Desde hace ya un tiempo, en las redes sociales y en distintas publicaciones acerca de comida saludable y temas similares, se insiste en las ventajas de hidratar los frutos secos. Básicamente, como hacemos con las legumbres, es ponerlos en remojo, en agua.
Esto cambia su textura, por supuesto, y también complica mucho el llevarnos estos alimentos saludables como snack de media mañana o merienda. No siempre disponemos de agua o de un recipiente para remojarlos. Pero, más allá de la cuestión práctica, que evidentemente se ve afectada si decides “activar” tus frutos secos, que es el verbo que leerás y escucharás cuando oigas o leas sobre remojar los frutos secos, la cuestión principal de debate es si realmente merece tanto la pena hacerlo.
Para salir de dudas, lo mejor es siempre escuchar a los que más saben de nutrición y alimentación. Personas como Aitor Sánchez, dietista nutricionista que además es divulgador en redes bajo en nick de @midietacojea y escritor. En uno de sus post más recientes en las redes sociales, Sánchez retoma este tema de remojar o no los frutos secos.
En el vídeo publicado, donde profundiza en su argumento, Aitor Sánchez reconoce que “Es cierto que si los dejas en remojo reduces parcialmente la cantidad de antinutrientes”. Uno de ellos es el ácido fítico, cuya función es evitar que las semillas germinen si no tienen condiciones adecuadas. A nivel nutricional, dificulta la digestión, de ahí que se recomiende sumergir los frutos secos, porque lo eliminamos, al menos en parte.
Sin embargo, el dietista nutricionista afirma que “no es imprescindible” hacerlo y que “simplemente se trata de una nueva moda exótica para llamar la atención con “trucos” poco prioritarios”. ¿Por qué? Porque no hay esa diferencia entre sumergirlos y no hacerlo que se nos dice en muchas de las publicaciones que recomiendan hidratar los frutos secos. “Esto se vende como si fuera algo maravilloso, como que se digieren mucho mejor, que va a mejorar altamente su capacidad nutricional y verdaderamente no es así”, dice Aitor Sánchez.
En su opinión, al remojarlos, “lo que estamos haciendo es incorporar un inconveniente a los frutos secos, que son versátiles, que son muy fáciles de llevar, que te los puedes echar en la mochila o en el bolso y vayan allá donde tú quieras”. Por ello, concluye que “No es importante remojarlos”, e insiste en lo que en su opinión sí es diferencial con respecto a los frutos secos. “Sí es importante en los frutos secos escoger buenas versiones: es decir, que sean en crudo o tostados, evitando aquellos que son salados o fritos”, señala.
Ya sabes, y si no te lo recordamos, que los tostados y crudos tienen un mejor balance nutricional que los salados, por motivos obvios —exceso de sal— y los frutos, por exceso de grasa. Por ello, si vas a comprar frutos secos, fíjate bien en la etiqueta y evita aquellos en los que diga (porque lo tiene que decir en algún sitio) que son salados o fritos. Y luego, si los quieres remojar o no ya es cosa tuya: cómo has leído, prioritario desde el punto de vista de la salud no es.