Desde muy joven el tema de la salud fue algo primordial en la vida de Jorge, con un toque especial hacia el futbol, considerando siempre el rendimiento deportivo como algo fundamental.
“Se necesita tener una vocación especial por atender a las personas, la nutrición requiere de mucho estudio, observación y dedicación. Yo pertenecí a los equipos de futbol de mi universidad, siempre ha sido mi pasión, y cuando iba a hacer mi servicio social se presentó la oportunidad de ir a la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte, en Pachuca”, recuerda.
Su pasión por el futbol se combinó de manera perfecta con su carrera y gracias a ello se incorporó al servicio médico del alto rendimiento con los Tuzos del Pachuca. “Creo que fue uno de mis sueños, sobre todo porque a esa edad yo solo imaginaba conocer a futbolistas profesionales y lo cumplí. Llegué a incorporarme al área de nutrición y el 2 de febrero de 2012 me ofrecieron un contrato ahí mismo”.
Durante dos años colaboró en esa área en Pachuca, atendiendo el comedor para los alumnos, revisando el rendimiento de los jugadores, revisar que el área de alimentos estuviera libre de patógenos y auditar el servicio. “Ahí conocí la metodología del modelo educativo y académico que tiene la Universidad del Futbol. Por esos años se dio el proyecto del Centro de Excelencia Médica en Altura, CEMA, por lo que me pidieron de parte del grupo que me fuera a la parte de la academia, atendiendo a la licenciatura. Ahí estuve en la coordinación de la carrera de nutrición, ese fue mi arranque en la parte académica”, nos compartió Jorge.
También colaboró en la maestría en nutrición deportiva, y en el desarrollo de la maestría en medicina del deporte. “Luego hicimos la carrera en gastronomía, en donde aprendí bastante, debo de reconocerlo. Esta etapa fue de mucho aprendizaje, además de colaborar en el diseño de todas estas carreras. Terminé ese periodo el año pasado, después de crear el proyecto GEN, que está a un kilómetro y medio de La Esmeralda, como una extensión, en donde se tienen a las categorías inferiores para que se desarrollen, además de estudiantes que por su propios recursos estudian la secundaria y la preparatoria”.
Dirigir el semillero
El objetivo del GEN es preparar a todos estos muchachos para el alto rendimiento deportivo, esa es la labor que encabeza Jorge Cárdenas. “Tenemos una residencia, que es donde viven los muchachos, y esto permite administrar el tiempo para su formación, atendiendo la organización de su tiempo libre; además tenemos el deportivo, con la metodología de entrenamiento del Club León; tenemos siete categorías, los cuerpos técnicos, y todas entrenan desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde”.
GEN significa Generación Esmeralda, y en este momento atiende a 163 alumnos, en este momento solo son varones, pero el plan es que se cuente con una población de alumnas. “Creo que esta es una gran labor, un trabajo muy importante para Grupo Pachuca, para el Club León y por supuesto para mí. Representa un gran reto, puedo confesar que lo que he visto desde que llegué al grupo han sido solamente cosas inspiradoras, por lo que es muy difícil decir que no cuando te piden algo”, nos confesó Jorge.
Hoy, con una carrera en distintas áreas y conociendo a fondo la filosofía del Grupo Pachuca, Jorge nos compartió que los valores fundamentales que tienen son la honestidad, la institucionalidad y el respeto.
“Cuando me puse la meta de dejar mi ciudad y familia para irme a Pachuca no lo pensé dos veces, ahora que regreso más cerca de mi familia. Además me tocó históricamente el ascenso de La Fiera, que debo de reconocer, en algún momento llegué a contemplar como una posibilidad de regresar cerca de mi tierra”.
Después de nueve años está de vuelta en Guanajuato, encargado del GEN León, con una confianza plena en esta labor de crear deportistas de alto rendimiento que ocupen los principales sitios dentro del escenario deportivo mexicano en unos años. “Esta es la réplica del modelo educativo, académico, deportivo, que se creó en Pachuca. Lo primero que hay que hacer es la atracción de talentos y después pulirlos, buscando su desarrollo integral, ya que antes de ser un futbolista buscamos que se desarrollen como seres humanos completos”, enfatizó Jorge.
También reciben a jóvenes que no son tan buenos en el futbol y que se les enseña esa parte técnica que se requiere, buscando que sean parte de la elite. “Este modelo está comprobado, es cierto que hay que ayudar a que los individuos sean mejores pero también hay que ser claros en cuáles son los alcances. Es fundamental entender que no por que no se llegue a ser jugador de alto rendimiento se tiene que dejar de lado los valores, al contrario, el deporte tiene implícito la disciplina, el trabajo en equipo y muchas otras herramientas que nos sirven como seres humanos”.
Jorge aprendió la metodología de trabajo de Grupo Pachuca, en particular de la UFD, por lo que lleva bien puesta la camiseta. “Claro que le hemos aportado el modelo, porque es como un libro, para que cualquiera tenga acceso a él, la magia está en cómo se viva. Lo que más me apasiona es la formación de las nuevas generaciones, ayudarlos a que se formen como personas. Es muy especial el aportar al proyecto de vida de una persona, en todos los ámbitos, espiritual, académica, deportiva, desde el fortalecimiento de hábitos, como el del tiempo y el ocio”.
Al tener tanta cercanía con los muchachos, verlos crecer en todos estos aspectos, brinda una satisfacción muy especial el verlos jugar en alguna división, muy deseable que sea en Primera, nos comentó Jorge.
“Si el muchacho se tituló en alguna otra carrera es igualmente satisfactorio, porque son historias de vida, son personas a las que uno conoce durante varios años”.
Alto rendimiento
A los atletas, no solo del futbol, de cualquier deporte, el director del GEN Esmeralda les reconoce su dedicación y su sacrificio, sobre todo cuando muchas de esas carreras comenzaron en plena infancia. “Tenemos con nosotros a niños de diez años que se tienen que separar de sus familias para venirse a formar, eso no es sencillo, el esfuerzo es grande, sin embargo termina siendo recompensado. Ellos vienen por un sueño, eso es algo que admiro en cualquiera, afortunadamente conozco muchas historias de estas”.
El deportista tiene en su genética el impulso natural a levantarse ante cada falla o derrota, es parte de la naturaleza de cualquier disciplina, eso es algo básico que ayuda a inspirar a cualquier persona que practica de manera recreativa cualquier deporte.
“El modelo del GEN permite ayudar a que los muchachos tengan más opciones en el caso de que no sea su camino por la parte deportiva, consigan un proyecto de vida en la parte académica. Aquí se les prepara para la vida, para que se desarrollen como profesionistas”.
En once años que ha tenido la posibilidad de acercarse a los atletas de alto rendimiento, Jorge Cárdenas ha comprobado que los cambios han sido drásticos y vertiginosos. “En gran medida esto se lo debemos a la tecnología, desde la detección de talento, antes era distinto, hoy se puede monitorear todo: cuánta distancia se recorrió en la cancha, las kilocalorías gastadas, se calculan los menús, el tipo de pasto, el entrenamiento. Todo esto suma para que hoy un muchacho pueda potencializar sus capacidades”.
En este momento, al evaluar al futbol mexicano, el director del GEN considera que todavía hay mucho por hacer. “Podemos crecer más, este tipo de modelos como el que tenemos aquí, con esta infraestructura de desarrollo es lo que puede llevarnos a ser mejores como país, sobre todo a mejorar la parte social. Es importante que los clubes desarrollen proyectos como este, con modelos integrales, y aunque suene a cliché, el futuro de México está en sus jóvenes”.
Ante cualquier derrota, sobre todo en el futbol, es necesario dejar un tiempo para el duelo, porque al final se perdió algo, con este tipo de situaciones que pudieran parecer triviales tiene que convivir constantemente Jorge Cárdenas. “Después de ese momento hay que darle vuelta a la página, y para esto hay muchas cosas que se estilan dentro del futbol, como que siempre hay revanchas, algo en lo que creo firmemente. Lo que hay que hacer es volverse a preparar, diagnosticar qué faltó, trabajar sobre ello y seguir sobre la misma línea: si algo funciona no hay que moverle, solo lo mínimo”.
Por ello es que en el futbol se puede aprender de todo, de las victorias y las derrotas, sobre todo porque al terminar un torneo el siguiente está a la vuelta de la esquina. “Hay que quitarnos lo que no sirve, hacer un cambio de chip y darle. Lo importante es tener claro que en el futuro seguro llegará nuevamente el triunfo, eso es lo que nos hace seguir haciendo lo que hacemos”.