“Me preguntan qué es lo que va a pasar. Si habrá gas, si tendremos leña.. y yo no lo sé, ni yo, ni nadie”. Miguel González comercializa leña y pellets, dos combustibles para viviendas que viven su particular efecto papel higiénico, como el que conocimos los primeros días del gran confinamiento.
A Leñas Artal en Zaragoza se acercan muchos clientes nuevos. “Muchos viven en adosados con chimenea que no ponían la chimenea porque ensucia, pero ahora con el gas tan caro se han animado. Otros vienen porque su distribuidor habitual se ha quedado sin leña”, afirma González. La leña, de momento, no se ha visto afectada por el precio, los pellets sí, su precio se ha doblado.
La gente hace acopio. “Si en un año me compraban 4.000 kilos en tres compras durante el invierno ahora lo están haciendo de golpe y quien compraba un palet de pellets, ahora compra tres”, explica.
“Pocas cosas reconfortan más que estar en casa mientras hace frío con 3.000 kilos en la leñera” asegura Carlos Oliván, presidente de la Asociación de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (AEFECC). Según una estimación de su organización en España hay instalados unos 3 millones de equipos. Con la pandemia las ventas de nuevos equipos se dispararon un 30% en 2021 y en lo que va de año ha crecido otro 30%, pero esperan que a final de año sea más por la información que les llega de las tiendas que venden sus productos. Se instalan más chimeneas y se compran más estufas de pellets.
En España tenemos miedo de la factura pero donde hay psicosis a que haya un apagón en invierno es en Polonia, en Finlandia, en Alemania»
Carlos Olivan (AEFECC)
“Antes, el coste de la energía no era un tema de apertura de telediarios y ahora es constante. El remate ha sido la guerra de Ucrania”, afirma Olivan. “En España tenemos miedo de la factura pero donde hay psicosis a que haya un apagón en invierno es en Polonia, en Finlandia, en Alemania, en los países del norte de Europa. Primero porque hay una dependencia mucho mayor de gas de Rusia y además que sufren inviernos bastante más crudos”, asegura.
El miedo a un apagón no es infundado en Europa. El corte del gas ruso puede producir apagones en regiones del continente más dependientes de la energía rusa. “Va a haber apagones, es seguro. Lo que se va a intentar es que sean apagones controlados. De hecho Suiza y Finlandia ya tienen planes para hacer lo que se llaman apagones rotativos que, esencialmente, es que van dejando una región del país en cada momento sin luz. Y esto se hace para evitar que la red se sobrecargue”, explica Antonio Turiel, doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid e investigador del CSIC.
Ola de frío
España y Portugal atrincherados en su escasa conexión con el resto de Europa tiene mejor suerte. “En España estamos bien suministrados y en principio no es una cosa esperable. Eso no quiere decir que en un momento determinado, si viene una cosa tipo Filomena, pues puede haber cortes puntuales, por averías, por historias. Estas cosas siempre pueden pasar, pero en este concepto de gran apagón, en el caso concreto de España, es muy improbable”, afirma Turiel.
“Los inviernos son más suaves que antes, pero no hay predicciones sobre cómo va a ser”, afirma el meteorólogo José Miguel Viñas, autor de Nuestro reto climático (Ed. Alfabeto). “Pero puede llegar una ola de frío y hacer que dos o tres semanas con muy bajas temperaturas en alguna parte de Europa, incluso aquí, que si la circunstancia energética puede haber complicaciones.
Los imposible se hace posible
No hay que ser economista para saber leer los malos augurios de la actualidad desde que empezó la guerra de Ucrania. Los mensajes de los políticos europeos son cada vez más pesimistas según se acerca el invierno. “El fin de la abundancia” anunciado por Macron no ha hecho sino apuntalar un sentimiento creciente en Europa de temor a un invierno con precios en escalada de la energía y cortes de suministro de gas.
Las palabras apagón y colapso se han extendido entre la población y calado en la cultura contemporánea hasta el punto de que se han realizado dos series con esos títulos. El colapso, una serie francesa que aborda el desmoronamiento repentino de nuestra sociedad contemporánea y Apagón, una serie española aborda una apocalíptica caída de la luz que se estrena el próximo día 29 en Movistar + , si bien es por una tormenta solar ahonda en el temor que recorre Europa desde que hace un año cuando Austria avisó de esa posibilidad a sus ciudadanos.
No vivimos con la consciencia de la fragilidad del sistema que tenemos».
Fran araújo, guionista de ‘apagón’
“Toda la ficción anterior a la pandemia tiene una característica de fabulación, pero después de vivir un evento como la pandemia hemos usado el apagón para hablar de que en el mundo de lo posible las cosas podrían ocurrir de esta manera”, explica el coguionista de la serie Fran Araújo y director de uno de los capítulos. “Nunca pensamos que podía haber una pandemia, ni una guerra en Europa, ni la crisis económica.. Damos todo por hecho. A mi me impresionó cómo se llenó la frontera de Ucrania con gente que de un día para otro no tenía casa ni nada y podíamos ser nosotros. O como nos pasó: un día estás tomando algo y al siguiente estás en casa confinado. No vivimos con la consciencia de la fragilidad del sistema que tenemos”.
Araujo usa la ficción para tocar muchos más temas que tienen que ver “con la sociedad y cómo vivimos y que el apagón pone una lupa para abordarlos”. Son los mismos temas que hay detrás de la serie francesa El Colapso. Nuestra forma de vida está cerca de reventar según algunos economistas y científicos, no es algo que se queda en el ámbito de la ficción. Se les cataloga de catastrofistas y apocalípticos, pero cada vez se les escucha con más atención, como en el caso de Antonio Turiel.
Ha empezado el declive de la base material energética que ha sustentado la sociedad hasta ahora y esto tiene que cambiar»
Antonio turiel (csic)
“Esto no se acaba con el invierno. Esto va a seguir, ya ha empezado el declive de la base material energética que ha sustentado la sociedad hasta ahora y esto tiene que cambiar. Tenemos que empezar a pensar a hacer cambios más fuertes, más profundos, más estructurales”, afirma el científico que considera que hemos alcanzado los límites biofísicos de nuestro planeta.
“Yo creo que más que temor lo que hay que tener es respeto, hay que empezar a trabajar en la línea de hacer los cambios y esto empieza por hacer pedagogía, pero también por ser honestos y por reconocer donde estamos”. ¿Cree que es posible un colapso? “Sí, claro, las civilizaciones colapsan. A lo largo de la historia de la humanidad ha habido veintiséis civilizaciones antes que la nuestra que han colapsado”.
«No podemos saber qué forma adoptará el colapso, lo único que sabemos es que los colapsos son comunes, no son nada sorprendentes, los colapsos existen», afirma Ugo Bardi, profesor de Química de la Universidad de Florencia acaba de publicar Antes del colapso (Catarata) un volumen en el que aborda el fenómeno.
«El colapso está ocurriendo, puede que el colapso no sea algo general, puede ser solo parcial, en algunas partes del mundo. Las zonas más débiles, aquellas que no tienes recursos naturales. ¿Sabes que zona muy desarrollada económicamente pero que no tiene recursos minerales? Europa. Así que puede que el colapso ya haya empezado en Europa occidental», añade.