El monumental embrollo que anda sumida la selección española, con quince jugadores pidiendo no ser convocadas por sus desavenencias con el seleccionador Jorge Vilda, ha vivido un nuevo capítulo después de las manifestaciones de Jenni Hermoso. Se echaba en falta la opinión de la actual jugadora del Pachuca, que lleva 15 años vistiendo la camiseta de España. La delantera no ha renunciado a ser convocada pero muestra su apoyo a las firmantes del crítico documento, al tiempo que muestra su tristeza pro la imagen que se está dando. Hermoso ha hecho un llamamiento público para que se solucione este tema, y asegura que «estamos viviendo los peores momentos del ha historia del fútbol femenino en España», al tiempo que se pregunta: «¿Qué más hay que hacer para que se nos escuche de forma amistosa?».
Este es el comunicado íntegro de Jenni Hermoso:
«Los últimos días sin lugar a duda están siendo los más difíciles que me han tocado vivir como futbolista profesional y de la selección española. Desearía con toda mi alma no tener que escribir esto, pero entiendo que no hacerlo es dejar en manos de otros el control de mi mensaje y utilizar mi nombre para intereses de terceros.
También desearía que esta situación nunca se hubiera hecho pública, pero respeto la decisión de mis compañeras que, a pesar de haberse manifestado de forma privada, se han visto sometidas a una exposición social y mediática que en ningún momento han buscado. De la misma manera, respeto a aquellas que aún no se han pronunciado porque tienen todo el derecho del mundo a no hacer públicos sus sentimientos. Todas merecemos respeto y un espacio para expresarnos de forma segura y sin miedo a posibles repercusiones. En mi caso, soy una jugadora que siempre ha expresado lo que siente pero, por lo delicado de la situación, era importante para mi tomarme unos días para reflexionar antes de expresar mis sentimientos.
Quiero empezar reconociendo lo privilegiada que soy por pertenecer a un grupo de compañeras que han contribuido directa e indirectamente al desarrollo del fútbol femenino en España. Somos muchas las que durante muchos años hemos peleado por mejorar las condiciones de nuestro deporte y cada una de ellas tiene mi total admiración y respeto. Tengo la suerte de llevar 15 años vistiendo la camiseta de la Selección y he intentado disfrutar al máximo de cada etapa que me ha tocado vivir. En ese tiempo siempre he puesto al grupo primero y en esta ocasión no será diferente porque para mí, defender a mi país es, y siempre será, un gran orgullo y motivación.
Durante todos estos años he sido testigo de un crecimiento importante y una evolución constante en la selección, así que toda esta situación no deja de generarme una sensación de tristeza inmensa. La realidad es que llevo días sin dormir pensando en soluciones y buscando explicaciones al vacío tan grande que siento dentro de mí. Y es que, después de todo lo que hemos trabajado, se me rompe el corazón al reconocer que estamos viviendo los peores momentos de la historia del fútbol femenino en España.
Quiero manifestar públicamente mi apoyo a todas las compañeras que hace unos días decidieron comunicar su postura. No solamente entiendo sus razones, sino que también he vivido muchas de las sensaciones y preocupaciones que han comunicado. Soy muy consciente de ello porque he tenido la oportunidad de vivir experiencias únicas e inmensamente felices jugando para España, pero tengo que reconocer que también he vivido momentos muy duros hasta el punto de no reconocerme a mí misma y plantearme si lo que estaba haciendo valdría la pena.
Es importante entender que no se llega de un día para otro a la situación que estamos viviendo. Es evidente que es la consecuencia de un cúmulo de acontecimientos, comportamientos, decisiones, intentos fallidos y desgaste por intentar que la voz de la jugadora sea escuchada. En mi carrera he tenido la oportunidad de trabajar distintas metodologías, sistemas de juego, gestión de grupos y, si bien es cierto que las jugadoras no tienen responsabilidad en la toma de decisiones sobre estos aspectos, somos nosotras las que vivimos el día a día, las que trabajamos y las que necesitamos estar convencidas de lo que se hace, por lo que nuestras opiniones deben ser tomadas en cuenta. Esta falta de comunicación ha generado muchas dudas internas que han desgastado el compromiso común del equipo y, aunque no comparta las formas , sí empatizo con la necesidad de hacer algo, ya que estamos en medio de una situación insostenible que no beneficia en nada al fútbol femenino español.
Todos somos testigos del desarrollo del fútbol femenino alrededor del mundo y ese crecimiento tiene que estar acompañado de una profesionalización adecuada en todas las áreas. La desconexión entre cuerpo técnico y jugadoras, federación y jugadoras y la fractura del grupo son señales de que algo no está funcionando. ¿Cómo solucionamos? ¿Hay algo que las jugadoras podríamos hacer mejor entro y fuera del campo? ¿Qué más necesitamos hacer para que se nos escuche de una manera amistosa? No tengo la respuesta a todas estas preguntas, pero tengo claro que las jugadoras deben ser parte de ese proceso y que lo ocurrido hace unos días no es ningún chantaje ni ningún capricho como se ha querido manejar. Todas y cada una de las jugadoras que han decidido alzar la voz están comprometidas con la Selección y desean ser parte del proceso de preparación de cara al mundial del próximo año.
Por eso mismo y desde mi posición como jugadora comprometida al máximo con el fútbol, con el fútbol femenino español y con la Selección, quiero encontrar soluciones para que podamos poner a nuestro deporte donde se merece. Deseo de corazón que pronto veamos de nuevo a una Selección unida, comprometida e ilusionada. Alzaré la voz y escucharé a quien sea con el motivo de arreglar esta situación».