Cada vez que juega Nacho un partido en el Real Madrid irrumpe el debate de su ausencia en la seleccin espaola. El recorrido es corto por el simple hecho de que a Luis Enrique no le encaja en en lo que busca en sus centrales. Usted podr pensar que si Nacho le gusta a Luis Enrique, a usted no le gusta Luis Enrique. Eso ocurre desde la primera lista de la historia de la seleccin. Y ocurrir sie
mpre. Es una cuestin de gustos, de lo que se busca y quiere. Y no se puede decir que es un capricho, porque Nacho fue el central derecho titular de Espaa al llegar
Luis Enrique
, pero aquellos tres partidos (Inglaterra, Croacia y de nuevo Inglaterra) convencieron a
Luis Enrique
de que
Nacho
no le cuadraba. Gustar o no, pero es l quien elige.
Pero el tema debera estar en si
Nacho
debera tener ms peso en este Madrid. Para m la respuesta es s. Porque Nacho no es que cumpla, es que hace partidos muy buenos. Como el de
Varsovia
. Es verdad que
Ancelotti
tiene cuatro centrales de primer nivel, pero a uno le da la sensacin de que el rol de
Nacho
en el equipo no depende de los mritos de cada partido. Es el cuarto central, aunque sus partidos den para pensar que, como dijo Chiellini, est siempre la nivel que exige el
Real Madrid
.
Es evidente que el Madrid juega y y tiene mecanismos muy distintos a los de la seleccin. Y en ese ecosistema siempre que juega la figura de
Nacho
est a la altura. Yo jugara muchas ms veces con
Nacho y Alaba
de centrales, pero quien sabe y decide es
Carlo Ancelotti
. Y est claro que el italiano es un maestro al que pocas cosas se le pueden rebatir. Pero seguro que en su interior tiene esa cosa de que Nacho se merece ms. Lo dijo la temporada pasada en las puertas de la final de Pars, la tarde que el
Madrid
ya campen jug en
Cdiz
. “Siempre que juega Nacho te genera dudas”. Dudas de las buenas. Pero tambin es cierto que los bueno partidos de Nacho con el
Madrid
, muchos y ante rivales de todo pelaje, nunca le han abierto las puertas de la indiscutible titularidad.
Deciden los entrenadores, que son lo que saben, los que ven cada entrenamiento, los que se la juegan con cada paso que dan. Los que de verdad han de resolver los debates sabiendo que nunca van a convencer a todos. Ni siquiera que se respete lo que hacen.