Tal como lo demuestra la evidencia científica, la mayoría de los cánceres que existen tienen un factor de riesgo común: la obesidad, que además se asocia frecuentemente con enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, así como daños cardiovasculares y metabólicos que agravan los cuadros oncológicos.
Y en ese sentido, tal como lo señala Teresita Alzate Yepes, profesora titular de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antioquia, doctora en educación y líder del proyecto “Prevención del cáncer de colon” de la Alianza Nanobiocáncer de Colombia Científica Minciencias, la buena alimentación se convierte en un gran factor preventivo frente a las enfermedades oncológicas.
En el marco del día mundial de la lucha contra el cáncer, justamente, quisimos indagar con la doctora Alzate los mecanismos de la nutrición como arma poderosa contra este grupo de enfermedades y consejos sobre lo que significa una alimentación y una nutrición adecuada.
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La doctora Alzate, valga decir, ha sido consultora de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), miembro de la Society for Nutrition Education and Behavior y lidera grupos de investigación sobre educación para la salud, la alimentación y la nutrición.
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¿Por qué la obesidad es un factor de riesgo para el cáncer?
El problema de la obesidad de por sí es un proceso inflamatorio y genera inflamación en distintos órganos y a raíz de esta inflamación las funciones se van alterando, las células se hipertrofian, cambian incluso algunas de lugar, proliferan y esa proliferación anormal es la que se va degradando hasta llegar a un cáncer.
Entonces hay todo un mapa de enfermedades que puede aparecer derivarse de los procesos inflamatorios, dañar el funcionamiento de órganos como el hígado, el páncreas, entre otros, y aparecer como síndrome metabólico, que es una asociación de problemáticas y todas finalmente están asociadas con la obesidad.
¿Cuáles son los cánceres más comunes asociados a la obesidad?
De hecho, son pocos los cánceres que no están asociados a la obesidad, como el de piel, pero el de mama, el hepático, el gástrico, el de vesícula, de útero, el de próstata, el de riñón, entre otros, tienen una base común que es la obesidad, generalmente relacionada con otros factores como incluso están relacionados con el consumo de productos ultraprocesados, es decir, no naturales, producidos artificialmente y con alta carga de sal o sodio, azúcar, grasas dañinas conocidas como trans, aditivos, estos es colorantes, saborizantes y conservantes, entre otros, que hacen que los productos no se dañen por mucho tiempo. Estos aditivos se captan fácilmente leyendo las etiquetas de los empaques y botellas.
Cáncer: ¿qué alimentos se deberían comer para evitarlo?
Una alimentación o dieta equilibrada es importante siempre, que incluya de todos los grupos de alimentos, pero digamos que los alimentos que sean naturales y frescos se deben privilegiar; que se incluyan diariamente frutas y verduras se aporta directamente a este fin, pero hay que tener presente que es necesario que se alternen, es decir, variar a la hora de consumirlos, porque no pueden ser sólo algunas frutas o verduras.
Si consumimos siempre las mismas frutas o verduras no solamente la dieta se vuelve monótona, sino que también se genera un problema de equilibrio de nutrientes; unas tienen más vitaminas y minerales de un tipo y otras de otros, así que hay que tener claro que dentro de todos los grupos de frutas y verduras hay beneficios porque además pueden considerarse una buena fuente de fibra, de antioxidantes y se deben consumir para prevenir el cáncer. Una buena clave es la mayor variedad posible durante la semana, aprovechando incluso las frutas y verduras de cosecha.
¿Existen alimentos especiales anticancerígenos?
Sí, hay algunos alimentos que tienen propiedades que se están estudiando y que pueden ser anticancerígenas, entre ellos, por ejemplo, el mortiño o agraz, la uchuva, los arándanos, el mango, sobre todo el mango de azúcar, el maracuyá, son frutas que están siendo recomendadas porque específicamente tienen ese factor anticancerígeno.
Pero todas las demás frutas como el melón, la papaya, las fresas, naranja, cualquiera de estas tiene muy buena cantidad de fibra, vitaminas y aunque unas más que otras, tienen antioxidantes que pueden contribuir a prevenir el cáncer. Pero también las verduras como el brócoli, la zanahoria, algunas semillas como las de girasol, la cúrcuma, las nueces, las leguminosas y cereales integrales, pueden ayudar en la tarea. Entonces no es sólo comer la concentración de aquellas frutas y verduras que nombré como potenciales anticancerígenas, sino consumir de todo tipo, de manera alternada.
¿Qué alimentos definitivamente no deberíamos consumir para prevenir el cáncer?
Debemos evitar al máximo los productos ultraprocesados, los paquetes, las gaseosas, los refrescos en polvo o los de cajita, leches saborizadas, las salsas compradas, y los cárnicos en embutidos o preelaborados o precocidos, ya que todos esos productos que no tienen fibra natural y que tienen además una cantidad exagerada de sodio y aditivos para hacerlos apetecibles y enviciadores, como azúcares, sabores artificiales, espesantes, colorantes y conservantes, que seducen y obligan a consumir más y más, hacen daño contribuyendo a generar obesidad, además baja movilidad intestinal (que son alteraciones en los movimientos del tubo digestivo que condicionan un tránsito anormal de los alimentos desde el estómago hasta el recto) y finalmente con el paso del tiempo, pueden llegar a cáncer de colon, por ejemplo, que es uno que está en aumento en este momento en Colombia como en la mayor parte del mundo, por el tipo de alimentación tan baja en fibra, asociada a la inactividad física y a obesidad. El exceso de grasas, alcohol, conservantes y productos ahumados, embutidos y similares, consumidos con frecuencia, son generadores también de procesos cancerígenos.
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¿Cuando habla de alternar las frutas y verduras a qué se refiere?
Lo ideal y recomendado por las Guías Alimentarias para Colombia, es consumir cinco porciones al día entre frutas y verduras, y así tendremos menor posibilidad de enfermar de cualquier tipo de cáncer.
Por ejemplo dentro del grupo de verduras hay una gran variedad, unas son de hojas, otras son verduras carnosas, todas tienen diferentes colores, diferente cantidad de fibra, diferentes minerales y vitaminas, entonces la base de una alimentación saludable para prevenir el cáncer tiene que ver con la variedad de estos alimentos y el alto consumo de fibra.
Una muy buena propuesta sería alternar, combinar las frutas y verduras, teniendo en cuenta el equilibrio y la variedad. Si las personas van alternando o combinando durante las semanas verduras o frutas rojas, blancas, verdes, amarillas y con diferentes texturas pueden obtener las vitaminas, los minerales y la fibra que se necesita para evitar el cáncer. De ser posible, las frutas se deben consumir con cáscara y enteras, para aprovechar la fibra, o no colarlas si se hacen batidos o jugo; las verduras y hortalizas, ojalá consumirlas frescas y si requieren cocción, que sea poca, nunca sobrecocinarlas.
¿Es necesario tomar algún tipo de vitaminas, proteínas y/o minerales para complementar una dieta saludable?
Con toda honestidad no se necesitan suplementos cuando existe una alimentación saludable, es decir, una alimentación equilibrada, balanceada, nutritiva, variada, suficiente e inocua; que todos los días tenga suficiente cantidad de frutas y verduras, que tenga proteína pero no en cantidades exageradas y preferiblemente proteínas de origen animal como pollo y pescado, con menos carnes rojas; y ojalá, lo menos posible embutidos, porque estos son de los que tienen menor calidad nutricional y más condimentos, aditivos, conservantes y algunos que son ahumados incluso generan procesos cancerígenos demostrados. También, consumir las leguminosas o granos, las semillas, los lácteos no grasosos, y los cereales, además de tubérculos y plátanos, todo en cantidad moderada según la actividad física, la edad, el sexo y las condiciones fisiológicas de cada persona.
Claro está que, si las personas están con alguna deficiencia o problema de salud, o están predispuestas a sufrir de alguna deficiencia, pueden necesitar además de la alimentación, algún tipo de suplementos, esa ya es una situación diferente, pero eso sólo en casos excepcionales, de resto una alimentación balanceada, variada, moderada y suficiente, nos puede proveer todo lo que necesitamos.
¿Cómo deberíamos porcionar la comida o qué cantidad deberíamos comer?
Debemos tener una dieta que tenga entre tres y cinco comidas al día, pero durante éste, deben incluirse, como mencioné, cinco porciones entre frutas y verduras, eso básicamente es para una persona normal e implicaría de por sí una gran posibilidad de tener un estado nutricional saludable, si se acompaña además, de ejercicio regular.
Sin embargo, lo que más se necesita es el equilibrio y saber que si, por ejemplo, soy deportista entonces puedo tolerar mayores cargas de ingesta de alimento, pero si soy una persona sedentaria y con sobrepeso necesito equilibrarme siendo muy moderado en cantidad de calorías. Recordar siempre que la base está en la variedad y la inclusión de suficientes frutas y verduras a diario. Muy importante también tener en cuenta en esas comidas, evitar los alimentos ultrapocesados, de paquete, snacks, dulces y comidas preparados industrialmente, gaseosas, así como moderar al máximo las salsas grasosas y los fritos. Preferir siempre métodos de cocción saludables como el cocido, el estofado, asado, salteado y al vapor.
¿Cómo lograr la adherencia a este tipo de alimentación saludable y a qué edad empezar a cuidar nuestra alimentación?
Esta iniciativa de alimentación saludable para prevenir el cáncer es indispensable iniciarla desde la edad preescolar, es decir que debe empezar desde casa, por ello lo más importante es que las madres y los padres de familia aprendan a cocinar junto a sus hijos con alimentos naturales y así variar la alimentación de toda la familia. El trabajo con los niños es supremamente importante también desde la escuela, como educación culinaria y ojalá, desde la huerta escolar porque cultivan, cosechan, preparan y degustan alimentos, aprenden a cocinarlos, comparten momentos gratos y luego en familia y ellos mismos jalonan o presionan a los padres para que cocinen y coman sano, y también vivan un estilo de vida saludable.
De hecho desde los colegios deberíamos impregnar de una vez la política de engolosinar a los niños con la comida saludable, la fresca y así mismo acercarlos a la cocina, pues un niño que aprende a cocinar es un niño que con toda seguridad va a tener un estilo de vida más sano y una calidad de vida, posiblemente mejor.
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¿Y si no logré tener ese estilo de vida saludable desde pequeño?
El tema tiene que ser un poco de contagio saludable desde las casas, de que los unos vayan impregnando a los demás miembros de la familia y entonces se convierta en un asunto fácil, no forzado, donde entendemos que se puede hacer una ensalada rápida, divertida, sabrosa y con productos que estén muy a la mano. Y nuevamente esta situación de exceso de peso u obesidad pasa porque muchas veces comemos preparaciones repetitivas, sin variedad, insípidas y sin equilibrio, a veces cargadas de fritos y harinas, y muchas otras, cargadas de productos comprados.
Entonces para combatir lo anterior, esos cambios de alimentación variada empezando por incluir frutas y verduras, porque pueden ser muy atractivas además de saludables, mezclando con otros alimentos, variando sus formas, colores, consistencias, combinaciones van haciendo la diferencia, porque la comida entra por los sentidos y es ahí donde los olores, sabores y texturas distintas facilitan que podamos adherirnos a una alimentación más saludable.