Diana Morant (Gandía, Valencia, 1980) es ministra de Ciencia e Innovación. Ingeniera de formación y, antes que ministra, alcaldesa de su ciudad natal. Confiesa que nunca creyó que ocuparía estos cargos públicos y, cuando se le pregunta qué espera hacer en política después de ser ministra, responde sin dudar: “Vivir”.
Forma parte de la Ejecutiva Federal del PSOE y comparte las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la acción de poderes económicos, políticos y mediáticos para socavar al Ejecutivo. Asegura que hacen fuerza para “desdibujar la acción de Moncloa”.
Morant acaba de sacar adelante la Ley de Ciencia, trascendente para el futuro de los investigadores. Se felicita de haber negociado con todos los grupos, salvo Vox. “No negociamos con ellos por principios”, dice. Finalmente, la norma fue aprobada sin ningún voto en contra. Los de Abascal se abstuvieron pese a no haber conversado con Morant.
Irónica, Morant agradece haber sido entrevistada para hablar de… ciencia. Reitera que, en el Congreso, ningún diputado le ha preguntado por asuntos relacionados con su ministerio. Con cierta perplejidad, explica que, en el momento en que la sociedad está, por ejemplo, más necesitada de vacunas, “nadie” se interesa por ello. Habla de políticos y medios de comunicación.
Acaba de impulsar la Ley de Ciencia sin votos en contra del Congreso, lo cual es algo casi insólito, ¿qué supone desde el punto de vista político?
Desde el punto de vista político, yo me atrevería a decir que la Ley de Ciencia, la Ley de reforma del Sistema Universitario, la Ley de Formación Profesional y la Reforma Laboral son las cuatro grandes leyes que van a servir como base para el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, porque son las que afectan muy directamente al capital humano, a las personas. Y, desde luego, no habrá transformación de nuestro país si no contamos con las personas.
La Ley de Ciencia y la de Universidades tienen en cuenta al sector científico y universitario. La Ley de Formación Profesional pretende acompañar a la ciudadanía en estos cambios en los sectores productivos. Que nadie quede atrás, que nadie le tenga miedo a la tecnología, a los cambios y a la modernización de los sectores productivos.
Y la reforma laboral ya está convirtiendo uno de cada dos contratos en indefinidos. Por tanto, era básico salir de la temporalidad y dar calidad y estabilidad a nuestros ciudadanos, porque son el capital humano sobre el que se sustenta la recuperación.
¿En qué mejora con la ley la vida de un científico?
En muchos aspectos. Yo lo primero que haría sería situar el tablero de juego, el escenario. El sistema científico estaba muy maltratado. En la última década, cuando la crisis financiera, la respuesta que dibujó Europa y que también aplicó el Partido Popular en España era la de los recortes y la austeridad. Eso también afectó al sistema público de la ciencia. Entre 2012 y 2015, desaparecieron en nuestro país 10.000 plazas de investigador e investigadora.
Y también la austeridad desincentivó claramente la inversión por parte de las empresas. El sistema de ciencia, tecnología e innovación lo conforman lo público y lo privado, y eso es importantísimo que lo entendamos.
Lo público normalmente invierte en conocimiento, en ciencia. Crea conocimiento que luego tiene que transferir a la iniciativa privada, que a su vez lo tiene que convertir en soluciones innovadoras. Y ahora mismo todo eso estaba roto, estaba roto el sistema de transferencia.
¿Y las empresas?
Tampoco apostaban por la innovación. Esta ley pretende que dejemos de ser un país que compra conocimiento y que compra soluciones para ser un país que produce conocimiento y produce soluciones.
Estamos enfocando la inversión hacia los retos de la sociedad. Los cuatro grandes retos del plan de recuperación los conocemos todos: la transición verde, la transición digital, la cohesión social y territorial; y la igualdad. Sobre todo, la igualdad de género.
Hay otros retos concretos, el de la salud de vanguardia, y queremos que en nuestro país se investiguen las enfermedades más comunes, las enfermedades raras, pero que luego se fabrique aquí el tratamiento y que, por tanto, ningún ciudadano español tenga que irse a Houston a ponerse el tratamiento más avanzado contra el cáncer. Lo mismo con el vehículo eléctrico.
Queremos que en nuestro país se descubran las nuevas tecnologías y se fabrique aquí el vehículo eléctrico. Volkswagen y Ford ya han dicho que van a fabricar en nuestro país vehículo eléctrico y así hasta once planes estratégicos.
[Claves de la nueva Ley de Ciencia: empleo estable y transferir conocimiento]
¿Se puede cuantificar el aumento de inversión pública en ciencia gracias a la Ley?
La ley blinda una financiación creciente y estable para la ciencia, de manera que nunca más esté a expensas de la decisión política, de si es o no una prioridad de país. También le voy a decir otra cosa: a una ley le puede seguir otra. Afortunadamente, esta ley parece que recoge consenso y, por tanto, eso es bueno. Es un buen mensaje para la ciudadanía.
Quiero decir que no dependerá de vaivenes políticos, porque claramente nuestro gobierno sí que cree en la ciencia. Hemos doblado el presupuesto del Ministerio de Ciencia e Innovación con respecto al último presupuesto del Partido Popular.
Eso significa más oportunidades de investigación, más programas, más contratos, mejores salarios, más proyectos de investigación con las empresas privadas para provocar, por ejemplo, cambios de mentalidad y de cultura.
Y, bueno, a día de hoy, la CEOE ya sitúa como principal demanda de capital humano a los profesionales, científicos y técnicos de informática y de comunicaciones. Estamos viendo cómo, en términos de inversión, en lo que más se está invirtiendo actualmente en nuestro país es en propiedad intelectual. Estamos creando y patentando cosas.
Las empresas están invirtiendo en robots y, en definitiva, en instrumental. Por tanto, consideramos que el ecosistema que se está generando a través de la ley de los fondos de recuperación es el ecosistema favorable.
Es evidente que la pandemia ha hecho que la ciencia tenga más importancia. Supongamos que la ley hubiera estado en vigor en el momento de la pandemia. ¿En qué hubieran mejorado la ciencia y la reacción de la ciencia ante esa situación?
Me gustaría, sobre todo, decir que en la pandemia la ciencia no ha fallado. Seguramente, lo que falló fue el sistema con el que trabajaba la ciencia. Hemos estado continuamente mirando a los científicos, y los científicos han dado todas las respuestas que necesitábamos como sociedad, pero no disponían de todos los instrumentos.
Quiero poner ejemplos concretos. En este país no había ninguna empresa que fabricara mascarillas y fue el CSIC, en un centro de investigación que tiene en Valencia, que se llama IATA, quien creó las primeras mascarillas adecuadas en nuestro país.
La ciencia sí dio respuesta, pero es que éramos un país que había abandonado los sectores productivos relacionados con la ciencia y con la innovación. No fabricábamos respiradores, no fabricábamos vacunas humanas. Ahora mismo ya ha habido cuatro empresas que han empezado, que han participado en el proceso de fabricación de las vacunas que nos han puesto.
Todas esas capacidades se han generado gracias a la colaboración público-privada y a una apuesta decidida del Gobierno de España por la ciencia. Es lo que no tenía el país antes.
“Hay una carencia flagrante de mujeres en algunas disciplinas relacionadas con la ciencia y la tecnología”
Se creó mucha expectativa sobre la vacuna española, ¿en qué fase está?
Soy muy prudente. Es el Ministerio de Ciencia y, por tanto, la prudencia tiene que ser una de mis características. Pero también tengo muchos datos que se me han facilitado, que dicen que los ensayos de esta vacuna, de la vacuna de Hipra, han arrojado muy buenos resultados.
Las agencias reguladoras tienen que garantizar, antes de aprobar cualquier fármaco o cualquier tratamiento, su seguridad y su eficacia. La empresa dice que esta vacuna es más segura que las que ya conocíamos y que es más eficaz. Incluso que tiene en cuenta las variantes, como por ejemplo la Ómicron y las distintas que ya conocemos.
Estamos dentro de los plazos que se habían marcado. Hablaban de que en junio podían tener la autorización de la agencia y es verdad que estamos ya al límite de junio. No sé si se va a retrasar unos días, pero yo sí que tengo la esperanza de que al final la agencia la apruebe. Y desde luego, me siento muy orgullosa de que como país hayamos alcanzado este hito de crear una vacuna propia.
Hay carencia de mujeres científicas. ¿Por qué ocurre y qué hará para que deje de ocurrir?
Primero, en la etapa de investigadoras e investigadores estamos por encima de la media: 50% de investigadores e investigadoras, lo que no significa que estemos en todas las disciplinas en igualdad de condiciones.
Hay una carencia flagrante de mujeres en algunas disciplinas relacionadas con la tecnología, la informática, las telecomunicaciones, las ingenierías en general, que es lo que llamamos las disciplinas STEM.
Desde que son pequeñitas, las niñas reciben, recibimos porque yo soy ingeniera y también lo recibía, mensajes de la sociedad, mensajes culturales de que ese mundo es un mundo de chicos, de que en ese mundo no existen las chicas.
Faltan referentes, espejos donde mirar. Los libros de texto solo contienen un 7% de referencias a mujeres en este tipo de disciplinas. Y eso es lo que está intentando corregir el Ministerio de Educación con la nueva Ley de Educación, que quiere empoderar y reforzar la autoestima de las niñas en estas disciplinas.
Pero es verdad que en el progreso de la carrera científica van decayendo las mujeres hasta el punto de que en los lugares ya de poder, por ejemplo catedrático en universidad o rector y rectora, solo llegan ya al veintitantos por ciento. La mitad se ha quedado por el camino. Nosotros entendemos que también en la ciencia se produce un problema, seguramente relacionado con sesgos de género, que en muchas ocasiones pasa desapercibido.
Pero tenemos que trabajar los sesgos de género no estructurales, que es lo que vamos a corregir, que haya una presencia paritaria en los tribunales de hombres y de mujeres que reciban una formación, porque hay un efecto que fue estudiado en Estados Unidos que se llamaba el efecto John Jennifer, que es que el mismo currículum presentado con el nombre de John en lugar de Jennifer recibía siempre mayor puntuación y mejor valoración.
También incluimos en la ley nuevas medidas que garanticen los permisos, ya no de paternidad y maternidad, que eso ya lo reconoce la ley. Pero sí de las excedencias, porque normalmente son las mujeres las que piden una excedencia y renuncian a parte de su carrera para el cuidado familiar. Ahora ese tiempo ya no va a contar o por lo menos no va a descontar en los méritos y planes de igualdad en todos los centros.
Desde el punto de vista político, para sacar adelante la ley ha tenido que negociar con todos los partidos, supongo. ¿Incluidos PP y Vox?
Por un tema de principios, no negociamos con Vox. Sin embargo, Vox se abstuvo en la ley. Subió al estrado criticando las medidas de igualdad de género, pero al final se abstuvo en la votación con el Partido Popular.
Sí he trabajado y, además, le voy a decir que desde el primer día me propuse escuchar, tratar de escuchar de manera activa, sobre todo a los sectores de la ciencia, la comunidad científica, universidades, centros de investigación y también a las empresas; después, por supuesto, a los distintos partidos políticos, porque la sociedad nos reclamaba un pacto por la ciencia y que la ciencia tuviera estabilidad y por lo tanto se lo agradezco a todas las señorías del Congreso de los Diputados.
Como habitualmente dicen que el PP no colabora en ninguna ley, no negocia, no apoya nada…
Yo tengo que reconocer que el Partido Popular ha trabajado con esta ministra, con este ministerio. Entiendo que ellos también reconocerán que la ministra ha trabajado con ellos y que les hemos tendido la mano desde el primer momento.
“Tengo que reconocer que el Partido Popular ha trabajado con el Ministerio de Ciencia”
¿Usted se siente atacada por “los poderes económicos que se resisten” a sus medidas?
Yo siento que el Gobierno de España está siendo claramente atacado por muchos flancos que tienen intereses completamente contrarios a los que defiende el Gobierno de España.
Es cierto que la ciencia tiende a estar bastante invisibilizada y yo no sé si eso también forma parte de la estrategia. Porque, bueno, simplemente yo hoy le tengo que agradecer a usted que me esté haciendo una entrevista, pero es que casi le tengo que agradecer también que me entreviste para hablar de política científica, porque es una anomalía.
Nunca un diputado me ha preguntado en el Congreso por un tema científico. El contenido de la ley no ocupó el titular, sino con quién la hemos aprobado. Y, en definitiva, permítame decirle que muchas veces entramos en marcos interesados y parece que sólo podemos hablar de ciencia cuando suceden cosas muy importantes. Entonces, quizás la ciencia sea también víctima de ese desinterés interesado.
De hecho, el presidente del Gobierno dijo algo parecido en la Ejecutiva del PSOE de la que usted forma parte: lamentó que las iniciativas del Gobierno no tienen reflejo en los medios de comunicación. ¿Lo comparte?
No voy a desvelar lo que se habla en las ejecutivas. Pero el presidente del Gobierno lo está diciendo estos días en los medios de comunicación. Efectivamente, hay unos poderes económicos, mediáticos y políticos que tratan de desdibujar la acción del Gobierno para que el ciudadano perciba primero que no se está haciendo nada por ellos.
Y segundo, vivimos en una continua guerra política. Esto lo ha hecho muy bien el Partido Popular y se lo está comprando mucha gente. La deslegitimación de la Legislatura desde que comenzó. Han utilizado una estrategia también de bombardearnos todos los días con encuestas, programadas allí donde sabían que iban a revalidar los gobiernos.
Esa sensación de que esta legislatura no es válida y de que este gobierno y sus propuestas no son válidas… Pues mire, yo tengo una mala noticia que transmitirle al Partido Popular, que es que queda legislatura para rato.
Tienen mucho que sufrir, porque en esta legislatura vamos a seguir con nuestra hoja de ruta: ingreso mínimo vital, salario mínimo interprofesional, reforma laboral, los decretos de ayudas para las familias… Y digo que es una mala noticia para el PP porque no les gustan estas medidas, las votan en contra.
Lleva casi un año en el Consejo de Ministros. ¿Cómo ve el Gobierno de coalición desde dentro?
Pues me gusta que me lo pregunte. Porque, efectivamente, como ministra le tengo que contestar que los Consejos de Ministros son espacios donde llegan muy trabajadas todas las cuestiones, consensuadas entre todos los ministerios. Todas las decisiones que toma el Consejo de Ministros son decisiones del Gobierno de manera unificada y, por tanto, vender otra cosa es simplemente una falsedad.
Venía de una experiencia de gobierno de coalición en Gandía, la ciudad en la que estaba de alcaldesa. Yo creo que hay que dar normalidad a los gobiernos de coalición, a las opiniones distintas, a la pluralidad.
A veces también dentro del mismo partido opinamos distinto unos ministerios u otros, pero luego, a través del diálogo, del trabajo constructivo, llegamos a la mejor solución, a la más equilibrada, a la que aúna. Y eso es lo que finalmente se queda aprobado en el Consejo de Ministros.
“El Consejo de Ministros decide de manera unificada, vender otra cosa es simplemente una falsedad”
Tras los resultados electorales de Andalucía, ¿qué autocrítica tiene que hacer?
Claramente no son unos resultados deseables para el Partido Socialista. Entendemos que, efectivamente, en Andalucía la ciudadanía que salió a votar fue la ciudadanía que se sentía representada por el señor Moreno Bonilla y que la ciudadanía que se siente representada por el Partido Socialista no salió a votar y, por tanto, nuestro problema es la abstención de la izquierda, que tenemos que circunscribir a Andalucía.
Pero claramente nosotros, como partido, sabemos ganar y sabemos perder. Juan Espadas ya dijo el otro día lo que hace el Partido Socialista cuando pierde, que es ponerse desde el primer día a construir una alternativa y desempeñarse como oposición constructiva.
Yo le diría al Partido Popular que aprenda a ganar en Andalucía, pero que aprenda a perder en España, que trabaje de manera constructiva con el Gobierno.
Pero dado que resultados parecidos se han producido en el último año en Madrid, en Castilla y León y Andalucía, supongo que el PSOE tendrá que hacer algún tipo de autocrítica de por qué no consigue movilizar a sus electores.
Me ha señalado tres territorios que, con sus diferencias, tienen también elementos en común. Y en los elementos en común está la desaparición absoluta de Ciudadanos. Y, por tanto, efectivamente, en el bloque de la derecha está habiendo todo un movimiento.
En las tres Comunidades autónomas se ha consolidado el gobierno que estaba en ese momento gobernando. Las encuestas también dicen que el Partido Socialista y el Gobierno de coalición se consolidan. Esto tiene una explicación también sociológica, la revalidación de quien ha gestionado la crisis de la pandemia.
Y en ese sentido el Gobierno de España ha trabajado con total lealtad a las Comunidades autónomas. Creo que España, en conjunto, lo ha hecho bien y tenemos que reconocer que hemos trabajado en ese espacio de gobernanza. Niego rotundamente lo que algunos quieren denominar como “cambio de ciclo”. En todo caso, el ciclo que está cambiando está dentro de la derecha.
¿Qué cosas tendrían que reforzar o hacer el Gobierno y el Partido Socialista de aquí a las elecciones generales?
Lo que estamos ya haciendo, que es actuar a dos velocidades: trabajar en aprovechar esos fondos de recuperación, transformación y resiliencia que ya están llegando a los territorios, a las empresas. Volvemos a ser el primer país de la Unión Europea que va a recibir la segunda y la tercera transferencia. Eso para los que dicen que no estamos desplegando el Plan. Europa no dice lo mismo, dice que estamos liderando el despliegue del plan de recuperación.
Entonces trabajamos a esa velocidad para generar oportunidades en nuestro país y eso ya se está notando. Estamos en un momento en el que las cifras de empleo son de 20,4 millones de empleados. Son cifras que hacía 13 años que este país no vivía y, por tanto, hay datos claros de que hemos superado los efectos económicos de la pandemia. Lo hemos hecho con una solución socialdemócrata que ha sido buena para la ciudadanía.
Entonces, como decía, en la pandemia aplicamos medidas urgentes, específicas para la pandemia. Ahora estamos aplicando medidas urgentes y específicas para los problemas derivados de la guerra de Putin, pero a la vez estamos desplegando el plan de recuperación para fortalecer, desde luego, a las clases medias y trabajadoras, pero también a los sectores productivos que, en definitiva, son los que nos tienen que ayudar a hacer que este país sea más competitivo.
Hablando de datos, habría que hablar de la inflación.
Es un momento muy duro. Muy duro. Nadie se esperaba que viviéramos en Europa una guerra. Una guerra que, como decía mi compañera Margarita Robles el otro día, es más del siglo XX que del XXI.
Una guerra cuyas consecuencias más dramáticas las está viviendo Ucrania, pero que la estamos sufriendo a nivel global porque tiene consecuencias económicas para todo el mundo. Y, efectivamente, estamos en datos de inflación muy duros, a los que el Gobierno de España está enfrentando soluciones con los dos paquetes de medidas.
Somos el país de Europa que más dinero ha movilizado en medidas y en ayudas con respecto a su PIB de toda la Unión Europea. Y además lo estamos haciendo antes que el resto. Por ejemplo, la excepción ibérica también es un ejemplo de cómo, a pesar de que la luz no para de subir, somos Portugal y España los países de Europa con el precio de la electricidad más bajo. Algunos nos doblan, incluso nos triplican. Y estoy hablando de Francia y Alemania.
Estamos en la media en inflación de Europa, hay 11 países con una inflación superior a la de España, por ejemplo Alemania, Países Bajos o Bélgica. Por tanto, conocemos el problema. Hemos logrado disminuir en 3,5 puntos la inflación y es lo que tenemos que seguir haciendo, sobre todo ayudar a las familias, ayudar a las clases trabajadoras, ayudar también a los autónomos.
Tenemos que repartir entre todos las cargas de esta crisis y, desde luego, nadie se puede beneficiar de esta subida de la inflación. Y por eso también introducimos como medida un nuevo impuesto a las eléctricas.
Pertenece al Partido Socialista valenciano. ¿Qué le pareció la dimisión de Mónica Oltra?
Como demócrata, como política, total respeto a los procesos judiciales. Y respeto a la decisión de la señora Oltra.
¿Y no les ha faltado empatía con la menor víctima?
No, reconocemos el auto del juez. Y, por supuesto, nosotros siempre estamos del lado de las víctimas, en este caso de la menor.
¿Qué le gustaría hacer en política después de ser ministra?
Vivir.
He dicho “en política”.
Mire, yo no sé si se lo creerá o no, pero nunca en la vida hubiese previsto ni ser alcaldesa de mi ciudad ni ser ministra. Entonces, no me dedico a mirar bolas de cristal porque desde luego no acertaría nunca.