La lactancia materna no solo es un acto de amor, sino una poderosa forma de garantizar que un bebé va a tener un desarrollo adecuado para convertirse en un niño sano, inteligente y valioso para la sociedad: ese es el mensaje que ha estado promoviendo la primera dama de la Nación, María Juliana Ruiz, en cientos de municipios de todo el territorio nacional.
Este 18 de julio le correspondió el turno al municipio de Envigado, donde la esposa del presidente Iván Duque compartió los avances que le traerá al país el Plan Decenal de Lactancia Materna.
Se trata de una política pública histórica, que traza el derrotero de varias instituciones del Estado para que faciliten y promuevan que las madres amamanten a sus hijos.
A menos de un mes de que termine el Gobierno del presidente Duque, la primera dama también le dijo a EL COLOMBIANO que seguirá trabajando por la seguridad alimentaria en el país y no descartó hacerlo vinculada al sector privado.
Usted ha hecho un recorrido socializando el tema del Plan Decenal de Lactancia Materna. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
“Esto tiene origen en la decisión que tomamos de trabajar por la nutrición y la seguridad alimentaria en Colombia. Lo hicimos pensando siempre en que fuera un trabajo en equipo, que lograra articular distintos sectores y actores. Y en ese sentido, bajo el marco de la Gran Alianza por la Nutrición liderada por la Consejería Presidencial para la Niñez y la Adolescencia, trazamos la ruta de un Plan Decenal de Lactancia Materna y alimentación complementaria.
Es una política pública que ha sido implementada en el territorio nacional y que hoy, como lo vemos con esto, culmina en el departamento de Antioquia con el cierre de esa ruta de movilización y despliegue de todas las acciones positivas que se toman en beneficio de la lactancia materna y complementaria”.
¿Qué balance hace de la promoción de la lactancia materna en estos cuatro años?
“Ha sido extraordinario. Poder generar, diseñar y aprobar política pública es esencial. También haberlo hecho contemplando múltiples actores, empezando por la diversidad territorial. Este primer Plan Decenal de Lactancia Materna y Alimentación Complementaria contempla la diversidad cultural que tenemos en nuestro territorio. También fue un trabajo con múltiples frentes: los sectores público y privado, la academia, cooperación internacional y gestión social.
Esto representa algo que ya se ha evidenciado en la implementación, en la ejecución, en las acciones que se han llevado a cabo en paralelo con la política pública.
Y por último, el despliegue en territorio nacional tiene consigo algo trascendental: invertir en la lactancia materna tiene efectos a inmediato, a mediano y a muy largo plazo.
Un niño que ha sido alimentado de forma adecuada, que ha sido amamantado, que ha adquirido los micronutrientes necesarios para su vida y que además los ha recibido en entornos amorosos será un ciudadano que reportará beneficios no solo para sí mismo, sino también para la comunidad”.
La pandemia supuso muchas dificultades en materia de seguridad alimentaria. ¿Qué obstáculos notó que hubo mientras promovió la lactancia materna en el país?
“Más que las dificultades, le cuento las oportunidades. Aprovechamos justamente herramientas como la virtualidad para convertir eso en un canal de difusión de la información, concreta y efectiva del impacto positivo que tiene la lactancia materna.
Eso es otro de los factores trascendentales en el trabajo que hicimos. No les estábamos contando a los ciudadanos y a las mamás algo que se nos ocurrió, les estábamos hablando con evidencia, con hechos e indicadores que avalan a nivel global el buen impacto que genera una adecuada nutrición, con énfasis en los primeros 1.000 días de vida”.
Los reportes del Instituto Nacional de Salud muestran que hasta mayo de 2022 las cifras de desnutrición en la primera infancia son las más altas de los últimos seis años. ¿Cómo ayudaría la lactancia materna y este plan decenal para mitigar esto?
“Sin duda las cifras de desnutrición y también de malnutrición, por la obesidad y el sobrepeso, fueron exacerbadas por la pandemia. Pero el trabajo que veníamos realizando es un esfuerzo que deja huella, que es evidente y tangible.
Para el año 2020, en medio de la pandemia y gracias a ese trabajo articulado y multiactor logramos una reducción superior al 30 % en uno de los principales objetivos que nos habíamos trazado: disminuir las muertes asociadas a la desnutrición en menores de cinco años. Una reducción del 30 % es un referente que nos debe motivar a seguir trabajando como lo veníamos haciendo antes de que la pandemia nos interrumpiera de manera abrupta”.
¿Cómo han promovido la lactancia materna en comunidades tan distintas como las que tiene Colombia?
“Parte de lo que hemos logrado es la gestión del conocimiento. En esto hay que reconocer que es necesario desaprender y aprender. Hemos aprendido muchos de los beneficios que ha traído la lactancia materna, no solo para el desarrollo del capital humano, sino como factor económico y como factor amigable con el medio ambiente.
Pero también hemos tenido que desaprender algunas prácticas culturales tanto en crianza como en nutrición. Y a través de la lactancia materna hemos abordado esos dos escenarios”.
¿Qué acciones deberían ejecutar el Gobierno entrante y los gobiernos siguientes para implementar esta política pública de lactancia materna?
“Hay algo trascendental que sin duda es seguirse apoyando en la gestión social, seguirle dando la visibilidad, el reconocimiento, pero sobre todo las herramientas a la gestión social para poder arraigar esto en sus territorios. Trabajar con esa visión multisectorial que le dimos nosotros de alianza, de generar un objetivo común al que todos le podemos aportar.
La nutrición es un objetivo de Estado. Superar las muertes por desnutrición es un objetivo de país. Eso no tiene color, no tiene partido, ni religión. Salvar una vida no tiene contradictor”