Gordos y no tan contentos
Los mexicanos tenemos la costumbre de relacionar el comer con el bienestar y a veces se nos pasa la mano. Por alguna extraña razón, creemos que la gordura es saludable. Si un niño está flaquito, decimos que está descriadito. Si una persona está obesa, la calificamos como rozagante. Si un bebé es gordito aseveramos que está lleno de vida. Para agradar a nuestros invitados, les ofrecemos una porción más y si nos dicen que ya tuvieron suficiente, nos ofendemos porque creemos que el platillo no les gustó. Lo cierto es que México tiene el primer lugar de obesidad en el mundo y eso no son buenas noticias.
Lo triste es que la gordura no significa buena alimentación. La mala nutrición es uno de los principales factores que inclinan el péndulo de la balanza de la salud y los mexicanos tenemos un riesgo de vivir mal o peor que si tuviéramos un peso adecuado. El sobrepeso y la obesidad le imprimen al cuerpo un desgaste adicional, lo hacen trabajar de más y representa una posibilidad latente de adquirir una o varias enfermedadades. Desde hace años, México enfrenta una severa epidemia de obesidad y desnutrición.
La combinación es mala: obesidad y desnutrición tienen sus consecuencias en todos los grupos de población en el país. Es decir, ni la gordura es saludable ni está relacionada con estar bien nutridos. Son preocupantes los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) que nos hacen ver la urgencia de frenar los efectos que tiene esa condición en la salud. Especialmente, la incidencia de otros padecimientos, como la diabetes y la hipertensión, así como algunas enfermedades del hígado y algunos tipos de cáncer.
En la franja de población de personas menores de 4 años hay una severa advertencia. El indicador marca que se tiene un dato peor al de 2012. La enorme prevalencia de obesidad infantil se extiende al grupo de la adolescencia, pues entre quienes tienen de 12 a 19 años, la prevalencia de sobrepeso y obesidad combinados alcanza el 42.9% —41.4% de las mujeres y 44.5% de los hombres—.
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Hemos hecho un mal trabajo en México al luchar contra la obesidad. Más bien, parece como si nos gustara estar pasados de peso. Como que no estamos muy convencidos de que los kilos de más no son buenas noticias. Seguimos con la idea de que estamos gordos, pero contentos. Por eso, ni bajamos de peso ni se ha conseguido garantizar para las niñas, niños y adolescentes del país, de manera integral, universal y progresiva, como lo establece la Constitución, el derecho a la alimentación y a la seguridad alimentaria.
El tema de la obesidad y sobre peso debe replantearse. No es sólo el incumplimiento de uno de los derechos que se consigna en la Carta Magna. Esta condición afecta severamente las posibilidades de vida digna y con oportunidades presentes y futuras. Lo que está en juego ni es nimio ni es poco. Se trata, nada menos, que la salud y el desarrollo físico y mental integral, lo cual afecta la garantía de las necesidades en ese momento del ciclo de vida y, por supuesto, las del futuro.
México necesita bajar de peso. Es preciso reducir lo más rápido posible la prevalencia de sobrepeso y obesidad constituye uno de los más grandes retos del país. Lograrlo depende de mucho más que lograr la activación física de las personas. Es una cuestión compleja que implica acceso a alimentos inocuos; a agua potable de manera universal; mejorar la seguridad para que la gente pueda moverse más en las calles; así como mejorar las condiciones de movilidad y ordenamiento urbano, para reducir los tiempos de traslado de las personas; hay que hacer ejercicio y mejorar los servicios de salud mental, y fortalecer el enfoque preventivo en el Sector Salud. Los costos que estamos pagando por no hacerlo se cuentan en miles de millones de pesos anuales; pero sobre todo, en cientos de miles de vida que se pierden por la diabetes y las enfermedades del corazón.
Si lo pensamos con cuidado, estamos gordos y no tan contentos. A nadie le gusta estar tomando medicinas que remedien los males que se generan por el sobrepeso. La solución empieza por nosotros mismos.
Gordos y no tan contentos
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JRP