Irán se ha convertido en una de las selecciones más buscadas en Doha. A pesar de no partir entre las favoritas, todo lo que rodea al Team Melli está generación una gran controversia. El motivo es la convocatoria de Carlos Queiroz y la presencia en ella de varios jugadores críticos con las duras represiones acaecidas en su país tras las revueltas sociales por la muerte de la activista Amini.
Uno de ellos es Serdar Azmoun, el delantero del Leverkusen que criticó públicamente en redes sociales la represión policial. El gobierno iraní exigió a su seleccionador que no lo convocara, pero Queiroz hizo caso omiso. Es más, según la prensa local otra de las estrellas del equipo, Mehdi Taremi, del Oporto, habría tenido una fuerte discusión con su compañero por este mismo motivo. Uno está de un lado y el otro, del contrario.
La tensión va creciendo. Ya en Doha, un periodista de Sky Sports preguntó si Irán se uniría a Inglaterra y Galés, rivales de grupo, en una protesta contra la vulneración de los derechos humanos en el país al que representa: “¿Te sientes cómodo en este Mundial representando a un país como Irán que reprime los derechos de las mujeres?”. Queiroz, no tomó bien la provocativa pregunta, y sarcásticamente, respondió por rimas: “¿Cuánto me pagas para responder a una pregunta así? No pongas en mi boca palabras que no dije…. Creo que deberías empezar a pensar en lo que pasó en tu país con la inmigración, cómo se trata a los inmigrantes en Inglaterra”, acabó diciendo.
Mientras todo esto sucede, Irán está completamente dividida en torno a la figura de su seleccionador. Algunos lo consideran un verdadero ídolo por lo hecho en 2018 con una selección iraní que compitió de tú a tú en el grupo ante Portugal y España; otros, en cambio, no perdonan que pase por alto las críticas de uno de sus futbolistas al gobierno de su país. Una situación política adversa que hace calentarse más de la cuenta a Queiroz.