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Suelen ser carne de memes. El de la señora levantándose los anteojos y mirando con incredulidad la pantalla de la computadora o el hombre de más de 70 tocando el teclado y mirando a cámara con una sonrisa incómoda son grandes ejemplos. Sin embargo, la tercera edad no siempre observa con recelo a la tecnología. De hecho, son muchos los que en el último tiempo han comenzado a triunfar en redes con distintos perfiles. Tantos, que se ha acuñado un término para definirlos: los “grandfluencers”.
Estilo atemporal
Es probable que la reina madre de esta tendencia sea Iris Apfel (@iris.apfel). Con más de 2 millones de seguidores en Instagram, la empresaria y diseñadora de interiores es sobre todo ícono de moda gracias a su gran estilo personal y a sus inconfundibles anteojos XL. A sus 100 años, combina colores, texturas y estampados sin pudor, y el mundo entero la aplaude en forma de comentarios y likes. En su feed se combinan los looks más osados y deliciosos con sus colaboraciones con diversas marcas.
Con menos seguidores pero similar desparpajo, Judith Boyd (@stylecrone) es otra estrella de las redes a sus 79 años. Ex enfermera, hace unos años se unió a una agencia de modelos y llegó a estar en la Semana de la Moda de Nueva York. Su fin, asegura, es divertirse con la moda e inspirar a otras mujeres a que ellas también lo hagan, entendiendo que la edad es un número y no un dictamen. Otros casos de grandfluencers de moda son Linda Rodin (@lindaandwinks), modelo y empresaria que suele posar con su poodle por las calles de Manhattan; y Baddie Winkle (@baddiewinkle), que a sus 93 años acumula más de 3 millones de seguidores gracias a sus propuestas plenas de colores y desenfado.
Pionera en esta reivindicación del estilo de los adultos mayores, la diseñadora, productora e influencer de moda Lulu Biaus postula hace años el hashtag #laterceraedadinspira. Originalmente creado para compartir retratos de sus abuelos, con el tiempo fue creciendo hasta convertirse en una etiqueta para difundir también looks de desconocidos (pero grandes y fashionistas) en la calle u otros lugares. “Lo que más me atrae es su forma de vestirse y combinar, su puesta en valor de las materialidades, esto de integrar su carácter y su forma de ser a través de lo que tienen puesto”, apunta.
Consultada sobre por qué cree que esta generación está empezando a ganar terreno en redes, apunta que el entendimiento de la necesidad de una moda slow y sustentable va muy de la mano con la forma en que esta edad se viste. “Hoy estamos rescatando la idea de conservar una prenda por mucho tiempo y valorar su historia, en lugar de descartarla a la siguiente temporada. Y eso es precisamente lo que hace la tercera edad”, sostiene, aplaudiendo una intención para vestirse que va mucho más allá de lo estético.
Otros intereses y redes
Pero no solo en la moda y en Instagram brillan los grandfluencers: TikTok es otro espacio interesante de reinado, y aquí los Old Gays (@oldgays) han sido de los precursores de la tercera edad. Con 7,5 millones de seguidores, este grupo de amigos comenzó a publicar sus videos de bailes e imitaciones -y también grandes defensas del orgullo gay- en diciembre de 2020, y el estallido fue inmediato. Amigos desde hace medio siglo, los cuatro hombres conviven en una casa y pasan sus días craneando nuevos videos y disfrutando la vida juntos. Su éxito es tal que The New York Times los retrató como caras del auge de los grandfluencers.
También en la red china, Erika Rischko (@erikarischko), de 82 años, es un ícono fitness que deja boquiabiertos a muchos. Además de rutinas de ejercicios diarias, comparte bailes con su marido y consejos de musculación y entrenamiento.
Entre los hitos argentinos, en tanto, se destaca Pacho O’Donnell (@pachoodonnell), que en Instagram cautiva a sus más de 50.000 seguidores con un contenido amplio, que va desde vivos sobre historia y temas de actualidad hasta consejos de vida y rutinas de gimnasia, uno de los puntos más fuertes de transformación de su imagen.
Por su parte, Nancy Roqueta (@nancyroqueta) es una abuela argentina con 3,4 millones de seguidores en TikTok. Convoca por sus videos de humor, su soltura para jugar con su estilo (su pelo de colores es su sello por estos días), sus recetas y su mirada siempre optimista de la vida.
Un boom transgeneracional
Experto en redes, el escritor y filósofo Tomás Balmaceda junto a Miriam De Paoli llevó adelante en 2021 la investigación sobre longevidad más grande del mundo, con 23.000 encuestados. Entre sus resultados se destacan datos como que el 21% cree que vivirá más de 100 años, el 79% ya planeó su madurez para no depender de nadie y el 53% de los +65 tiene una rutina semanal intensa.
“Hay muchos mitos alrededor de la figura del influencer digital. Se suele pensar en la cantidad de seguidores, en la plataforma que usan o la edad que tienen. Pero son tres vectores falsos: hay influencers de nicho con seguidores que no se cuentan por decenas de miles pero con impacto muy profundo; otros que están en redes que a veces no son tenidas en cuenta, como Facebook; y algunos que no son necesariamente jóvenes”, apunta el experto, para quien las redes son absolutamente transgeneracionales. Como muestra, en noviembre publicará un libro junto a De Paoli y Juan Marenco en el que sistematizan las características de un influencer en un modelo de 4 C, con cuatro dimensiones: contenido y curaduría, creatividad y constancia, comunidad y confianza, coherencia y consistencia. “Como ves, no está ni la edad ni la plataforma ni la cantidad de seguidores. La influencia no se mide en esos términos”. La tercera edad, que encontró su propio ritmo y estilo, parece haberlo entendido mejor que nadie.
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