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Por Dra. M. Carmen Delgado – Universidad Loyola
Después de un nuevo curso académico atípico, toca decir “hasta luego” para un merecido descanso estival. Volveremos de nuevo en septiembre con nuevas entradas, pero para cerrar este curso, he decido escribir sobre un tema del que, aunque aún no hay información suficiente por parte de las instituciones competentes, sigue siendo (ahora más que nunca) una cuestión de extrema importancia para la recuperación económica de las regiones, cuando todos los organismos nacionales e internacionales hablan de la ralentización del crecimiento de las economías.
Es por todos conocido, que como parte del proceso de recuperación tras la crisis generada por la COVID-19, el Consejo Europeo acordó un instrumento excepcional de recuperación temporal llamado Next Generation EU por un montante que asciende a los 750.000 millones de euros, con el fin de hacerle frente junto a los Estados Miembros a los efectos económicos y sociales generados por la pandemia. La asignación de los fondos dependerá un 70% de los indicadores económicos anteriores a la crisis y el 30% se asignará dependiendo de la evolución económica de los países entre el 2020 y 2023.
En este sentido, España recibirá un aproximado de 72.000 millones de euros en transferencias no reembolsables y hasta un máximo de 80.000 millones de euros en préstamos, siendo el país miembro más beneficiado en el reparto de las ayudas. Para la canalización de dichos fondos, las comunidades europeas prepararon una propuesta de proyectos en atención a los objetivos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, enfocados a la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión territorial y social y la igualdad de género.
En el caso regional, y como ejemplo Andalucía, presentó una propuesta que consta de 151 proyectos en donde invertirá dichos recursos, por un total de 35.000 millones de euros con el fin de impulsar su recuperación y su resiliencia, para lo cual, de acuerdo con el Presidente de la Junta de Andalucía, la CC.AA debería recibir un 18% del total de los montantes destinados a España, de acuerdo con el peso demográfico de la Comunidad entre el total nacional al igual que se plantea el modelo de financiación territorial.
Con este argumento expuesto anteriormente, esta entrada tiene como propósito medir el impacto económico generado por los fondos Next Generation sobre las actividades productivas relacionadas con tecnologías limpias y energías renovables; transporte sostenible e inteligente; eficiencia energética de edificios; digitalización de la administración y servicios públicos; conexión de banda ancha; desarrollo de procesadores de máxima potencia y sistemas educativos con competencias digitales; principales temas con los que se vinculan los proyectos enviados a consideración.
El impacto se medirá a través de un modelo de equilibrio general computable dinámico en dos escenarios: un primer escenario (en color azul en la Figura 1) que representa a la economía regional de Andalucía bajo una senda de crecimiento del estado estacionario sin asignación de fondos Next Generation EU, y un segundo escenario (en color marrón en la Figura 1), en el que se asigna el 18% del montante presupuestado a España correspondiente al primer tramo (70% del total), de acuerdo con las siete líneas rectoras en las cuales se agruparon los 151 proyectos, ya comentados. Con estos dos escenarios se analizará el efecto en los principales indicadores económicos regionales que permitirá medir contrafactualmente el tamaño de la recuperación de la economía andaluza post covid.
Figura 1. Evolución de PIB en simulación para los diferentes escenarios. 2021-2026.
Fuente: Elaboración propia.
En La Figura 1 se presenta de forma comparativa la evolución de algunas de las principales macromagnitudes en los escenarios planteados. En primera instancia se puede destacar que el crecimiento de la economía va a depender del tamaño del montante asignado, lo que justifica que Andalucía esté apostando por recibir el 18% del montante estipulado a España en el primer tramo del instrumento llamado Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia.
Además, también se puede observar que la estrategia de activación económica vía actividades productivas incentivará el consumo y la inversión, el cual traerá un efecto redistributivo en la economía, incrementando el ingreso de los hogares y la recaudación de impuestos, que, de la mano de políticas públicas progresivas podría traducir el crecimiento económico proyectado en mayor bienestar social y más oportunidades para la población andaluza.
Por tanto y para concluir, en términos generales, los resultados apuntan un destacable impulso de la economía andaluza, gracias a la ayuda comunitaria, por lo tanto, podemos señalar, que la recepción de los Fondos Europeos Next Generation EU, repercuten positivamente en el crecimiento económico de la región en el periodo de programación 2021-2026, así como en el ingreso disponible de las familias de la región andaluza, lo que con políticas complementarias de distribución, presentan una oportunidad que la región podría aprovechar para contrarrestar los efectos adversos de la pandemia y mejorar el bienestar social de la población.
VOLVEMOS EN SEPTIEMBRE CON LAS ENTRADAS AL BLOG
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