El fútbol español está al borde de una huelga que llevaría a parar la Liga en breve; el director del gabinete de presidencia y portavoz del Real Valladolid, David Espinar, pasó por los micrófonos de la Cadena SER y explicó a José Ignacio Tornadijo cual es la postura del Real Valladolid en todo este tema. Espinar habló del momento en el que están las conversaciones y fue claro con respecto al interlocutor de la LFP, el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Franco que ha indicado que “con amenazas no se puede negociar”: “No ha habido novedad y José Manuel Franco no es el ejemplo de integridad que esperábamos como interlocutor en todo este asunto y el Real Valladolid ya sufrió los efectos del CSD en la sanción desproporcionada a Sergio León la pasada campaña; no tiene mucha relación con esto, pero sí identifica a la persona que habla y al organismo del que estamos tratando. No ha habido novedad al respecto, hemos mantenido contactos con la Liga, con algunos grupos políticos y estamos a la espera. No son amenazas, sino información, son posibilidades como hay otras y a mi me cuesta creer que la Liga no agote todas las vías de diálogo posibles antes de tomar una medida algo más drástica como sería parar”.
Los grupos políticos como Podemos, Compromis o Ciudadanos se ponen de parte de la LFP y aceptan las enmiendas a la Ley y alguno de ellos parece que va a proponer que se voten las enmiendas a la totalidad de la Ley, mientras que PP y PSOE parecen decididos a que la Ley vaya adelante tal y como está: “En la última asamblea lo que se nos comentó es que los dos partidos mayoritarios daban por buenas las enmiendas, pero ahora estamos en esta situación que afecta de forma tan profunda al fútbol español y en resumen al deporte de España ya que hay más ligas profesionales en este país. Esta reivindicación es para todo el deporte profesional y no sólo para el fútbol”.
Las pérdidas económicas para la LFP y para los equipos de forma más concreta pueden ser muye elevadas y por ejemplo Osasuna calcula que perdería unos 30 millones de euros al año; Espinar explicaba que “el impacto económico en los próximos 10 años la Liga lo ha cifrado según los contratos que ya hay firmados, en 9.100 millones de euros; 2.600 millones se perderían por ingresos de patrocinio, 3.500 por ingresos de derechos audiovisuales, la Liga TECH y otros proyectos. Yo calculo que unos 800 millones sí perdería la Liga y sus clubes por temporada si sigue adelante esta inseguridad jurídica que desasiste a las ligas profesionales ante la posibilidad de que cualquier federación pueda modificar sus estatutos sin el actual informe previo de las ligas que ahora es necesario. SE comprometen los planes de crecimiento, recordemos que el acuerdo con el fondo CVC incluye una cláusula de revisión en caso de modificación de las condiciones de la explotación comercial de la Liga y esto es lo que se va a producir si se aprueba la Ley tal y como está, por lo tanto, de los 1.000 millones que quedan por entregar, no se entregará nada y en cambio, en lugar de ser un préstamo participativo a 50 años el importe que ya se ha entregado que son 1.000 millones de euros se convertiría en una deuda a 15 años con la consiguiente erosión para las cuentas de todos los clubes”.
Todo este panorama se produciría simplemente con que la nueva Ley del Deporte sea aprobada tal y como está redactada ahora mismo según expuso David Espinar: “Claro, porque abre el grifo a litigios entre federación, clubes, Liga y otros clubes que ya se está empezando a vislumbrar y a partir de ahí, si en una ley no aparece que la Liga tiene derecho a explotar comercialmente su competición y esto se lo atribuye a otros organismos, en caso de litigio el juez puede entender que si el legislador hubiera querido que fuera la LFP la titular de esos derechos, lo habría puesto en dicha ley, cosa que ahora no aparece”.
Todo esto tiene también de fondo la ‘SuperLiga’, y aunque parezca más importante lo del fondo CVC, Espinar contaba que “bajo nuestro punto de vista el aspecto más dañino es el de la inseguridad jurídica, que nos desasiste a las ligas y nos resta derechos de explotación, pero también viene vinculado todo este proceso a la posibilidad de que clubes que pertenecen a la Liga, funden o participen en otra competición paralela y le hagan la competencia a este torneo”.
Las modificaciones en la Ley deja en manos ajenas toda la competición y las decisiones sobre descensos, horarios y demás cuestiones: “Todo lo que afecta a una competición profesional hoy en día según la Ley del Deporte del año 1990 requiere de un informe previo y favorable de esa liga y en caso de que este no exista, esos cambios no se pueden llevar a cabo, por esto mismo, por poner un ejemplo, no se aumentó el número de equipos en Segunda en la pandemia cuando se produjo aquel asunto con el Deportivo de La Coruña. La nueva Ley hace desaparecer esta obligatoriedad de ese informe previo y favorable y por lo tanto la federación española de cualquier deporte podría cambiar la composición de una liga, el sistema, las fechas… etc. Tal y como entendemos hoy la Liga, esto sería la muerte de la Liga”.
Hasta ahora las diferentes reuniones no han dado frutos y la huelga y el paro puede estar más cerca de lo que pueda pensarse, y la decisión podría tomarse el jueves en una asamblea extraordinaria: “Es una posibilidad que tenemos abierta, la de la huelga, pero hay otras muchas y todas deben ir vinculadas a apretar hasta el final en el diálogo para obtener la mejor solución para todos. La opción de la huelga existe pero no se ha tratado en profundidad”.