Un tiburón caminante recién descubierto que rompe todas las reglas para la supervivencia es el foco de un estudio realizado por la Universidad Atlántica de Florida y colaboradores en Australia. Investigaron cómo el caminar y nadar cambia en el desarrollo temprano del tiburón charretera.
Este pequeño tiburón béntico, que habita en los arrecifes, camina dentro y fuera del agua al mover su cuerpo, que empuja con sus aletas en forma de paleta. Es capaz de sobrevivir sin oxígeno durante dos horas sin sufrir efectos adversos y a una temperatura mucho más alta que la mayoría de los animales tolerantes a la hipoxia.
Su capacidad para moverse en estas condiciones ambientales desafiantes podría afectar su supervivencia y sus respuestas fisiológicas al cambio climático y fue encontrada dentro de los arrecifes, alrededor de la Gran Barrera de Coral, en Australia.
Sin embargo, muy pocos estudios han examinado sus movimientos corporales, mientras las investigaciones existentes solo se enfocan en etapas de la vida adulta. Hasta ahora ningún estudio ha considerado su locomoción en las primeras etapas de su vida.
Los investigadores de la FAU, en colaboración con la Universidad James Cook y la Universidad Macquaire de Australia, examinaron las diferencias al caminar y nadar en tiburones caminantes recién nacidos y jóvenes. Los recién nacidos retienen la nutrición embrionaria mediante un saco vitelino internalizado, mientras los juveniles son más delgados, ya que buscan activamente gusanos, crustáceos y peces pequeños.
Los resultados publicados en la revista Integrative & Comparative Biology mostraron que las diferencias en la forma del cuerpo no alteraron la cinemática entre los tiburones caminantes recién nacidos y juveniles. La velocidad general, rotación de las aletas, flexión axial, frecuencia y amplitud del batido de la cola fueron consistentes entre las primeras etapas de la vida.
Los datos sugieren que la cinemática locomotora se mantiene entre los tiburones charretera neonatos y juveniles, incluso cuando cambia su estrategia de alimentación. Estos hallazgos sugieren que la locomoción sumergida en los recién nacidos no se ve afectada por el saco vitelino y los efectos que tiene sobre la forma del cuerpo, ya que todos los aspectos de la locomoción sumergida fueron comparables a los de los jóvenes.
“Estudiar la locomoción del tiburón charretera nos permite comprender la capacidad de esta especie, y quizás de especies relacionadas, para moverse dentro y fuera de las condiciones desafiantes de sus hábitats”, dijo Marianne E. Porter, autora principal y profesora asociada en el Departamento de Ciencias Biológicas de la FAU.
“En general, estos rasgos locomotores son clave para la supervivencia de un pequeño mesopredador béntico que maniobra en pequeñas grietas de arrecifes para evitar depredadores aéreos y acuáticos. Estos rasgos también pueden estar relacionados con su desempeño fisiológico sostenido en condiciones ambientales desafiantes, incluidas las asociadas con el cambio climático, un tema importante para futuros estudios”, agregó.