De hecho, blockchain es la herramienta perfecta para demostrar la propiedad de un activo y rastrear su procedencia. Funciona como una red de computadoras que comparten un libro de transacciones y solo se permite agregar nuevas páginas, lo que hace imposible modificar la información que ya se ha guardado en el historial.
En ese sentido, cobra fuerza el formato de archivos NFT (Token No Fungibles), uno de los temas de moda en el sector de la tecnología y también en el mundo del arte. Ya se han pagado cifras enormes por una de estas obras digitales (una obra se pagó USD 69 millones en 2021).
Pero, más allá de estas curiosidades, NFT es una tecnología criptográfica basada en blockchain que representa algo único, no sustituible, de forma que garantiza su autenticidad, así como quién es su propietario.
En muchas ocasiones, estos tokens son utilizados como piezas de colección que se registran en la blockchain, para que un video, imagen, película, canción, link o lo que quieras, pueda validarse como “original”. Sin embargo, más allá del arte, prácticamente cualquier cosa puede venderse como NFT, y cada vez se han diversificado más los inversores en este tipo de activos. Uno de sus usos más comunes es el coleccionismo en todas sus formas.
Blockchain y su utilización en la vida de las personas
Hablar de conceptos como blockchain, NFT o Web3 y vincularlos con acciones de la vida cotidiana puede traer muchas dudas sobre cómo utilizar las plataformas, cómo hacerlo de manera segura, etcétera.
Al respecto, hace pocas semanas, conocimos el caso de la compra de tickets aéreos con NFT, que comenzó a implementar una empresa de vuelos de cabotaje. A partir de haber identificado los problemas claves relacionados con la experiencia de compra, cancelación y modificación de pasajes, buscaron la solución a través de estas nuevas herramientas y, de esa manera, surgieron los NFTickets que vienen a modificar la ecuación.
Hasta ahora, cuando se compraba un boleto de avión, se seguía la lógica del alquiler: lo comprábamos sí, pero los cambios y devoluciones quedaban a voluntad de la empresa emisora. Con esta nueva tecnología pasamos de alquilar los pasajes a ser sus dueños y, a partir de esto, podemos hacer con ellos lo que queramos: utilizarlos, revenderlos, modificarlos, regalarlos. Básicamente, pasamos de mirar desde la tribuna a jugar el partido.
El proceso es el mismo que cuando compramos un ticket de avión por cualquier página web: se colocan las fechas, destinos, se abona, pero lo que se modifica es el resultado de esa operación. En vez de recibir un código de confirmación, se nos brinda el ID que identifica el NFT dentro de la blockchain. Ese número valida nuestra compra y cualquier acción que queramos hacer a partir de la misma.
Esto, como todo producto relacionado con la blockchain, modifica el modelo de negocio. Además de mejorar sustancialmente la experiencia del usuario, permite la generación de nuevas fuentes de ingresos, ya que, siendo dueños, podemos comprar los tickets y venderlos cuando la demanda y precio sean más altos.
(*) El autor es cofundador de Paisanos.io