domingo 17 de julio de 2022 – 4:53 p.m.
Adelayne Ponce, una niña de 3 años residente en Río Hato, es una de las beneficiarias de estos programas para la primera infancia
Adelayne Ponce, de 3 años, está fascinada con los cuentos de El Jorobado de Notre Dame, de Malena la Ballena y de Caperucita Roja, que su maestra les relata en el Centro de Atención Integral a la Primera Infancia (Caipi), administrado por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y que está ubicado cerca de su residencia en Río Hato, provincia de Coclé.
El relato de estos cuentos la motiva a señalar, tocar y responder preguntas, lo cual promueve su desarrollo social y habilidades de pensamiento. Además, mejora sus habilidades lingüísticas, porque la motiva a imitar sonidos, reconocer imágenes y aprender nuevas palabras.
Estar en el salón de clases le genera entusiasmo. Aquí juega con niños de su edad, se divierte, pero sobre todo se estimula con sesiones de trabajo que la están ayudando a desarrollar todas sus habilidades.
Adelayne está cursando su segundo año en el Caipi. El año pasado participó de “Tu Caipi en Casa”, programa semipresencial que le facilitó insumos didácticos y le permitió identificar los colores, a reconocer las partes del cuerpo y armar rompecabezas, logrando esa interacción social que, según los expertos, es esencial para su crecimiento. Este aprendizaje lo realizó en pandemia, cuando todavía regían los horarios de movilidad.
En el CAIPI, Adelayne es atendida por medio de una Cartera Integral de Servicios (CIS) que incluye una oferta en temas relacionados a la educación con calidad, salud y nutrición, identidad y crianza con pautas adecuadas.
Lo interesante es que este aprendizaje se está desarrollando en uno de los 12 CAIPI que han reabierto sus puertas para atender a más de un centenar de niños (as) en Coclé. Mientras que en todo el país existen más de 208 centros que han reaperturado bajo un estricto protocolo sanitario, proceso que ha contado con la asesoría del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Kathya Ponce asegura que su hija ha desarrollado cualidades como trabajar en equipo, seguir instrucciones y realizar tareas básicas que le están permitiendo adaptarse a su entorno. También está aprendiendo a analizar y responder de forma correcta ante situaciones comunes.
“Algo que aprendió mi hija en el último año es ser independiente, una cualidad que me tiene fascinada y que estoy segura de que le ayudará en las diferentes etapas de su crecimiento”, destacó Kathya.
La estimuladora Elda Jaramillo precisó que Adelaine ha desarrollado una serie de habilidades desde que llegó al CAIPI.
“Puedo decirle que es una niña muy creativa, que expresa sus emociones, que le gusta compartir y que se desenvuelve por sí misma”, enfatizó la estimuladora del CAIPI.
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Esas mismas cualidades también lo han desarrollado los 12 niños que atiendo en el CAIPI – explica Jaramillo-, quien agregó que su meta es lograr que Adelaine esté preparada para ingresar con éxito al sistema escolar.
Por su parte, la Directora Nacional de Protección Social (DISPROS), Silka Vuelvas, explicó que los niños (as) al asistir a los CAIPI se fortalecen en su proceso de preparación, para enfrentar los retos que le presenta la vida con la ejecución de diferentes experiencias o actividades educativas, cognitivas, lúdicas, afectivas, motoras, las cuales se complementan entre sí; se proyectan alcanzar que, en esta importante etapa de crecimiento, logren el máximo desarrollo de sus destrezas, hábitos y habilidades.
Con todo esto, le permitiremos a nuestra niñez, ser seres capaces de enfrentar los grandes retos que le presenta la vida, – añade Vuelvas – de manera más significativa y potenciando su cerebro; que en esta etapa sienta un desarrollo irrepetible. Además, de hacerles prevalecer una serie de derechos, entregándoles una Cartera Integral de Servicios, que potencien su desarrollo integral y armónico.
Importancia de la estimulación temprana
Yohana Pinzón, especialista en Primera Infancia de la Unicef, destacó que los centros o servicios de educación inicial son un espacio de interacción necesario para los niños (as) y más aún, después del confinamiento prolongado que se ha vivido producto de la pandemia.
Añadió que los CAIPI, además de brindar apoyo a las familias, permiten identificar posibles rezagos en el desarrollo y generar actividades lúdicas, que contribuyan a que cada niño desarrolle su máximo potencial, conforme a sus necesidades.
De acuerdo con la especialista, durante los primeros años de vida el cerebro aumenta cinco (5) veces su tamaño hasta llegar a la edad adulta, esto implica que se den dos factores, “la proliferación de las conexiones sinápticas entre las neuronas y la mielinización de fibras nerviosas”, que en otras palabras es la conexión necesaria entre las neuronas que permitirán la comunicación entre el sistema nervioso y el resto del cuerpo.
Para que se den estas conexiones y se creen otras, se deben brindar estímulos, tales como hablarle, cantarle, arrullarlo, acariciarlo, jugar, dejarlo explorar y sonreírle, entre otras. Todas estas interacciones se realizan a través de las rutinas diarias y usando el juego.
La especialista añadió que cuando un niño (a) es estimulado, existen diferentes áreas del desarrollo que evolucionan. Estas áreas son: la motriz, sensor-perceptiva, cognitiva, lenguaje y comunicativa y la socio-afectiva (Ver gráfica).
Mientras que la pediatra Geraldine Norte, de la Sociedad Panameña de Pediatría, indicó que durante los primeros 1,000 días de vida, los niños (as) tienen un ritmo de crecimiento rápido y desarrollan hasta el 80% de su cerebro. Es en este periodo en que se instauran las bases de la salud y también de las capacidades que permitirán tener éxito en los estudios, en la capacidad de resolver problemas y ser productivos en la vida adulta.
Para la especialista, estos primeros 1,000 días de la vida de los niños (as) son primordiales, y mucho depende de estos días para desarrollar su potencial y las oportunidades necesarias para que puedan crecer saludables, incluyendo, de forma integral, la predisposición al aprendizaje, una buena nutrición y el mejor desarrollo socio emocional posible.
En ese sentido, indicó que los CAIPI son importantes, porque así los niños (as), desde el inicio de sus vidas, pueden tener mayores oportunidades de desarrollar su potencial, además de crecer en entornos saludables, educativos, protectores y que puedan gozar de sus derechos.
La pediatra, quien tiene una especialidad en neonatología, explicó que cuando un niño es estimulado, muchas áreas de su cuerpo se benefician. Con estos servicios se les brinda diferentes oportunidades para explorar, adquirir destrezas y habilidades de una manera natural y entender lo que sucede a su alrededor.
Adelayne está feliz. Su retorno al CAIPI le permitirá seguir aprendiendo, pero sobre todo la preparará para su ingreso al sistema escolar. Lo que aprenderá con sus compañeros y con su maestra le quedará grabado para siempre y será la base para su aprendizaje, que apenas está por iniciar.