Se incorporó a Süddeutsche Zeitung cuando la gran cabecera de Baviera apenas tenía tradición en periodismo de investigación. Veinte años después, el diario que dirige junto a Judith Wittver es una autoridad mundial en la materia tras la publicación de decenas de escándalos, algunos de gran impacto internacional, como los ‘Papeles de Panamá’. Wolfgang Krach, experto en el área, se enorgullece de este giro mientras comparte sus inquietudes sobre la vertiginosa reorganización que abordan los grandes medios internacionales. Su periódico es el mayor de Alemania y probablemente de Europa, con 500 periodistas, cerca de 40 corresponsalías en el extranjero y más de 400.000 suscriptores atentos a su evolución diaria. Krach sigue con preocupación la guerra de Ucrania y las tremendas consecuencias en su país mientras ansía el regreso de sus profesionales, en teletrabajo desde la pandemia, a la redacción central en Múnich.
– Dirige el periódico en el que muchos periodistas alemanes sueñan trabajar algún día. ¿Cómo logran mantener este atractivo?
– Süddeutsche Zeitung es una marca muy seductora. Trabajé durante años en las revistas Stern y Der Spiegel y nunca había experimentado una identificación semejante con una marca y con el producto. La cultura laboral es muy buena. Los trabajadores están muy orgullosos porque saben que es el mejor periódico.
– Hace dos años despidieron a 35 profesionales.
– Las proyecciones económicas al salir de la pandemia eran malas y los propietarios decidieron eliminar esos puestos de trabajo. Estaba claro que era un error. Nuestra redacción, como tantas, está en transición y en esta situación sabes que necesitas profesionales con nuevas habilidades. Puede ser normal abordar algunas sustituciones, pero no puedes hacer simplemente recortes.
– ¿Qué hicieron?
– Meses después de los despidos logramos convencer a los dueños de que reducir la plantilla era un problema y que debíamos hacer contrataciones. Pusimos ejemplos muy concretos de lo que estábamos perdiendo por no incorporar estos perfiles y de lo que podíamos ganar. De lo contrario, no podríamos hacer lo que tenemos que hacer en el periódico. En lo que va de año se han incorporado ya 50 nuevos profesionales. Esto está bastante bien.
– ¿Qué tipo de periodistas han contratado?
– Tienen habilidades diferentes. Hace tres o cuatro años apenas teníamos profesionales para hacer periodismo sonoro, investigaciones visuales, desarrollos interactivos, planteamientos con código abierto o de inteligencia artificial. Teníamos un equipo pequeño, insuficiente. Este es un negocio basado en la calidad. Y la calidad requiere recursos.
– ¿Obtienen la misma calidad con la mayor parte de la redacción trabajando aún desde casa?
– El teletrabajo funciona mejor de lo que esperaba, pero queremos que los periodistas vuelvan a la redacción porque el intercambio de ideas y de emociones no funciona. La creatividad de nuestro trabajo periodístico está sufriendo. El periodismo surge a veces en una conversación casual en un pasillo. Y hay muchas conversaciones casuales y muchos pasillos en una redacción. El intercambio de ideas es el núcleo de nuestro proceso creativo y el espacio óptimo es nuestra redacción central. Espero ver avances en unos días.
– ¿No hay conversaciones en las videoconferencias?
– La conversación a través de zoom no funciona. Son reuniones establecidas y notamos que el contexto cambia. Se comparte menos, la gente puede mostrarse más agresiva y los debates son completamente diferentes.
Mantener las suscripciones
– La pandemia al menos sí supuso un fuerte incremento de sus suscripciones.
– Cuando empezó la pandemia ya teníamos una sección de Ciencia muy sólida, así que hicimos una cobertura extremadamente buena sobre el virus y sus consecuencias. Tenemos un equipo formado por unas diez personas y algunas cuentan con estudios de medicina, física, química, bioquímica y geología. Desde el principio publicamos artículos en nuestra web que nadie más tenía en Alemania. La audiencia se disparó y también el número de suscriptores que obtuvimos. En los últimos dos años hemos logrado casi 100.000 nuevos suscriptores digitales.
– ¿No se dieron de baja tras la pandemia?
– Los mantenemos. No vivimos la misma situación que The Washington Post tras la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, cuando cayeron sus suscripciones. Nosotros seguimos en un nivel muy alto y seguimos creciendo. Despacio, pero seguimos. Para ser sincero, sí temo que vayan a reducirse, pero no por nuestra cobertura informativa, sino por la situación económica que sufre Alemania a raíz de la guerra de Ucrania.
– ¿Qué planes tiene para el periódico en los próximos años?
– Queremos seguir siendo el mejor periódico de Alemania. Es fácil decirlo, pero es una ambición enorme. Tenemos que pensar dónde invertir en la redacción porque tiene un tamaño muy grande y no creo que crezca más.
– ¿Dónde creen que hay margen de mejora?
– Debemos fortalecer nuestra oferta el fin de semana porque vemos que hay un gran deseo de leer, también en digital. Vemos también que el interés en los temas de divulgación científica no solo se mantiene, sino que aumenta. Hay un auge de la ciencia en un sentido muy amplio. Debemos explicar de manera muy rigurosa temas que nos impactan, como el cambio climático, o la relación entre los alimentos y las enfermedades. Hay que potenciar también la cobertura política y, desde luego, los temas de investigación son determinantes. Seguiremos invirtiendo mucho en ellos
– Su periódico es un referente mundial en este campo.
– Es así, pero hay algo muy importante. Hemos logrado crear ese espíritu de vigilancia y búsqueda incansable de información paso a paso. Antes no existía. Dimos un salto espectacular cuando publicamos nuestra gran exclusiva sobre los ‘Papeles de Panamá’ en 2016. Fue una historia de impacto mundial, una trama global de blanqueo de capitales, y muchos otros medios la amplificaron.
– ¿Cómo abordan estos temas?
– Tenemos dos principios. Protegemos absolutamente nuestras fuentes y no dudamos en investigar los problemas más complicados. Las personas que quieren denunciar irregularidades confían en nosotros, así que nos reclaman y surgen muchos temas. Por otro lado, al margen de la denuncia social tenemos un equipo dedicado a rastrear temas que consideramos que es importante investigar.
Un periódico local y global
– ¿Los nuevos perfiles profesionales que han incorporado mejoran la capacidad de investigación tradicional?
– Absolutamente. Esa mezcla entre periodistas clásicos, por así decirlo, y profesionales especializados es espectacular. Los periodistas de datos han logrado extraer información clave, al igual que los programadores. En el caso de los investigadores visuales, capaces de comprobar la veracidad del material audiovisual, su trabajo está siendo determinante en la cobertura de la guerra de Ucrania. Surgen nuevas formas de investigar las cosas, se encuentran nuevos problemas y se proponen soluciones con las que antes no contábamos.
– ¿Cómo combinan su apuesta local con la dimensión nacional e internacional?
– Somos el único periódico de Alemania que es local y nacional y para mí eso es perfecto. Tenemos dos piernas. Contamos con unos 100 periodistas para la cobertura local, muy fuerte en la región de Baviera, y, al mismo tiempo, mantenemos una perspectiva global. Nuestro lector tiene la oferta más completa posible.
– ¿Considera que su cobertura internacional es realmente diferencial?
– Creemos que sí. No queremos reducir nuestras corresponsalías porque es extremadamente importante obtener nuestra propia información. La guerra de Ucrania refleja la importancia de haber tenido corresponsales allí antes de que estallara. Es vital tener a alguien que genere tus propias noticias. Buscamos periodistas que sepan ruso y chino precisamente para fortalecer nuestra cobertura cualitativa en zonas de alto interés informativo.
– ¿Cómo trabajan para mantener los atributos de calidad de la cabecera en la oferta que dan en diferentes formatos y soportes?
– Este es un tema muy importante y no lo tenemos resuelto. Es un trabajo en progreso, por decirlo amablemente. Es crucial que los profesionales que, por ejemplo, trabajan en redes sociales se hayan formado como periodistas en nuestra redacción. Debemos tener los mismos estándares de calidad, aunque con adaptaciones al lenguaje de esas redes. No es fácil pero hay que intentarlo.
– ¿Cree que las redes sociales son buenas para los periodistas?
– No tengo Twitter ni Instagram. Pero sé que es importante que muchos periodistas tengan presencia en las redes. La respuesta que obtienen por su trabajo es muy rápida. Con todo, las redes sociales empequeñecen el mundo. Son burbujas. El peligro es que los periodistas tomen Twitter como una realidad.
Twitter, «rápido y agresivo»
– ¿Influyen demasiado en algunas decisiones?
– Desde luego. Cuando las reacciones en Twitter a una noticia son muy rápidas y agresivas, hay riesgo de acabar condicionado por cierto clima de opinión. Hay que saber esperar.
– ¿Cómo preparan a sus profesionales para el futuro?
– La selección de periodistas y la formación que les damos ha cambiado completamente en los últimos diez años. Antes el principal criterio para elegir a un periodista era si escribía bien. Todos recibían la misma formación de dos años en la redacción. Ahora buscamos profesionales con conocimientos especializados y se les capacita en habilidades relacionadas. Buscamos especialistas en datos, audio, vídeo, programación, en periodismo local…
– ¿El director también necesita habilidades diferentes ahora?
– Creo que el papel del director ha cambiado por completo. Antes se solía elegir a uno de los mejores reporteros de la redacción. Ese sigue siendo un criterio importante, pero ahora es necesario además entender la tecnología, los datos, las redes sociales, las narrativas audiovisuales e incluso los recursos humanos. Antes no se necesitaba todo eso. Un director debe ser ahora el líder de un proceso de transformación que nunca termina. Y no se trata solo de una tarea periodística. También es una gran labor de gestión mover una organización con 500 personas hasta un punto desconocido.
– Forma una inusual pareja profesional con Judith Wittwer, con la que comparte la dirección del periódico. ¿Cómo trabajan?
– Es una gran solución para dirigir una redacción como la nuestra. Hemos separado algunas tareas y, por ejemplo, yo manejo las áreas de Investigación, Negocios, Deportes y el equipo dedicado a la audiencia. Pero ambos somos responsables de todo. Cualquier jefe te puede consultar. Es un modelo inusual, entiendo, pero funciona.
– Tendrán una relación muy estrecha.
– Sí. Hablamos unas diez veces al día. Es una relación de muchísima confianza. Esto solo funciona cuando le das al otro la oportunidad de decidir algo por su cuenta y asumes esa decisión como propia. Debatimos muchas cosas, pero hay decisiones que no pueden esperar y que uno debe tomar solo en un momento concreto. Los dos sabemos que la decisión que tome el otro está bien
– ¿Por qué quiso ser periodista?
– Porque tenía curiosidad. Mucha curiosidad. Pensé que ser periodista me daba la oportunidad de conocer gente y tener experiencias imposibles de tener en otra profesión. También tiene que ver con el manejo del idioma que es intrínseco a esta profesión. Me apasiona la literatura.
Una ventana al Periodismo a través de entrevistas a referentes en el oficio