Se conoce como amnesia infantil a la ausencia o escasez de recuerdos que guarda una persona adulta de sus primeros años de vida, generalmente hasta los 3 o 4 años. Recordar episodios de antes de esos años es muy improbable, como recordó recientemente la Universidad de Londres en un artículo firmado por expertos de diferentes universidades.
La ciencia ha estudiado este fenómeno desde hace años, y todavía sigue siendo, en parte, un misterio.
La amnesia infantil, que no es una amnesia como tal sino una forma de llamar a este fenómeno, no se explica con que de pequeños no se generen recuerdos. Es más, se sabe que la memoria existe como función cerebral desde que nacemos, como explica en su web José R. Alonso, neurobiólogo y Catedrático de la Universidad de Salamanca.
“Se ha visto que los bebés recién nacidos distinguen las voces de sus padres, las que oyeron desde dentro del útero, después de nacer. Y se ha visto que responden a un libro que les leyeron cuando estaban gestando con más intensidad que a un libro que se les presenta después del nacimiento”, explica José R. Alonso en su escrito.
Es decir, en algún momento del crecimiento, las personas pierden el acceso a sus primeros recuerdos.
La amnesia infantil es un tema recurrente para la ciencia, y se estudia desde hace cientos de años. Es más, hay investigaciones sobre este asunto hasta de finales del siglo XIX. Durante los primeros años, se pensó que la amnesia infantil se debía a que el cerebro de los niños pequeños simplemente no podía formar recuerdos duraderos.
Sin embargo, como explica Patricia Bauer, profesora de psicología en la Universidad de Emory en la radio pública en Estados Unidos, en un estudio en 1980 descubireron que “incluso desde el segundo año de vida, los niños tenían recuerdos muy sólidos de eventos específicos del pasado”.
Recuerdos ficticios
Uno de los aspectos que alteran el estudio de esta circunstancia es la fina línea entre los recuerdos reales o total o parcialmente ficticios. La propia Universidad de Londres realizó un estudio con más de 6.000 personas y les preguntó por su primer recuerdo autobriográfico: qué edad tenían y qué recordaban.
De media, la mayoría de personas dijeron que su primer recuerdo es de cuando tenían más de 3 años. Sin embargo, un 40% dijo tener recuerdos siendo más pequeños.
El estudio concluyó que lo más probable era que se trataran de recuerdos ficticios. “En lugar de recordar un evento experimentado, recordamos imágenes derivadas de fotografías, películas caseras, historias familiares compartidas o eventos y actividades que ocurren con frecuencia en la infancia”, aseguran los investigadores en la web.
Los propios investigadores van más allá y destacan que las teorías contemporáneas de la memoria demuestran que todos los recuerdos tienen algún grado de ficción. “De hecho, este es un signo de una memoria saludable”, insisten.
Las posibles razones de la amnesia infantil
Este tema sigue siendo, en parte, un misterio para la ciencia, porque varias hipótesis que buscan darle respuesta. En ese sentido, la investigación científica sugiere varios aspectos que explicarían por qué se da este fenómeno.
El primero sugiere que los procesos neurológicos necesarios para formar recuerdos autobiográficos no se desarrollan por completo hasta los tres o cuatro años de edad, según este estudio de la Universidad de Londres.
Pero también se pone el foco en el hipocampo, clave para codificar los recuerdos. Así lo pone de manifiesto otro estudio del ‘Center for Neural Science’ de la Universidad de Nueva York.
Pero también tiene que ver con el lenguaje, que también se desarrolla de forma tardía. Gracias al vocabulario, se pueden crear relatos de lo que ha ocurrido en el pasado y así consolidar mejor los recuerdos.
Fuentes
Universidad de Londres
Patricia Bauer, profesora de psicología en la Universidad de Emory
José R. Alonso, neurobiólogo y Catedrático de la Universidad de Salamanca
Center for Neural Science, Universidad de Nueva York