Para Philippe Cahuzac, CEO y cofundador de Gaia Design, haber formado parte de las “30 Promesas de los Negocios Forbes 2016” se tradujo en empuje, validación y posicionamiento. Esto, no sólo en el aspecto corporativo, sino frente a los clientes y también para los fondos de inversión, explica. “Éramos menos de 25 empleados. Hoy tengo 700 conmigo”, dice.
Esta empresa, fundada en 2014, ha logrado llevar una trayectoria de crecimiento sólido: “Fuimos los primeros que empujaron el comercio electrónico en México, sobre todo en la vertical de mobiliario, donde todos los proyectos habían fracasado. Nosotros fuimos la primera [empresa] que realmente tuvo tracción”, dice.
Gaia Design también fue una de las primeras en tener una visión omnicanal. Esto es, fueron la primera empresa de e-commerce en abrir un showroom en México: “Siempre tuvimos esta tesis, y nunca hemos separado el online del offline. Nosotros siempre vimos, dentro de una misma experiencia, puntos de contacto que tienen una función diferente con base en el cliente”, dice.
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Actualmente, la empresa posee 23 tiendas (con las que puede satisfacer el servicio a las 50 ciudades más grandes del país) y tres centros de distribución regionales: uno en Mérida, otro en Monterrey y uno más en Guadalajara. Esto es resultado, explica Philippe, del énfasis que han puesto en el fortalecimiento de la infraestructura. “En los últimos meses, hemos duplicado el tamaño de nuestro centro de distribución en la Ciudad de México; pasamos a 50,000 metros cuadrados de almacenamiento”, dice.
El pasado mes de septiembre, Gaia tuvo una tercera ronda de inversión por 50 mdd. Con estos recursos, planea incrementar su oferta de productos en catálogo y estabilizar sus operaciones en temas relacionados con el abastecimiento de materia prima: “El precio contenedor pasó de 2,500 a 12,000 dólares”, dice. También el costo de la distribución aumentó. Otra de las prioridades estratégicas es el lanzamiento de su Marketplace, con el objetivo de aumentar el número de categorías de producto, y dar mayor diversidad de precios y más estilos. “Este año, queremos duplicar nuestro tamaño”.
A la pregunta de cómo percibe que se transformó el ecosistema emprendedor durante estos años, Philippe responde: “El cambio ha sido brutal […] La verdad, en pocas palabras, hoy es más fácil [emprender] porque hay un ecosistema mucho más armado. Hay mucho más talento que hace cinco años”, afirma. También considera que cada vez es más común observar emprendimientos relacionados con el e-commerce, y con mayor nivel tecnológico. Esto, en un ambiente donde hay mucho más capital dispuesto para los nuevos empresarios. De acuerdo con datos de Transactional Track Record, durante 2021 se ejecutaron, en México, 167 transacciones de venture capital con un valor de 4,767 mdd.
“Con un Power Point, levantamos 500,000 dólares. Hoy, [así] se levantan 2 mdd”, dice. Philippe explica que, en los inicios de Gaia, desarrollaron una serie de escenarios en caso de que los resultados no fueran los esperados, y ahora, opina, los emprendedores “tienen un poco este lujo de no hacerlo”, lo que puede generar puntos ciegos en el desarrollo de la firma. Y es que el hecho de que hoy exista mayor capital disponible genera en los emprendedores un ambiente de confianza que les impide estar preparados para un escenario de crisis. “Hay que ser responsables […] Creciste, contrataste mucha gente; hay fondos que te dieron su confianza. Hay que saber estar a la altura”.
Por su parte, Julio Beleki, fundador de Beleki Brands y presidente de la Asociación Mexicana de Franquicias, quien formó parte del listado (edición 2015), recuerda que haber aparecido en la publicación fue un gran propulsor: “Creo que nos ayudó sobremanera a entender y a dimensionar lo que comenzábamos […] Esto nos llevó a darnos cuenta de que ya teníamos una estructura para poder escalar algunas otras marcas […] no solamente a nivel local o nacional, sino llevarlo a un plano internacional”, dice.
Actualmente, esta empresa opera marcas en México como Denny’s, Jamba Juice, Auntie Anne’s, Freddo y Cinnabon, entre otras, y es proveedor institucional en México del café de la marca colombiana Juan Valdez. En total, este grupo tiene más de 100 puntos de venta y genera más de 500 empleos en el país. “Nos dimos cuenta de que podíamos ser una multioperadora de franquicias internacionales, y que, a lo mejor, si no hubiéramos estado en la publicación, pues, no nos hubiera llamado la atención buscar marcas internacionales, o no nos hubieran encontrado”, dice.
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Julio rememora que aquella sesión de foto de “30 Promesas” se llevó a cabo en la Bolsa Mexicana de Valores: “Yo nunca había tenido acceso a la Bolsa, y dije: ‘Algún día voy a regresar aquí, a lo mejor con estas marcas o con otras, y probablemente un día voy a cotizar’”. Ese momento, recuerda, le generó mucha emoción, y también compromiso y responsabilidad porque la empresa, a partir de ese momento, era más visible: “Yo no puedo salir en una portada de revista, no puedo [darme el lujo de] salir en un medio de tanta trayectoria, y el día de mañana hacer las cosas mal. Esto, creo, genera un mayor compromiso […] Eso siempre lo llevamos en la mente a la hora de tomar decisiones”.
Julio considera que mucho ha cambiado la forma de hacer negocios desde que fue elegido Promesa. Opina que ocurre un éxito desmedido para ciertos negocios, como es el caso de Kavak, y los nuevos unicornios, “donde brincan de un día para otro de una manera inusitada, lo cual es muy bueno y sano para nuestro país”, dice. No obstante, agrega, también existen otros negocios sin el mínimo sentido de tolerancia a la frustración, “donde se abandonan negocios de un día para otro”. En este sentido, asegura, la resiliencia es muy importante, lo mismo que la cultura del trabajo y “persistir y persistir”.
A Julio le viene a la mente el libro de Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera: “Ahora es ‘El emprendimiento en los tiempos del Covid’”, dice. Para él, lo positivo de la pandemia fue que ayudó a ser más eficientes y que abrió numerosas oportunidades, incluso en el tema de talento. También, señala, generó nuevos inversionistas dispuestos a asumir riesgos en otros sectores. “Estoy viendo grandes fusiones, grandes adquisiciones, ventas de activos, ventas completas de empresas, que lo único que nos dice es que el mundo está cambiando, y que el que tenga la capacidad de adaptarse a este nuevo mundo, sobrevivirá”, concluye.