Honduras es uno de los países mayormente afectados por el cambio climático y la inseguridad alimentaria.
De acuerdo con el reciente informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022”, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Honduras tiene el segundo nivel más alto de subalimentación en Centroamérica después de Nicaragua.
El documento que fue presentado a inicios de julio se concentra en temas como el hambre, la inseguridad alimentaria, la dieta saludable, la desnutrición, entre otros.
Entre los hallazgos para el país destaca que el 15.3% de la población hondureña sufre de subalimentación (mala alimentación), además establece que Honduras forma parte de los 63 países con los mayores niveles de personas en subalimentación en el mundo.
El informe señala que la inseguridad alimentaria en el mundo va empeorando: en Honduras establece que el 49.9% de su población padece de inseguridad alimentaria grave o moderada, cifra que aumentó en los últimos años, pues entre 2014 y 2016 era de 41.6%.
En cuanto a la alimentación de los hondureños señala que el costo de una dieta saludable en Honduras es de $3.48 (unos L85) diarios; sin embargo, estima que el 51.3% (5.1 millones de hondureños) no puede permitirse una dieta saludable.
El informe muestra con datos que el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre a pesar de las diferentes acciones que realizan en los países. Para el caso de Honduras establece que el 19.9% de los hondureños menores de cinco años sufren de retraso en crecimiento.
“Eso significa que dos de cada 10 niños a nivel nacional tienen desnutrición crónica por la falta de alimentos”, indicó Stephanie Hochstetter, representante del Programa Mundial de Alimentos en Honduras, quien además advirtió que la crisis alimentaria en el país va a subir la cifra.
La representante manifestó que la situación empeora en diferentes sectores. “En las áreas más afectadas por la crisis alimentaria y que no son el corredor seco, allí 2 de cada 5 niños padecen de desnutrición, mientras que el corredor seco son 1 de cada 3”, añadió.
Para combatir la desnutrición crónica en los menores, el PMA considera que es necesario crear mecanismos que ayuden a las poblaciones no solo con alimentación también con programas que sean autosostenibles en las comunidades afectadas.
“Está comprobado que un niño que no come bien no crece, no se desarrolla la mente, no son niños inteligentes y crecen dependiendo del nivel de desnutrición con un rezago de capacidad fuerte, entonces si no se le invierte a la niñez para lograr que los niños hondureños crezcan sanos, en 25 años la clase productiva será mínima o no va haber”, dijo.
Añadió que ya firmaron con el Gobierno el acuerdo para reactivar el programa de merienda escolar, con el que se espera beneficiar a 1.3 millones de niños y niñas en todo el país.