El viernes se presentó la cosecha del cine vasco que participará en la 70ª edición del Zinemaldia. Entre las seleccionadas se encuentra la de María Elorza, A los libros y a las mujeres canto, una película documental “sobre cuatro mujeres a través de los libros que tienen en casa”.
¿Qué relación tiene María Elorza con los libros y las bibliotecas?
Una relación de aficionada que disfruta mucho de ambas cosas pero que también las utiliza en su trabajo como fuente de inspiración.
¿Qué está leyendo ahora mismo?
Acabo de terminar Anna Karenina, un clásico que tenía pendiente y que me ha encantado. Solo por motivos profesionales estoy releyendo Así habló Zaratustra.
¿Se encuentra preparando algún proyecto relacionado con la obra de Nietzsche?
Estoy escribiendo una cosa que no sé si llegará a buen puerto o no, y quería repasar algunos pasajes.
“Creo que siempre había querido retratar a las cuatro mujeres que salen en esta película y hablar de la vida cotidiana”
¿De dónde surge ‘A los libros y a las mujeres les canto’?
El desencadenante accidental fue que a mi madre un día se le cayó la estantería de libros encima y me llamó por teléfono para decirme que había pasado por urgencias y que tenía el dedo meñique afectado. Subí a su casa y al ver el estudio con todos los libros por el suelo, cogí la cámara y lo grabé. A partir de ahí empiezan a surgirme una serie de preguntas y de imágenes ligadas a la vida cotidiana y a la literatura. Comienzo a filmar y entrevisto a mi madre sobre el papel de la literatura en su vida. Al tirar del hilo, surgió el resto de la película. En muchos de mis trabajos utilizo como punto de partida textos y la literatura siempre es fuente de inspiración. En realidad creo que siempre había querido retratar a los personajes que salen en esta película y hablar, como hago en muchas de mis obras, de la vida cotidiana.
He de confesarle que hace un par de meses una estantería se me cayó encima mientras dormía.
(Ríe). Es algo que ocurre, claro. Espero que después de las proyecciones haya gente que comparta testimonios de los accidentes con bibliotecas. Cuando me propongo a hacer la película deseo que sea accesible al público, aunque hable de temas, en apariencia, especializados. Busco que el tema que trato pise tierra y que el espectador pueda llegar a identificarse.
El nombre de la película es una vuelta a una cita del ‘Infierno’ de Dante: “Canto a las armas y a los hombres”.
Mi madre es italiana y desde que tengo memoria colecciona figuras de Dante. Tiene unas cuantas estatuas, una de ellas, hecha de mármol, siempre ha presidido la sala. La película habla de la literatura, pero también habla mucho de las imágenes, ligadas tanto a la literatura como al cine. Los Dantes son una manera de encarnar las imágenes y de poder filmar algo concreto a partir de algo literario.
Busca el retrato de cuatro mujeres de su entorno. ¿Es una película especialmente íntima?
Lo es en el resultado final, lo ha sido en el proceso. Muchas de las filmaciones las he hecho yo sola: no puedes entrar en la casa de la gente para hablar de cosas personales con un gran equipo. Me ha gustado el proceso de entrar en la intimidad de estas personas. La literatura, más allá de una disciplina o una materia que alguien estudia en el colegio, es algo que todos tenemos en casa.
¿Cómo se tomaron ellas la propuesta de filmación?
Como todas las personas que tienen una fuerte pasión, a las cuatro les apetecía mucho hablar de literatura, y en este sentido se mostraron entusiasmadas y generosas. Por otra parte, también se lo tomaron con el pudor propio de las personas humildes que tienen una cierta timidez a abrir las puertas de su casa.
“Cuando me propongo a hacer la película deseo que sea accesible al público, aunque hable de temas, en apariencia, especializados”.
Por lo tanto, la película también es de ellas.
Por supuesto. Es de ellas porque, en parte, quizás la he hecho para ellas; también porque hay mucho de ellas y porque son ellas las que me dirigen a mí. La película no se centra solo en sus entrevistas, se mueve hacia otros lugares, pero a esos lugares que llego, lo hago a través de lo que ellas me cuentan. Esa es también una de las partes mágicas del cine documental y es que la película no es solo del que escribe el guion o del que la piensa, sino que es de muchas otras personas que participan a distintos niveles.
¿Qué se siente al competir en New Directors?
Mucho orgullo, un poco de vértigo, agradecimiento, ilusión porque la película pueda verse por tantos espectadores y por un público no necesariamente especializado, también habrá donostiarras que irán a verla por puro azar. Eso me parece lo mejor, que una persona decida ir al cine y que por casualidad se encuentre con mi película. Por otra parte, tengo mucha fe en que gracias a su paso por el Zinemaldia la película vaya a poder verse en muchos sitios.’
Usted también ha sido espectadora del Zinemaldia.
Mucho, y parte de mi formación ha estado vinculada al Festival. Por ese lado también hay una especie de aspecto sentimental: me causa mucha alegría estrenar en el Zinemaldia.
¿Cómo se debe relacionar la literatura con el cine?
No sé si existe una única manera en la que se deban relacionar. El camino que yo he seguido para esta película es el de la búsqueda de imágenes. La conclusión a la que llego al entrevistar a estas cuatro mujeres es que la literatura ha tenido tanta importancia en sus vidas, que hay imágenes que las han marcado. De alguna manera, esas imágenes son una especie de tabla de salvación, de amuleto, como un manto que te protege. Eso es algo que me ha pasado con la literatura pero, sobre todo, con el cine. El nexo entre ambas cosas es el del poder salvador o protector de las imágenes que nos ayudan a vivir nuestras vidas más allá de la cotidianidad inmediata y también nos consuelan.
¿Es documental sobrio o tiene puntos irónicos?
Lo que más me gusta cuando proyecto mis películas es que la gente me diga que se ha reído. El humor es un arma fundamental. A veces parece que no puedes hacer cine serio desde la risa o desde el humor, me parece que no hay una idea más equivocada que ella. He procurado que haya ironía, sarcasmo, humor, un punto de mala leche, y también momentos tiernos y tristes. El humor es una de las maneras de que las cosas nos afecten y de implicar al espectador. Toda la literatura que he podido leer o todo el cine que me ha interesado siempre tiene ese algo, esa mirada maliciosa. Si abordas temas serios, como la literatura o los libros, hay que hacerlos accesibles de distintas maneras y el humor me parece una de ellas.
Precisamente, ¿no le causó cierto vértigo acercarse a una temática como la literatura?
Por eso no digo que he hecho una película sobre la literatura, sino sobre cuatro mujeres a través de los libros que tienen en casa. Los grandes temas no se pueden abordar directamente, hay que buscar la forma de bajarlos a tierra. Las cuestiones fundamentales, ya sea en la literatura como en el cine, no se presentan en letras mayúsculas, sino que el espectador llega a ellas por otros caminos más humildes y, aparentemente, más sencillos. Por mi experiencia, la observación de la vida a mi alrededor, las cosas cotidianas son el camino para llegar a cuestiones más profundas y temas más universales.
“Los grandes temas no se pueden abordar directamente, hay que buscar la forma de bajarlos a tierra”.
En muchos casos las bibliotecas se convierten en meros lugares para el coleccionismo y la acumulación.
Hay una parte bonita del coleccionismo y la acumulación y es que a mí me gusta pensar que en mi biblioteca tengo aún cosas por descubrir y que un día me levantaré de madrugada porque no pueda dormir y al coger un libro al azar me encontraré con una joya. Ese es el lado positivo, pero por otra parte es una pena pensar que las bibliotecas se han convertido en una especie de fetiche en las que guardamos ediciones elegantes y de las que no hemos leído la mitad. Una de las protagonistas de la película, por ejemplo, hace una gran defensa del libro de bolsillo porque no son un objeto elegante para exponer, sino algo que puedas llevar pegado al cuerpo, en el bolsillo, que se arrugue, que lo leas y que haya quedado medio destruido, sin que pase nada por tirarlo, porque creas espacio. Eso me decía otra de las protagonistas, que ella siempre hacia sitio en su biblioteca porque siempre quería tener espacio para que llegasen cosas nuevas.
‘A los libros y a las mujeres canto’ es una nueva colaboración con Txintxua Films.
Me siento agradecida por todo el apoyo pasado y todo el apoyo presente. Txintxua es como una familia que, en sintonía con la película, me ha abierto las puertas de su casa de una forma muy cariñosa. Es gente con mucha experiencia que ha conseguido que esta película salga adelante de una manera que yo sola, o con otro equipo, no hubiese podido. Son profesionales que hacen películas con mucho mimo. Han estado encima y me han ayudado mucho. Hay muchas secuencias e ideas que no se me habrían ocurrido a mí sola. Son obra suya y también forman parte de la autoría de la película, al igual que las mujeres protagonistas.