresidenta ha tenido tensiones.
Lo que se aprobó está crudo
El proyecto que presentó el Gobierno es para la “creación del Ministerio de Igualdad y Equidad y la adopción de los elementos de su estructura orgánica”, con una lista de sus 17 funciones entre las que están crear una política contra el hambre y el Sistema Nacional de Cuidado para reconocer el trabajo que hacen muchas mujeres en el hogar.
Su énfasis, como lo quería Francia Márquez, estará en las mujeres, los LGBTI, afros, indígenas, campesinos, jóvenes, personas en situación de pobreza, discapacitados, habitantes de calle, población de territorios excluidos, y tres más que agregó el Senado en su debate: las mujeres cabeza de familia, adultos mayores, familias y niños.
“Solo hay unos mínimos”, dice sobre lo aprobado Luz María Múnera, representante del Pacto Histórico y la ponente del proyecto en la Cámara de Representantes.
La idea que Márquez tenía la armó con un equipo de cinco personas de su movimiento Soy Porque Somos. El documento decía que esa entidad absorbería el Departamento de Prosperidad Social (DPS) que se encarga de los subsidios y que el presupuesto que tiene esa entidad, que es de 23 billones de pesos al año, pasaría a ser ejecutado por el MinIgualdad. La idea reapareció el debate del lunes con una propuesta del representante Duvalier Sánchez, pero no pasó.
Márquez le había pedido al presidente que la nombrara directora del DPS mientras se creaba el ministerio, pero Petro nombró a Cielo Rusinque y luego dijo que serían entidades independientes. Con eso también dejó sin una fuente de presupuesto clara el Ministerio.
Su propuesta también decía que con MinIgualdad se integrarían los servicios administrativos enfocados en la equidad, como el ICBF, el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Unidad de Víctimas. Pero nada de eso quedó en el proyecto que hizo el Gobierno y aún no es claro como el ministerio se va a articular con las once entidades del Estado que hoy se encargan de temas de desigualdad (como viceministerios o consejerías) y que en total tienen un presupuesto de más de cuatro billones de pesos para el año entrante.
Por ahora el Ministerio no tiene plata asegurada. Al Ministerio de Hacienda le tocará hacer una adición presupuestal al Presupuesto General de la Nación para el próximo año con la plata que obtenga de la nueva Reforma Tributaria.
Según una persona de Soy Porque Somos que estuvo cerca de la construcción de la propuesta de Márquez y que pidió no ser citada para hablar con libertad, “no hay mayores expectativas. El proyecto que se presentó es muy distinto al que habíamos construido. Este ministerio no tendrá mayor fuerza”.
El lunes, tras los debates en el Congreso, el Gobierno anunció que la ministra de la Igualdad sí será Francia Márquez, pero es función del presidente definir todos los detalles. Según Clemencia Carabalí, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer y cercana a la vicepresidenta, hay mucha esperanza pero todavía falta la reglamentación y no sabe si su consejería quedará dentro del ministerio. “El proyecto de reglamentación durará unos cinco o seis meses. Ahora no puedo decir cuáles son los temas que liderará ni si tiene suficiente envergadura económica”, dijo.