COPENHAGUE, Dinamarca (AP) — Las mandatarias de Estonia y Finlandia quieren que sus socios de la Unión Europea dejen de autorizar visas de turistas a ciudadanos rusos, y afirmaron que no deberían poder ir de vacaciones a Europa mientras el gobierno ruso libra una guerra en Ucrania.
La primera ministra de Estonia, Kaja Kalas, tuiteó el martes que “visitar Europa es un privilegio, no un derecho humano” y que “es hora de poner fin al turismo de Rusia ya”.
El día anterior, su homóloga de Finlandia, Sanna Marin, dijo a la televisora finlandesa YLE que “no está bien que mientras Rusia libra una agresiva, guerra brutal de agresión en Europa, los rusos puedan llevar una vida normal, viajen por Europa, sean turistas”.
Estonia y Finlandia hacen frontera con Rusia y son miembros de la Unión Europea, que prohibió el tráfico aéreo desde Rusia tras la invasión de Ucrania. Pero los rusos aún pueden viajar por tierra a los dos países y al parecer después tomar vuelos a otros destinos europeos.
YLE reportó la semana pasada que las empresas rusas han empezado a ofrecer viajes en auto desde San Petersburgo a los aeropuertos de Helsinki y Lappeenranta en Finlandia, que tienen conexiones directas con varios lugares europeos. La segunda ciudad más grande de Rusia se encuentra a unos 300 kilómetros (186 millas) de la capital finlandesa.
Las visas emitidas por Finlandia son válidas en casi toda la zona europea de viajes sin pasaporte, conocida como la Zona Schengen y que agrupa 26 países: 22 naciones de la UE además de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Normalmente, personas y mercancías se mueven libremente entre estos países sin controles fronterizos.
Algunos países de la UE no emiten visas a ciudadanos rusos, como Letonia, que tomó la decisión este mes debido a la guerra.
La concesión de visas para rusos se abordará el 31 de agosto en una reunión informal de ministros de Exteriores de la UE, dijo YLE.
“Creo que en reuniones futuras del Consejo Europeo, este tema se planteará aún con más firmeza. Mi posición personal es que el turismo debe restringirse”, dijo Marin a la televisora finlandesa.
Durante la pandemia del coronavirus, Helsinki y Moscú cerraron temporalmente la frontera, lo que frenó en seco las visitas a Finlandia de casi dos millones de turistas rusos anuales, que impulsan la economía local.
Finlandia comparte una frontera terrestre de 1.340 kilómetros (832 millas) con Rusia, con varios pasos fronterizos en una de las fronteras.