Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) muestran que los indicadores de sobrepeso y obesidad en la población infantil aumentaron entre 2006 y 2021, pasando del 14.6 al 18.6 por ciento, por lo que se llevarán a cabo trabajos de colaboración con otras instituciones para prevenir, detectar y manejar la mala nutrición en embarazadas, pero también en la niñez y adolescencia de nuestro país.
Sobre el tema, se informó que el IMSS, a cargo de Zoé Robledo, y la representación en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), establecieron un acuerdo a través del Memorándum de Entendimiento. La idea es que se haga un manejo puntual sobre este tema.
Célida Duque Molina, directora de Prestaciones Médicas, explicó que Yucatán, Chiapas y Chihuahua serán los primeros tres estados en los que arrancará la estrategia. El Memorándum busca, remarcó, “prevenir, detectar y manejar” la mala nutrición en los grupos antes citados.
Puntualizó que la emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto la importancia de una buena alimentación, no obstante, el sobrepeso y la obesidad se asociaron hasta en un 70 por ciento con las personas que presentaron enfermedad grave por coronavirus.
En su intervención, el director general del IMSS, Zoé Robledo, apuntó que la alianza con la Unicef ayudará a que se realicen actividades preventivas en favor de la niñez, debido a que “la pandemia por covid-19 trajo consigo un replanteamiento (…) frente a lo que se vivió, lo que se sigue viviendo y lo que se experimentó respecto a las enfermedades crónico-degenerativas. Sin duda debe de plantear prioridades distintas a las que había previo a la pandemia, y una de ellas son los temas de obesidad”.
Dijo que el derecho superior a la niñez debe estar por encima de la libre competencia económica, de la producción de alimentos procesados o bebidas azucaradas que han tenido efectos negativos en la salud de la infancia mexicana.
En su intervención, el representante de la Unicef en México, Luis Fernando Carrera Castro, enfatizó que la firma del convenio refuerza el trabajo que se ha venido haciendo con la salud de la infancia y los adolescentes; es clave, remarcó, que las personas en los primeros años de vida reciban una alimentación de calidad, de lo contrario, no habrá un desarrollo adecuado.