Marian García, más conocida como Boticaria García, es Doctora en Farmacia y graduada en Nutrición Humana y Dietética y, desde hace más de 12 años, se dedica a la divulgación científica y sanitaria. Participó en el evento ‘Alimentando el cambio: Educar en salud’, organizado por Danone, donde pudimos hablar con ella sobre las principales dificultades a las que nos enfrentamos las familias para inculcar y ofrecer unos buenos hábitos alimenticios a nuestros hijos.
- Marian, las madres y padres tenemos un papel fundamental en esto de inculcar buenos hábitos a nuestros hijos. ¿Cómo se enseña a un niño a comer sano?
Lo primero es que los padres tomen conciencia, pero hay un estudio reciente del Ministerio de Consumo, el estudio Aladino, que refleja que 9 de cada 10 padres con hijos con sobrepeso no identifican que sus hijos tienen sobrepeso. Pero es que, además, el 40% de niños con obesidad, tampoco lo identifican. El primer paso es, por tanto, identificar el problema. Con esto ya tendríamos mucho camino recorrido. Y luego, claro, hay que pasar a la acción. ¿Cómo? Predicando con el ejemplo. Nosotros somos los primeros que lo hacemos mal, por tanto, no podemos inculcar buenos hábitos si los primeros que no los tenemos somos nosotros.
- Decía Margaret Chan (Directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 2007 y 2017), que ninguno de los factores que intervienen en la obesidad infantil está bajo el control del niño. Pero sí hay muchos que están bajo control de los padres…
Claro, la familia puede hacer muchas cosas para evitar que un niño o una niña padezca sobrepeso. Por ejemplo, no podemos educar bien a nuestros hijos en la alimentación si nosotros no leemos etiquetas. Es cierto que parecen jeroglíficos del antiguo Egipto, porque no hay quién las entienda, pero es muy importante que sepamos leerlas, y que lo hagamos antes de comprar un producto. Una vez nosotros sepamos leerlo, tenemos que enseñar a hacerlo a nuestros hijos. Podemos empezar por algo sencillo: todos los niños saben contar hasta 5. Si en un producto vemos que hay más de cinco ingredientes, podemos intuir que es un producto ultraprocesado y hay que dejarlo directamente en el cajón.
- En alguna ocasión has propuesto ir a pasar la tarde al supermercado con nuestros hijos. ¿En qué consiste esta actividad?
Lo que propongo es que nos llevemos a nuestros hijos al supermercado a hacer la compra. Sé que no es fácil en el día a día, pero igual que se va con ellos al parque o al cine, hay que ir al supermercado y enseñarles a leer etiquetas, mostrarles los diferentes productos que hay… En definitiva, familiarizar a los niños tanto con la compra como con la cocina. Que los niños tomen parte de lo que se compra y lo que se cocina en casa hace que aumenten las probabilidades de que quieran comérselo.
- La mayoría de madres y padres somos conscientes de la enorme responsabilidad que tenemos a la hora de inculcar buenos hábitos en nuestros hijos, pero el entorno debe ayudar. En este sentido, Danone ha dado un paso pionero reformulando el 100% de su porfolio infantil para que cumpla con los criterios nutricionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un total de 10 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto en los yogures y leches fermentadas de consumo diario. ¿Qué otros obstáculos nos encontramos las madres y padres a la hora de ofrecer una alimentación saludable a sus hijos?
Hay muchos, pero uno muy importante es el entorno. Es decir, lo que meriendan otros niños, por ejemplo, cuando van al parque. Muchas madres dicen que sus hijos se quejan de que ellos tienen nueces y frutas para merendar y sus amiguitos bollería o galletas. Aquí, a las madres y padres nos toca explicar a nuestros hijos que eso no es alimento, es un snack que se come de forma esporádica, pero que, si quiere que su cuerpo y su cabecita funcionen bien, no puede comer eso diariamente. El bollo siempre va a estar más rico, pero hay que ir involucrando a su parte racional. Otro tema son las licencias de los productos.
- ¿A qué te refieres exactamente?
A las licencias de los dibujos animados. Si estas licencias solo están en los productos menos saludables, tenemos un problema. Está demostrado que los niños no eligen la merienda por el producto en sí, sino por el packaging, porque sale su personaje favorito en el envase. Esto es algo que tenemos que regular, y fomentar que estos dibujos estén en los productos saludables, algo que ya están haciendo marcas como Danone, introduciendo estos personajes en alimentos saludables como el agua o el yogur natural.
- Marian, ¿nos falta formación en materia de nutrición? ¿Nos la siguen “colando” por todos lados?
Actualmente hay mucha información en redes, Internet… Y mucha de ella con mucho rigor científico. Esto es algo muy positivo, porque la información rigurosa está al alcance de todos, pero también la que no lo es. Además, siguen existiendo mitos, como el que dice que el cerebro necesita azúcar, que deberíamos desterrar.
- ¿Qué mitos hacen especialmente daño?
Un mito sería: “para que un niño coma saludable hay que premiarle o castigarle”. Y no. Lo que tenemos que hacer es incentivar. Una forma puede ser poniendo el plato bonito, involucrando al niño en la compra, en la creación del menú…. Otro mito es el que dice que el desayuno es la comida más importante del día. Totalmente falso. Lo importante es que los alimentos que ingiramos sean saludables, no cuando se ingieran estos alimentos.