Sacheen Littlefeather, la actriz y activista que rechazó a nombre de Marlon Brando el Premio de la Academia del actor por “The Godfather” (“El padrino”) en una protesta indeleble contra el retrato de Hollywood a los indígenas americanos en 1973, ha muerto. Tenía 75 años.
La sobrina de Littlefeather, Calina Lawrence, confirmó que falleció pacíficamente el domingo, rodeada por seres queridos en su casa en el condado de Marin en California. Falleció por un cáncer de mama, dijo la familia.
La aparición de Littlefeather en los Oscar de 1973 se convertiría en uno de los momentos más memorables de la premiación. Con un vestido y mocasines de ante, Littlefeather se subió al escenario cuando el presentador Roger Moore leyó el nombre de Brando como ganador del premio a mejor actor.
Al hablar al público, Littlefeather citó los estereotipos sobre los indígenas en el cine y la protesta que ocurría entonces en la reserva indígena de Wounded Knee en Dakota del Sur como la razón de la ausencia de Brando. Dijo que Brando había escrito un “discurso muy largo”, pero estaba restringida por el tiempo a hacer algunas declaraciones breves. El productor Howard Koch había supuestamente advertido a Littlefeather, de entonces 26 años, que la arrestaría si hablaba más de un minuto.
“Suplico en esta ocasión que no haya irrumpido en esta noche y que en el futuro nuestros corazones y nuestros entendimientos se encuentren con amor y generosidad”, dijo Littlefeather, convirtiéndose en la primera mujer indígena en aparecer en el escenario de los Oscar.
Aunque breve, directa y cortés, la aparición de Littlefeather fue considerada polémica, recibiendo una mezcla de aplausos y abucheos del público. En los años después, Littlefeather enfrentó mucho desdén y abuso por su discurso, dijo.
“Hablé desde mi corazón”, dijo a The Associated Press días después de los Oscar. “Esas palabras estaban escritas con sangre, quizá mi propia sangre. Me sentí como cristo cargando el peso de la cruz sobre sus hombros”.
Sólo recientemente la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas habló oficialmente sobre el trato que recibió Littlefeather tras su participación. En agosto, la academia se disculpó con Littlefeather y hace dos semanas realizó una noche de “conversación, sanación y celebración” en su honor.
“El abuso que usted sufrió por sus declaraciones no estaba justificado”, escribió el presidente de la academia David Rubin, en una carta a Littlefeather. “La carga emocional con la que ha vivido y el costo para su propia carrera en la industria son irreparables. Por demasiado tiempo el valor que usted mostró no ha sido reconocido. Por tal motivo le ofrecemos nuestras más profundas disculpas y nuestra sincera admiración”.
Littlefeather respondió en un comunicado: “Los indios somos personas muy pacientes, ¡tan sólo han pasado 50 años!”.
“Debemos mantener nuestro sentido del humor ante esto todo el tiempo”, agregó. “Es nuestro método de supervivencia”.
El nombre de pila de Littlefeather era Marie Cruz, nació el 14 de noviembre de 1946, en Salinas, California. Su padre era de las tribus White Mountain Apache y Yaqui, su madre era blanca. Ambos hacían sillas de montar. Se separaron cuando Littlefeather tenía cuatro años, tras lo cual fue principalmente criada por sus abuelos. Adoptó el nombre Sacheen Littlefeather después de estudiar bachilleraro. Sacheen, dijo, era como la llamaba su padre; el apellido Littlefeather (pequeña pluma) era por una pluma que solía llevar en el cabello.
Littlefeather comenzó a actuar casi al mismo tiempo que empezó a ser activista. Participó en la ocupación indígena de la isla de Alcatraz en 1969, dijo, y comenzó a actuar con la compañía de San Francisco American Conservatory Theater a comienzos de la década de 1970.
Littlefeather conoció a Brando por su vecino, el director de “Godfather” Francis Ford Coppola. Tenía cerca de un año de conocer a Brando cuando él la llamó la noche antes de los Oscar de 1973, la invitó a su casa y le pidió asistir en vez de él.
Los discursos políticos en los Oscar eran una rareza en ese entonces y algunos asistentes consideraron el discurso como algo que se salía de las reglas y además tocaba un tema que no todos estaban dispuestos a considerar.
“No sé si debería entregar este premio a nombre de todos los vaqueros muertos en las películas del Oeste de John Ford”, dijo Clint Eastwood más adelante en la noche al entregar el premio a mejor película. La presentadora Raquel Welch bromeó al entregar el premio a mejor actriz: “Espero que no tengan una causa”.
“Fui ahí pensando que podía hacer una diferencia”, dijo Littlefeather a la revista People en 1990. “Fui muy ingenua. Le hablé a la gente sobre opresión. Ellos dijeron ‘estás arruinando nuestra noche’”.
Littlefeather describió el público predominantemente blanco como “un mar de Clorox”. Dijo que algunos en el público hicieron el gesto conocido como “tomahawk chop” (de cortar con un hacha, considerado actualmente inapropiado para referirse a la cultura indígena) y a la casa de Brando le dispararon después.
Con los años Littlefeather también echó leña al fuego al decir que John Wayne, quien estaba tras bambalinas cuando ella habló “estaba listo para que me quitaran del escenario”. En 2016, Littlefeather dijo al diario The Los Angeles Times que Wayne “tuvo que ser restringido por seis guardias de seguridad. La académica especializada en cine, Farran Smith Nehme ha investigado el supuesto incidente y no ha encontrado evidencia de que ocurriera.
Pero es indiscutible que la vida de Littlefeather cambió por esos 60 segundos. Tras los Oscar, sus credenciales como actriz y activista — Littlefeather había posado en 1972 para Playboy, lo que defendió como una prueba de que “el rojo es hermoso” — fueron cuestionadas en reportes de tabloides y en otros lados. Sus oportunidades como actriz se agotaron. Littlefeather dijo que la pusieron en la “lista roja” en la industria. Dejó de trabajar en el espectáculo y en las décadas posteriores laboró principalmente como activista para los indígenas estadounidenses.
El mes pasado en el evento de la academia, Littlefeather, quien entonces estaba en silla de ruedas, dijo que a pesar de todas las dificultades que enfrentó después de los Oscar, lo volvería a hacer.
“Estaba representando todas las voces indígenas que hay ahí fuera, porque nunca habíamos sido escuchados de esa manera antes”, dijo Littlefeather. “Y si tienes que pagar el precio de admisión entonces estuvo bien, porque esas puertas tienen que abrirse… Alguien tiene que hacerlo”.